lunes, 28 de mayo de 2012

CARTA A ROSITA VELASCO


CARTA PARA ROSITA VELASCO NARVÁEZ, RELIGIOSA DE LA PROVIDENCIA
EN LA CELEBRACIÓN DE SUS 50 AÑOS DE RELIGIOSA,
DE LAS COMUNIDADES Y ORGANIZACIONES DE MUJERES
DEL CANTÓN PUTUMAYO, PROVINCIA DE SUCUMBÍOS, ECUADOR,
A QUIENES ACOMPAÑÓ POR DOCE AÑOS

Cantón Putumayo, 5 de mayo de 2012

Nuestra querida e inolvidable Hermanita Rosa, Hermana Rosita, Rosi, Rosita:

¡¡¡Cómo no hacernos presentes de corazón –aunque sea  con esta cartica-, para celebrar contigo esta Fiesta de la Vida, esta Fiesta de tus 50 años de religiosa, 50 años compartiendo e irradiando Vida y Vida en abundancia, 50 años de testimonio de sencillez, de austeridad y pobreza, de innumerables y variadas formas de dar a amor a la manera y medida que cada quien necesita, con plena obediencia al ejemplo del Hijo Amado, Jesús de Nazareth y como Él, con la gente pobre como tu preferida, como tu protegida en tu oración, en tus pensamientos, en tus sueños, en tus actitudes y por supuesto en tus acciones!!!

Aquí estamos porque tocaste nuestra vida y nuestro corazón. Aquí estamos recordando y dando testimonio de tus huellas y cosecha en nuestra vida personal y colectiva como comunidades y como organizaciones de mujeres, reconociendo por supuesto semillas también anteriores a ti, sembradas por los Padres Carmelitas y demás misioneros/as y posteriormente por personas como Zoilita Rodríguez y otras misioneras de la Providencia primero desde ISAMIS y luego desde la Federación de Mujeres de Sucumbíos.

Hoy queremos unirnos a tu familia, a la Congregación de la Providencia y a tanta gente que te quiere como una madre, como una hermana, en todos los lugares por donde has ido pasando, que ha sentido y vivido tu presencia como la de un ángel, perdón, mejor como la de una angelita de carne y hueso. Todos y todas te decimos con inmenso cariño y alegría:

¡¡¡Gracias Hermanita Rosa, gracias Hermana Rosita, gracias Rosita, gracias Rosi y FELICITACIONES
por la fidelidad a tu corazón y tu coherencia
con la causa del Reino, la causa del Señor Jesús y su Evangelio!!!

¿Qué te agradecemos hoy a ti y al Dios de la Vida por ponerte en nuestro camino?

-        Tu cariño y cercanía expresados a niños/as, jóvenes, mujeres y hombres y personas mayores haciéndonos sentir seres únicos e importantes a cada quien en particular y a todas y todos sin diferencia: pobres o más pobres, mejores o peores personas, acogedoras o hurañas, aceptadas o rechazadas por las demás, todas y todos hemos sido iguales para ti.
-        Tus palabras adecuadas y cercanas de ánimo, de consuelo, de corrección, de esperanza y tu intuición para descubrir y acertar con lo que necesitábamos para crecer y ser mejores.
-        Tu confianza en las personas, tu convencimiento de la necesidad y conveniencia de la comunidad y de la organización popular y tu constancia y empeño en que las construyéramos, con especial fuerza en las mujeres.
-        Tu labor tesonera, arriesgada y como las estrellas, sin prisa pero sin pausa, en proteger y defender nuestros derechos:
o   Educación: conseguir las profesoras o profesores y las partidas para las escuelas, el proyecto AERARIPU para apoyar la formación y los salarios.
o   Salud: botiquines y la capacitación de promotores/as de salud.
o   Derechos Humanos: la documentación de colombianos y colombianas residentes en Ecuador, el apoyo a “los 11 del Putumayo” y a sus familias -Prohibido olvidar-.
o   Economía: búsqueda de iniciativas agrícolas y de autogestión.
o   Formación y capacitación en todos los campos.
-        Tu valentía para superar todos los obstáculos y buscar la autonomía para tu trabajo hasta en cosas como hacerte motorista e ir llevando el bote por el río con todas sus consecuencias: como tener una puntera como Ruca, o tener que dormir en la playa del río para evitar males mayores como encallar o naufragar con el río bajo.
-        Tu capacidad de escuchar, de mediar y lograr solución a conflictos de relaciones en todos los ámbitos.
-        Tu tolerancia y paciencia no sólo con los errores sino con la fragilidad y la debilidad y aún la miserableza humana.
-        Tu fe inquebrantable y tu inspiración en Jesús de Nazaret, humano, cercano a la gente pobre y a su suerte. Tu manera de orar y reflexionar la Palabra, no solo nos acercaba entre todos/as a la comunión fraterna sin diferencia de credos, sino que nos hacía sentir la presencia de Dios en nuestro corazón.
-        Tu siembra continua y permanente de amor y alegría que nos ha hecho la vida más digna y mejor y nos sigue dando ánimo para continuar personal y comunitariamente.

