sábado, 31 de enero de 2015

Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen



Lectura orante del Evangelio en clave teresiana: Marcos 1,21-28

¿Quién más amigo de dar (que Jesús) si tuviese a quién?” (F 2,7).

¿Qué es esto? La actuación de Jesús, llena del Espiritu vivificador, suscita asombro. El silencio, al ser tocado por la palabra de Jesús, se llena de música liberadora. La interioridad queda llena de la bondad de Jesús. Se asombra Teresa: “¡Qué cosa de tanta admiración, quien hinchiera mil mundos y muy mucho más con su grandeza, encerrarse en una cosa tan pequeña! A la verdad, como es Señor, consigo traer la libertad y como nos ama, hácese a nuestra medida” (C 28,11). Pero también asombra a Teresa y le duele que no queramos encontrarnos con Jesús y pasemos de largo ante su amor. “¿Qué es esto, Señor? Ahora, no se quiere ver. ¡Oh, qué mal tan incurable!... ¡Oh, qué recia cosa os pido, verdadero Dios mío, que queráis a quien no os quiere, que abráis a quien no os llama, que deis salud a quien gusta de estar enfermo y anda procurando la enfermedad” (E 8,2-3). ¿Nos quedaremos al margen de tanta gracia?  El consejo de Teresa es claro: “Miradle… No os pido más de que le miréis” (C 26,3).

Este enseñar con autoridad es nuevo. Jesús entra en la sinagoga de Cafarnaúm, enseña curando, libera del mal que se le había metido dentro a un pobrecillo. Lo hace con autoridad, no con autoritarismo. La buena noticia, que trae Jesús, hace lo que dice, es creadora de nueva humanidad. Los que estaban presentes ven esta novedad; quedan maravillados. ¿Le damos ahora a Jesús el poder de sanar y la capacidad de sorprendernos? ¿Acogemos su grandeza en nuestra debilidad? “¡Oh grandeza de Dios! ¡Y cómo mostráis vuestro poder en dar osadía a una hormiga! ¡Y cómo, Señor mío, no queda por Vos el no hacer grandes obras los que os aman!” (F 2,7). Espíritu, danos esa forma nueva de enseñar que tiene Jesús. “¡Oh qué buen Señor y qué poderoso! Sus palabras son obras” (V 25,18). 

Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen. Jesús comunica Espiritu y vida. “Heme aquí con solas estas palabras sosegada, con fortaleza, con ánimo, con seguridad, con una quietud y luz que en un punto vi mi alma hecha otra” (V 25,18). Ante Jesús los malos espíritus retroceden. Este es el camino que enseña a sus amigos: mandar, en su nombre, que salgan los males de la vida, luchar contra todo lo que destruye la dignidad del ser humano. “¿Quién es éste que así le obedecen todas mis potencias y da luz en tan gran oscuridad en un momento, y hace blando un corazón que parecía piedra?” (V 25,19). La palabra de Jesús quitan los miedos, libera: “No entiendo estos miedos: ‘¡demonio! ¡demonio!’, adonde podemos decir: ‘¡Dios! ¡Dios!, y hacerle temblar”’ (V 25,22).

Su fama se extendió enseguida por todas partes. ¿Cómo se puede cortar al perfume su camino? ¿Acaso pueden las aguas torrenciales apagar el amor? Los que creen en Jesús anuncian la buena nueva por todas partes, no se pueden callar. “Sea Dios alabado y entendido un poquito más y gríteme todo el mundo” (7M 1,2). Donde están los amigos de Jesús hay una humanidad nueva: “Todo lo bueno aman, todo lo bueno quieren, todo lo bueno favorecen, todo lo bueno loan, con los buenos se juntan siempre y los favorecen y defienden. No aman sino verdades” (C 40,3). “Bendito sea y alabado el Señor, de donde nos viene todo el bien que hablamos y pensamos y hacemos. Amén” (C 42,7).   