Agradecemos a la Congregación de la Providencia haberte permitido y apoyado para vivir la coherente libertad con tu carisma del que das testimonio siempre.

Pedimos al Señor su bendición para ti, con el libro de los Números (Num 6, 22-26):
“Yavé te bendiga y te guarde,
Yavé haga resplandecer su rostro sobre ti
y te conceda lo que pidas,
vuelva hacia ti su rostro y te de la paz”


Cantón Putumayo, Sucumbíos
5 de mayo de 2012

domingo, 20 de mayo de 2012

Vayan a predicar el evangelio a toda creatura


“Vayan a predicar el evangelio a toda creatura”

Cuando Jesús cumplió con su tarea en la tierra se fue al cielo, como nos cuenta San Lucas en el Libro de los Hechos de los Apóstoles. Se fue para enviarnos la fuerza de su Espíritu, el Espíritu Santo. ¿Por qué tanto empeño en dejarnos esta fuerza de su Espíritu?

Jesús es consciente de que a sus amigos los discípulos y a quienes queremos seguirle después de ellos, nos ha dejado la tarea de realizar la misión que él había venido a cumplir. San Marcos la describe con estas palabras: “predicar el evangelio a toda creatura”.

Esta expresión de San Marcos remueve dos ideas importantes de los evangelios:
a.     
a. Entender la importancia de la misión en nuestra condición de bautizados. Toda nuestra vida de seguidoras y seguidores de Jesús tiene sentido para cumplir una misión. Nuestra gente tiene la idea de que el bautismo es para que el/la niño/a vaya al cielo.

Esta idea no permite percibir la belleza del don del bautismo pues la encierra en sus posibilidades. El evangelio de este domingo, con la expresión de San Marcos nos deja claro que hemos sido bautizados para continuar la misión de Jesús. Jesús tenía plena conciencia de que Él era el misionero del Padre, enviado por el Padre a proclamar el Reino.

Nosotros, al unirnos a Él por el bautismo nos convertimos en misioneras y misioneros de Jesús, enviadas/os por Él a seguir haciendo crecer el Reino del Padre Dios en medio del mundo.

b.   b. La necesidad de conocer y vivir el evangelio. La expresión de San Marcos dice que Jesús se fue al cielo pero que dejó a sus discípulos/as para “predicar el evangelio a toda creatura”.

Pero ¿cómo predicar la Buena Noticia del Evangelio si no lo conocemos? ¿Cómo acogerla si no la escuchamos o la leemos? ¿Y cómo vamos a compartirlo si no lo hacemos nuestro?

Para conocer el evangelio no es suficiente la explicación que nos da el catequista o lo que nos dice el Padrecito en la homilía del domingo. Hace falta llegar a un contacto personal con el evangelio de Jesús. Jesús quería que sus palabras permanezcan en nosotros: “Mientras ustedes permanezcan en mí y mis palabras permanezcan en ustedes…” (Jn 15, 7). Las palabras de Jesús están en los Evangelios, lo que Él dijo, lo que Él hizo.

Cuando una comunidad cristiana se reúne cada domingo para proclamar juntos la lectura del Evangelio, está haciendo algo sagrado, está proclamando, acogiendo y compartiendo a Jesús que se nos da en la Palabra del Evangelio. Solamente este contacto personal en la comunidad, repetido y alimentado en la familia y en momentos personales puede permitirnos hacer vida la propuesta de Jesús que está expresada en la Buena Noticia del Evangelio.

MATERNIDAD, ¿CONSTRUCCIÓN CULTURAL INTERESADA?

Ser madre es una cosa cotidiana como ser padre, como ser joven, como ser niño o niña, como ser anciano, como ser pobre o excluido.
El bombo y platillo que se le da al Día de la Madre, ¿a qué se deberá? La gente sale en los medios de comunicación dedicándoles un saludo a sus madres, algunos lloran, otras lanzan besos o poemas adecuados para el momento. Luego todo pasa. ¿Cambió algo o el Día de la madre solamente responde a un pequeño círculo que retornará justo dentro de un año y que traerá parecidas declaraciones? 

Para algunas personas, bien visto, este día puede ser el día de una toma de conciencia nueva. Hasta ahora no se habían dedicado a pensar que esas personas a las que llaman “madres” tienen nombres y apellidos, soportan situaciones de conflicto, crean y generan continuamente algo con sus manos, sus miradas o su pensamiento y corazón.

Ser madre es algo radicalmente distinto dependiendo del contexto. No es lo mismo ser madre en el centro de Quito que en medio de la Amazonía. No es lo mismo ser una madre mestiza que una madre indígena, no es lo mismo ser madre hundida en la pobreza que liberada de la preocupación por el alimento cotidiano.

Pero desde luego, ser madre es también una construcción cultural interesada. Se utiliza el argumento de la maternidad para defender intereses ideológicos o dogmáticos. ¿Quiénes hablan de las cualidades de las madres?

En sus discursos, los políticos hablaron de las madres. ¿Qué dijeron? Algunos dijeron que querían a sus madres, que reconocían a sus madres, que bravo por sus madres. Otros dijeron un poco más atrevidos que ese día no fuera solo un día, sino que se les tributara un afecto continuo, que cada día se descubriera en ellas algo importante, como que el mundo no sería mundo sin ellas. Incluso se aplaudió a las madres solteras por su valentía para haberse atrevido a tener a sus hijos o hijas.

En los sermones también se dijeron cosas sobre las madres. Hubo quienes quisieron comparar las virtudes de María con las virtudes de las mujeres y madres. Y señalaron como un valor inestimable la maternidad. Como un estandarte proclamaron la vocación de madres como una vocación al cuidado, a la educación de los hijos – todos los que Dios quiera mandar- , al alimento, ternura y demás.

En los centros educativos se vio a niños y niñas, jóvenes de todas las edades portar retratos, pinturas, rosas que llegaban a la casa un tanto desmaquilladas después de haber pasado por el autobús, el ruido, la caída, el resbalón o la torcedura en manos de los hijos.

En las comunidades cristianas de Sucumbíos se hizo referencia y se celebró el Día de las Madres. También se dedicaron espacios a una pequeña reflexión sobre la maternidad y una oración para ellas.