                                               ¡Feliz Domingo! Desde el CIPE – Febrero 2015

I ANIVERSARIO DE MONS. CELMO LAZZARI, COMO OBISPO DE NUESTRA IGLESIA DE SUCUMBÍOS


IGLESIA EN CAMINO

El 1º de febrero de 2014 era posesionado Mons. Celmo Lazzari, como Obispo Vicario del Vicariato Apostólico de San Miguel de Sucumbíos, Ecuador. A un año, viene bien seguir agradeciendo a Dios por él y hacer un balance de las cosas. Si bien la Iglesia está en camino hacia el Reino, la historia humana marca etapas, que ayudan a comprender mejor ciertas cosas de la vida y así la etapa iniciada con Mons. Celmo tiene unas características propias.

Haciendo memoria, el nombramiento de Mons. Celmo, se revestía de gran expectativa, por situaciones por demás conocidas que se dieron en la Iglesia de Sucumbíos a partir del 10 de octubre del 2010. Ante la profunda crisis eclesial, el Pueblo de Dios permaneció vigilante y con mucha esperanza, esperaba este nombramiento del Obispo definitivo para el Vicariato.

Aquel 1º de febrero fue significativo en el caminar de la Iglesia de Sucumbíos, marcaba un hito.

El Pueblo de Dios se preparó con el debido tiempo para acoger a su nuevo pastor. Era el segundo obispo en la historia de esta pequeña Iglesia, luego de Mons. Gonzalo López Marañón. La Iglesia viva estaba en pie, en camino y en salida, quería celebrar este paso con fe, con esperanza y amor comprometido, a pesar de los pesares, veía signos que interpretaba como de alborada, como proceso de salir de la noche oscura colectiva. ¡Ese día 1º, qué linda fiesta vivimos en esta Iglesia caracterizada siempre por su espiritualidad encarnada y festiva!

El programa se inició con una caminata alegre y colorida recorriendo algunas de las principales calles de la ciudad de Nueva Loja, que tuvo un momento muy significativo: el encuentro del Pueblo de Dios en camino y su nuevo obispo, que se unía a este caminar, juntos en una misma dirección. La “rancherita” seguía su camino.
 


El pueblo creyente llegó de los diferentes lugares y cantones de la provincia, querían conocer a su obispo, darle la bienvenida al recién llegado. También vinieron de fuera de la provincia, obispos de otras jurisdicciones, y de manera especial hermanos y hermanas del Vicariato del Napo que con tristeza despedía a quién hasta poco había sido su pastor. No podía faltar la presencia de familiares desde el Brasil para acompañar.


A continuación se realizó la celebración eucarística, muy sentida y compartida, “con todas las solemnidades de rigor”. En esta celebración era posesionado oficialmente Mons. Celmo. Se hizo la lectura del nombramiento firmado por el Papa, “de la periferia”, Francisco, quien a su vez enviaba un afectuoso saludo “a la queridísima Iglesia de Sucumbíos”. Mons. Celmo vivía intensamente este acontecimiento. También luego el delicioso almuerzo comunitario que esperaba al pueblo que había concurrido al evento. Comer juntos, de la misma comida, todos y todas iguales. “Todos comemos del mismo pan” canta Mocedades. Y el nuevo Obispo, sencillo, cercano, compartiendo del mismo plato, de la misma olla común.


La linda fiesta de celebración, como en otras ocasiones, culminó con la riqueza de la manifestación cultural de nuestro pueblo. Las comunidades, parroquias y zonas se esmeraron para ofrecerle un deleite de alegría de bienvenida a Mons. Celmo, con diferentes danzas, representaciones y otros actos. La alegría de este día quedó en la esperanza de comenzar a vivir un Momento nuevo.

Sí, esperado, sentido y con amplia participación, se vivió aquel tan significativo día y empezaba la Iglesia de Sucumbíos, una nueva etapa. Hubo muchos mensajes, palabras, oraciones, promesas y buenos augurios ese día. El Papa Francisco, ya animaba que quería pastores con “olor a oveja”. Mons. Celmo comenzaba a caminar en estas tierras de Sucumbíos, comenzaba a conocer este pueblo y esta Iglesia. Había que ver y escuchar. La Iglesia seguía en camino con un nuevo pastor.