En el Documento de Aparecida, se habla de “Dignidad y participación de las mujeres”. En el n. 456 se afirma lo siguiente:
Urge valorar la maternidad como misión excelente de las mujeres. Esto no se opone a su desarrollo profesional y al ejercicio de todas sus dimensiones, lo cual permite ser fieles al plan originario de Dios que da a la pareja humana, de forma conjunta, la misión de mejorar la tierra. La mujer es insustituible en el hogar, la educación de los hijos y la transmisión de la fe. Pero esto no excluye la necesidad de su participación activa en la construcción de la sociedad. Para ello, se requiere propiciar una formación integral de manera que las mujeres puedan cumplir su misión en la familia y en la sociedad.
Aunque es interesante que el Episcopado latinoamericano dedique varios números al tema de la dignidad de las mujeres, incurren en algunas contradicciones. La maternidad confiere dignidad a las mujeres, también a los varones, pero identificar la maternidad con su papel insustituible en el hogar es encadenar a las propias mujeres a las que se pretende alabar y resaltar su dignidad. Los mismos obispos afirman que los roles entre varones y mujeres han cambiado, pero en lugar de analizar con profundidad las consecuencias que tienen esos cambios, dejan una ambigua puerta abierta, pareciendo afirmar que esos cambios son positivos, pero “a veces por vías equivocadas”:
Los cambios culturales hanmodificado los roles tradicionales de varones y mujeres, quienes buscan desarrollar nuevas actitudes y estilos de sus respectivas identidades, potenciando todas sus dimensiones humanas en la convivencia cotidiana, en la familia y en la sociedad, a veces por vías equivocadas.
Si ser madre es lo que desde distintas instancias políticas, culturales, económicas o religiosas dicen que es, algo está fallando. Así ser madre no deja de ser una construcción cultural interesada que esconde una realidad. Por eso no está de más preguntarse cuando nos dejamos llevar por esta ola de alusiones a la maternidad, ¿qué decimos nosotros y nosotras, gente de a pie? ¿Qué pensamos de la maternidad? ¿es un hecho natural que lleva consigo otros hechos “naturales” como encargarse del hogar o de la familia? ¿Es algo que trae ineludiblemente una serie de obligaciones y comportamientos? ¿La maternidad está en el código genético de las mujeres? ¿Podemos dormir con tranquilidad después de celebrar un día en el que se defiende los valores de la maternidad quienes habitualmente no lavamos un plato, limpiamos a un bebé o hacemos la comida después de trabajar la tierra, cuidar el ganado, ser puestas en pedestales en los reinados, fotografiadas en revistas de moda, expuestas en prostíbulos, traficadas o violadas por sus mismos familiares, sometidas a no tener palabra para administrar la economía familiar sino sólo pedir por caridad al marido o compañero?

Hemos visto mujeres madres con los pechos tironeados por guaguas hambrientos. Las hemos visto con treinta años desdentadas. Y como la cosa más normal del mundo, cargando a los hijos o hijas en la espalda, junto con otras muchas cosas más. Es hermoso que al menos, un día alguien les diga que está bien lo que hacen cada día. Pero por otra parte es triste y casi macabro hacerlo si eso no lleva una lucha cotidiana por hacer que las cosas cambien. Ojalá los políticos en sus tribunas, los sacerdotes en sus sermones, la gente en la calle, en el trabajo, en sus hogares estemos dispuestos-as al cambio de visión necesario para que la maternidad como la paternidad no tapen la inequidad e injusticia. Quizás el año que viene, cuando celebremos el Día de la Madre hayamos cambiado de lentes, y entonces descubramos que por ese motivo, cambian las realidades.

jueves, 10 de mayo de 2012

CAMBIO DE NOMBRES


CAMBIO DE NOMBRES

Ya no les llamo siervos
Jn 15,9-17

El nombre. Jesús supo muy bien que “nombrar” es dar vida. Lo aprendió de Dios en la Creación que da nombre a cada criatura y la hace a su imagen y semejanza. En este sentido, su “ya no les llamo siervos sino que les llamo amigos” implica una ruptura radical con la estructura social, política y religiosa de su tiempo. En Él es una convicción tan profunda, que tiene fuerza suficiente como para transformar toda la realidad. ¿En qué sentido es una ruptura y por qué tiene el poder de transformar la realidad? 

Jesús rompe con la mentalidad religiosa de su tiempo que ha caído en una trampa “mundana” consistente en buscar la propia subsistencia y supervivencia aunque eso signifique pactar con los poderes establecidos. Así los sumos sacerdotes, escribas y levitas no tienen ningún empacho en compaginar sus creencias con su búsqueda de poder y prestigio. Son seres humanos disminuidos porque su seguridad está en el estatus y la imagen social que proyectan no en la vida que son capaces de generar.

Jesús es un hombre libre. Entiende que hay que vivir en relación, siente compasión y no excluye a nadie. Pero es absolutamente lúcido como para darse cuenta de los dinamismos de violencia y exclusión que están detrás de las creencias religiosas. Por eso su defensa de los excluidos y excluidas. Por eso sus palabras en favor de la dignificación y equidad de las mujeres.

Es muy fácil reproducir los mecanismos de violencia y exclusión si no hay vigilancia. Es lógico querer salvar la propia imagen aun a costa de la propia dignidad. Es muy fácil que los criterios de inteligencia, riqueza, sexo, busquen siervos de entre quienes no son tan inteligentes, ricos o pertenezcan al mismo sexo. Esto les pasó a los discípulos.

Como Jesús vio la peligrosidad de tales actitudes, a punto de morir, les previene: hagan lo que yo he hecho. No anden por ahí con los mismos criterios del imperio romano, del imperio de Herodes o de cualquier otro que aparezca. Tengan cuidado. No reproduzcan en mi iglesia las mismas estructuras sociales que establecen divisiones y exclusiones entre personas y que para sostenerse necesitan servirse de la violencia, coacción o amenaza. No hagan lo mismo.

Les llamo amigos y no siervos. Por lo tanto, ustedes, trátense como amigos y no como siervos. No caigan en el juego de los dominados y dominadores. Pero no es una recomendación piadosa lo que dice Jesús. En el último momento de la vida, cuando todo está cumplido, no hay posibilidad de muchos discursos. Su testamento es su forma de amar. Su único legado es una manera curiosa de vivir en este mundo y entre la gente.

Las discípulas y discípulos somos los continuadores de esta convicción. Nuestra misión en el mundo consistirá en hacer que las divisiones por sexo, condición social, situación cultural o pertenencia étnica sean sustituidas por una relación de iguales, como la de los amigos auténticos. ¿Estamos dispuestos y dispuestas a asumir los riesgos que implica el seguimiento de Jesús? ¿Qué tendrá que cambiar en nuestra Iglesia para que el llamado a ser amigos y amigas sea una realidad universal? En un mundo de exclusiones y diferencias, en un mundo de discriminaciones y violencias vivir sin estructuras que reproduzcan estas mismas exclusiones es una tarea eclesial de tal envergadura, que sólo podrá ser sostenida y alentada por el Espíritu. Pero quererla, buscarla y vivir por ella ya es un signo de esperanza.

miércoles, 9 de mayo de 2012

CUADRAGÉSIMO ANIVERSARIO DE LA UEPC


 








La Comisión de Pastoral de la Unidad Educativa Fiscomisional Técnica “Pacífico Cembranos” en homenaje al  cuadragésimo aniversario de vida institucional, ha participado  con el desarrollo de tres actividades:


1.- ¿QUIÉN FUE MONSEÑOR PACÍFICO CEMBRANOS, PATRONO DE LA INSTITUCIÓN?
       

Durante los últimos quince días en las horas de valores, los diferentes profesores del área, trabajaron sobre la vida de este sacerdote Carmelita Descalzo español  que fue el primer Prefecto Apostólico de la Iglesia de San Miguel de Sucumbíos. 


Reflexión que permitió ir acercándonos a este maravilloso ser humano que dio su vida por los demás.

Como apoyo para este trabajo se elaboró un documento sobre la Biografía de Monseñor Pacífico Cembranos, basado en la obra  de LUIS LUIS  LUCINIANO,La Misión Carmelita en Sucumbíos, Abya Yala, Quito 1994, pp. 156-164 y pp. 396-401 y tríptico, que se encuentran en la página web de la UEPC (www.pacifico.edu.ec).







2.- EUCARISTIAS CEMBRANISTAS.

El martes 2 de mayo como inicio del Programa de Fiestas de la Unidad Educativa Fiscomisional Técnica “Pacífico Cembranos”, fiel a su identidad cristiana, empezamos con dos solemnes celebraciones eucarísticas:

La primera con los alumnos de 8° de Educación General Básica hasta 3° de Bachillerato, acompañaron  varios padres de familia, l@s profesores (as) y autoridades.

La animación musical la efectuó un grupo de estudiantes del plantel. Está se realizo desde las 08H00 a las 09H30´.

La segunda fue desde las 10H00 hasta las 11H00 participaron los niños de 1° a 7° de Educación General Básica junto a sus profesores, autoridades, madres y padres de familia.

 

Como una ofrenda  especial fueron presentadas las dos parejas cembranistas: 1° a 7°EGB (Ivana Yépez  y Luis Mario Orellana)y 8° a 3°Bachillerato (Alejandra Loaiza y Henry Aguirre), escogidas por sus compañeros por ser ejemplos de compañerismo, solidaridad, servicio y estudio.