Ha transcurrido un año. Con profundidad, honestidad y compromiso personal y comunitario, abiertos/as a la luz de la Ruáh, meditemos, reflexionemos y vayamos respondiendo preguntas que nos ayuden en nuestro DIAGNÓSTICO DE LA REALIDAD, el primer paso que estamos dando en el AÑO DE LA COMUNIÓN en que nos hemos comprometido, todos/as como Iglesia: ¿Cuáles son los frutos?. ¿Cómo va el rumbo de nuestra Iglesia particular? ¿Cómo vamos avanzando en la reconciliación? ¿Cómo estoy yo como cristiano/a, desde mi servicio, cualquiera que sea: ministerio o no, laico/a, religiosa/o, sacerdote, integrante o dirigente de organizaciones, nuestra familia, nuestra comunidad, sector, zona, parroquia, unidad pastoral, todas y cada una de las personas e instancias de participación y coordinación eclesial, pensando y analizando, sintiendo, actuando y contribuyendo para que la comunión con las demás personas y por eso con Dios, sea una realidad? ¿Qué podemos celebrar en el Vicariato de Sucumbíos, en este primer aniversario de la presencia de Mons. Celmo, qué y cómo vamos aportando todos/as? ¡Cuántas preguntas y cuántas respuestas! Importante que hagamos un balance de este primer año para dar gracias a Dios, para afirmar las fortalezas y lo que nos une, detectar y asumir responsablemente los desaciertos, para pedir luz, voluntad y fuerza para seguir como comunidad eclesial fieles al Señor, a su Evangelio y el Reino de la Vida. 


domingo, 25 de enero de 2015

LA REVOLUCIÓN DE LA TERNURA SIGUE…


FIESTA DIOCESANA EN SUCUMBÍOS
DE LA INFANCIA Y ADOLESCENCIA MISIONERA

En medio de un mundo que se la juega entre la violencia y la ternura, optamos por esta ternura que viene de Dios. Por eso, aunque un poquito retrasados pero sin dejar pasar por alto, presentamos la ternura y la alegría de un importante acontecimiento vivido en nuestra tierra de Sucumbíos, promovido por nuestra Iglesia: La Fiesta Diocesana de la Infancia y Adolescencia Misionera -IAM-.



Esta fiesta es ya una tradición en la Iglesia de Sucumbíos. Los últimos años se viene realizando en torno al día de la Epifanía y en esta ocasión se realizó el pasado 11 de enero, día del Bautismo de Jesús. En el espíritu de la Navidad de Jesús, el Dios tiernito y la ternura que envolvió su nacimiento, hicieron de la ternura el clima adecuado para avanzar en la Comunión.

Con la gran participación de niños, niñas, adolescentes, animadores/as, padres y madres de familia de la IAM de nuestro Vicariato se celebró la fiesta, con el lema: “NIÑOS/AS Y ADOLESCENTES EN COMUNIÓN CON JESUCRISTO DAMOS PAZ”, y así animar este “Año de la Comunión”, con los preferidos y preferidas de Jesús, l@s niñ@s, que con su alegría, su compartir, su solidaridad y su ilusión vivieron la COMUNIÓN en este día.



Estuvieron presentes de comunidades de las cuatro pastorales, afro, indígena, campesina y urbana, de diversos lugares: La Bonita, Puerto Libre, Lumbaqui, Cascales, Sevilla, Jambelí, Santa Cecilia, Aguas Negras, Dureno Pacayacu, San Isidro Labrador, Vía Coca, Nuestra Señora de Guadalupe (PASTORAL INDÍGENA), PASTORAL AFRO, Shushufindi, y de Lago Agrio: Divino Niño, Santa Ana, Jesús Resucitado, Comunidad San Francisco y otras comunidades del Centro.



Fue significativa la presencia de Silvia Pérez, Coordinadora Nacional de la IAM, que vino de Quito a compartir con esta Iglesia local, expresando también así nuestra comunión eclesial.