               


Las misas fueron concelebradas por los padres: GabrielPrandi y Raúl Ushca.



3.-EXPOSICIÓN FOTOGRÁFICA

               

El jueves 2 de mayo dentro de las casas abiertas, se exhibió una muestra de fotografías de la época en que Monseñor Pacífico Cembranos  (1920 a 1960) ejercicio como Prefecto Apostólico de la Iglesia de San Miguel de Sucumbíos.

Este certamen tuvo gran aceptación por el público que la observó.

domingo, 6 de mayo de 2012

UNIDOS A LA VID


“Permanezcan en mí
y yo en ustedes” (Jn 15, 4)



Esta frase del evangelio de San Juan puesta en boca de Jesús cuando se encuentra compartiendo con sus discípulas y discípulos después de la última cena, es una frase tajante y contundente. Sin duda impresionó a quienes estaban ahí y la escucharon.

El deseo de Jesús es que estemos unidos a él íntimamente. Para eso le ha resucitado el Padre, para que esté vivo entre nosotros y estamos vivo podamos estar unidos a Él. Como las ramas están unidas a la planta.

No puede existir una imagen que hable de una unidad más fuerte y necesaria: si la rama se separa de la planta, simplemente se muere; si permanece unida a ella, tendrá vida y dará los frutos que de ella se esperan.

Por las venas de todo/a bautizado/a debiera de correr la savia del Resucitado y los frutos que debieran producir tendrían que ser frutos de vida, de paz, de esperanza, de respeto y consideración a todas las personas, de manera particular a las más frágiles, débiles, vulnerables. La vida del Resucitado mientras caminaba por Galilea fue eso: compasión con los más débiles en todo sentido: social, económico, religioso y moral.

¿Cómo cultivar esa relación íntima con Jesús? Una de las formas más importante es la oración personal; es recoger los sentidos y tomar conciencia de que dentro de nosotros/as vive el Resucitado, de que a él le podemos contar todas nuestras preocupaciones, nuestras alegrías, ilusiones, esperanzas… y ¿por qué no? nuestras decepciones y tristezas. Él nos va a dar la energía suficiente para llevar con buen ánimo las dificultades de la vida, porque él es “el camino, la verdad y la vida”.

Todo lo que podemos decir de nuestra relación íntima y personal con el Resucitado lo podemos decir respecto a cada comunidad. Cada comunidad cristiana, esté ubicada en un recinto del campo o en un barrio de la ciudad es como la vida, es una planta, pues su centro es Jesús Resucitado y vivo en medio de los que se reúnen: “Donde dos o más se reúnen en mi nombre, ahí en medio estoy yo.” dice el Señor (Mt 18, 20).

Cada miembro de la comunidad es una de las ramas, uno de los sarmientos y recibe la fuerza del Resucitado cada vez que se reúne en la comunidad. Quien se separa de la comunidad se seca como aquella rama que se muere; mientras que quien se mantiene unido/a a la comunidad se mantiene unido/a a Jesús y da mucho fruto; un fruto que es agradable al Padre, al Dios de la vida porque de la comunidad no pueden salir sino frutos de respeto, de estima, de valoración de los demás, de cuidado de la vida y vida digna. Los obispos reunidos en Aparecida recuerdan: “Medellín reconoció en las comunidades eclesiales de base la célula inicial de estructuración eclesial y foco de fe y evangelización” (DA 178) y (Medellín 15).

Las comunidades cristianas tienen a la Palabra de Dios como fuente de su espiritualidad (DA 179) y fundamentalmente el Evangelio de Jesús que les reúne bajo la guía del Animador de la Comunidad cuando no pueden contar con la presencia del sacerdote para tener la Eucaristía. Cumplen de esta manera lo que Jesús les dejó dicho a sus discípulos/as: “Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes…” (Jn 15, 7).

Los/as cristianos/as que se reúnen dominicalmente al calor del Evangelio de Jesús en las múltiples comunidades cristianas utilizan el tesoro más grande que los cristianos tenemos: el evangelio que contiene lo que Jesús dijo y lo que hizo. Saben muy bien que es verdad lo que Jesús dijo: “Sin mí no pueden hacer nada” (Jn 15, 5).

Señor Jesús, concédenos amar la comunidad cristiana y respetarla como mediación de tu misma persona, de tu presencia de Resucitado. Amén.

jueves, 3 de mayo de 2012

QUE NO SE NOS PASE LA PASCUA


Hechos de los Apóstoles 4,8-12

Cosas por hacer, cansancios, idas y venidas, presiones y depresiones. Ésta puede ser la sensación que tienen al acabar el día la gente de ciudad. Algunas personas miran con nostalgia la vida en el campo. Pero quienes vivimos en el campo sabemos que eso es totalmente irreal. Porque vivir en el campo es estar pendiente de los ritmos de los animales, es mirar el cielo y ver si llueve, es buscar el balanceado para los peces, la comida para los chanchos, machetear, sembrar, que se va la ranchera o el bus que no llega, conflictos por tierra y en la casa, pequeñas y miles de cosas más. Se mire por donde se mire, gente de campo y ciudad tenemos un punto de encuentro: la ansiedad de que se pierde el momento presente.
 
Por eso tenemos que decirnos: que no se nos pase la Pascua, ésta la del 2012. Que no se nos pase sin leer un buen libro, sin tener una pequeña esperanza y sin tomar una decisión importante.

LEER UN BUEN LIBRO. No hay otro mejor que los Hechos de los Apóstoles. Seguro que alguien duda que eso sea cierto. Que lea el libro y luego hable. Pero que lo lea como tiene que leerse, con el espíritu de quienes lo escribieron, en ese tiempo donde no había Iglesia jerárquica sino Iglesia de comunidades, donde no había Congresos de Pastoral sino gentes perseguidas que hacían memoria con sus propias vidas de la vida de Jesús de Nazaret.

TENER UNA PEQUEÑA ESPERANZA. No grande. Pequeña. Esperar que algo va a madurar más, contemplar cómo todo está sostenido por el Dios de la Vida, tener confianza en que la unión en las diversidades es más poderosa que la división en las homogeneidades…

TOMAR UNA DECISIÓN IMPORTANTE. Como por ejemplo hacer una huelga permanente a mentirse a sí mismo, o arremeter contra la costumbre de vivir en el pasado.

Parece que Pedro fue uno de los que tomaron una decisión importante después de la Muerte y Resurrección de Jesús. En lugar de quedarse en el mismo lugar, con las mismas convicciones, de la misma manera y enfurecido consigo mismo, decidió ponerse de pie, reflexionar sobre lo que había ocurrido, elaborarlo en su interior y decirlo a los cuatro vientos.

No se puede sepultar lo que Pedro vio identificándose con lo que le había pasado a Jesús. No se puede minimizar lo que eso supuso para él, porque fue cuestionado, perseguido y matado como lo fue Jesús. Y esto en lugar de ser motivo para el desánimo, le confirió tal fuerza y tal convicción interior a las comunidades cristianas que nacían, formadas por mujeres y hombres de diversas culturas y procedencias, que no sólo subrayaron la fidelidad de Pedro, sino que fueron el germen de una cadena que llega y se reproduce hoy. Que no se nos pase la Pascua sin reconocernos parte de esta historia de gente que ha sido capaz de amar de esta manera.

miércoles, 2 de mayo de 2012

RETIROS DIOCESANOS


“Les ruego, hermanos/as, que se pongan de acuerdo…”  (cfr. 1Cor 1, 10-13)

 

Cuando estábamos inmersos en el conflicto, durante la Vigilia de Oración y Reflexión de 140 días y sus noches frente a la catedral cerrada, el Señor nos dijo: “Un día el conflicto cesará, los que les han hecho pelear se irán, pero quedarán ustedes, los antiguos hermanos/as y entonces será tiempo de sanar y reconciliar para seguir el camino”.

 
Siempre tuvimos delante esta convicción que nos ayudó a no responder con la misma moneda, a esperar y confiar, a seguir haciendo iglesia comunidad en todos los rincones de la provincia y a generar un proceso de reconciliación que se perfilaba nada fácil: se suspendió la vigilia; luego se dio el ayuno de Mons. Gonzalo López, que obró como desencadenante de otros gestos muy diversos que iban abonando un terreno apto para la reconciliación.

 
Vino, al fin, Mons. Paolo Mietto como Administrador Apostólico, y puso como Objetivo central del Vicariato ser “Iglesia Casa y Escuela de Comunión”, y a la escucha de las partes en conflicto estableció algunas prioridades.
 
Dentro de ese contexto se realizó en Nueva Loja (Lago Agrio), el Retiro-Taller “Conversión – Perdón – Reconciliación”, con la asesoría de una Fundación Colombiana para la Reconciliación, durante los días 23-26 de abril del presente año.
 

Dicho Taller tuvo dos modalidades: una a tiempo completo, en el Centro de Formación del Vicariato y otra, de 6 a 9 de la noche a nivel urbano. De parte de la Iglesia Local (Clero y Ministerios locales, mayoría de Equipos Misioneros, Unidades Pastorales, etc.) hubo una decidida acogida al retiro. La aceptación de esta propuesta fue menos decidida y numerosa por quienes están en la “otra parte”, lo cual no deja de preocuparnos.
 

Sin embargo, todos los que acogimos la propuesta tenemos la tarea de ser mensajeros de paz y de reconciliación en Sucumbíos con la fe y la esperanza puestas en el Señor Resucitado.

CUANDO LA DIVERSIDAD ES UNA VENTAJA



Es difícil el perdón y la reconciliación. Pero si queremos empezar con un fundamento sólido tan extraordinaria tarea, nos vendrá bien ser conscientes de que el perdón lo otorga la víctima. Sería estupendo que el agresor hiciera también esto. Pero el nivel de conciencia es reducido en él, así que para restaurar los daños, empecemos por nosotros y nosotras. Claro, sin que eso sea una excusa para no apuntar a las verdaderas causas de lo que ha acontecido a esta Iglesia en estos últimos dos años.

Éstas y otras cosas interesantes son las que hemos vivido en estos días de Retiros Diocesanos en la Iglesia de San Miguel de Sucumbíos. Escuchar lo que el Espíritu dice a las iglesias es una tarea de la vida cotidiana. Sin embargo, también hacen falta espacios específicos donde no nos encontremos para evaluar, ni para proyectar, ni para formarnos sino simple y llanamente para atrevernos a estar con nosotros y nosotras mismas y comprender que la Presencia de Jesús de Nazaret es permanente, nos alienta y nos hace además de víctimas con las víctimas, testigos de Evangelio.
 
Y en el contexto de la Pascua, nuestro Dios nos vuelve a resituar para seguir adelante. Pero esto no se improvisa. Se necesita un poco de atención a lo que ha acontecido, a la vida y a cómo nos hemos situado ante ella. Desde ahí con humildad decimos: ¡Necesitamos hacer un camino de reconciliación y sanación! Así que esta conciencia es el primer regalo recibido de nuestro Dios en estos días.

 
El segundo regalo ha sido el tener la oportunidad de encontrarnos en diversidad. Quizás uno de los principales problemas en la Iglesia católica hoy sea el de percibir la diversidad como amenaza en lugar de percibirla como una ventaja. Y eso frena muchas buenas intenciones del Espíritu. Romper con esa traba es un trabajo interno que todo cristiano y cristiana debemos hacer por amor a esta misma Iglesia y por fidelidad a la misma realidad de la que formamos parte. La diversidad es un hecho tan evidente que negarla sería una ceguera.

Otro regalo: bajar al taller del alfarero y descubrir a Dios que sigue trabajando en el torno. Esta poética imagen que sugiere el profeta Jeremías, también nos ha servido para hacer experiencia de cómo Dios está actuando. Estar con los y las de abajo, dejarse moldear, disponernos a soportar las consecuencias de la destrucción, atender a la vida y tener confianza en que Dios es quien restaura y reconstruye como ese alfarero que no se cansa de hacer una y otra vez el cacharro que tiene entre las manos. Son esas nuevas visiones que comunitariamente estamos recibiendo. ¿Qué más se puede pedir?