El programa se inició con la concentración en la Iglesia Catedral Nuestra Señora del Cisne en Lago Agrio, desde las 8:00 h. para de ahí en caminata llegar hasta el Coliseo de la Escuela Leopoldo Lucero, lugar donde se desarrolló el evento. Ni la lluvia ni nada impidió que se llevara adelante la alegre caminata y toda la fiesta.

Ya en el Coliseo, se comenzó con la Eucaristía, presidida por Mons. Celmo, quien manifestó su alegría y agradecimiento con su participación activa y profunda en toda la celebración y sobre todo, agradecido con los niños, niñas y adolescentes que llenaron el lugar. La celebración fue animada por el protagonismo y la participación activa de los niños y niñas en los diferentes momentos, con mucha creatividad y alegría.




El programa cultural fue de gran riqueza y lleno de colorido y todas las parroquias, zonas y sectores de este Vicariato con sus danzas, coros, recitaciones, coreografías demostraron su talento artístico y sus manifestaciones y deseos de continuar con este espíritu de unidad y comunión en la Iglesia de San Miguel de Sucumbíos.

 


Finalmente el programa concluyó con el usual almuerzo comunitario y la satisfacción de haber compartido un bonito día, siendo el protagonismo de los niños, niñas y adolescentes que con su ternura nos alegran a vivir el Evangelio de Jesús.



Se agradece a todos ell@s y a animadores, animadoras, Padres y Madres de familia, a Mons. Celmo, a los equipos misioneros, al equipo coordinador, especialmente a Magdalena Vallejos, y a todos quienes colaboraron para que esta fiesta se desarrollara de la mejor manera. DIOS LES PAGUE.

 


La bonita experiencia vivida este día, nos compromete a continuar trabajando por los niños, niñas y adolescentes, de donde emana ternura y alegría. Comprometidos con Jesús asumimos “dejen que los niños vengan a mí”. Por eso, Francisco, Obispo de Roma, nos invita a impulsar la Revolución de la Ternura. 

sábado, 24 de enero de 2015

‘Convertíos y creed en el Evangelio’



Lectura orante del Evangelio en clave teresiana: Marcos 1,14-20

“Mirad que convida el Señor a todos” (Camino 19,15).   

Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio. Comenzamos la oración abriéndonos sin temor a la acción del Espíritu Santo. Él nos pone ante Jesús, nos deja con Jesús para que estemos y hablemos con Él, “el amigo verdadero” que sale “sin espantarse” a anunciar el Evangelio a pesar de que han encarcelado la voz del profeta. En este momento podemos tener delante un rostro de Jesús: “Quisiera yo siempre traer delante de los ojos su retrato e imagen, ya que no podía traerle tan esculpido en mi alma como yo quisiera” (V 22,4). El amor de Jesús nos motiva, nos alienta para vivir el gozo del Evangelio y salir a anunciarlo. Si algo nos paraliza por dentro, nos conviene escuchar lo que le dijo Jesús a Teresa: “Diles (a todos tus miedos)… que si podrán por ventura atarme las manos” (R 19). Como Jesús conoce nuestra falta de audacia para proclamar hoy el Evangelio “nos ayuda con palabras y con obras… nos da aliento. Sea por todo alabado” (F 31,4). 

‘Está cerca el Reino de Dios’. Jesús está cerca de nosotros, nos regala su mirada, “vuelve a cautivarnos una y otra vez” (Papa Francisco). Teresa nos invita a despertar esta presencia, una y otra vez: “Si os acostumbráis a traerle (cerca de vosotros) y Él ve que lo hacéis con amor… no le podréis echar de vosotros” (C 26,1); “Procurad representar a Cristo dentro de vosotros” (V 9,4), pues “no parece fue en su mano apartarse un momento de nosotros” (V 22,6), siempre está haciéndonos “llamamientos… para que nos acerquemos a Él” (2M 2). Su Reino es “un tesoro de vida y amor que no puede engañar” (Papa Francisco). Nada está más cerca de nosotros que su amor. “Si una vez nos hace el Señor merced que se nos imprima en el corazón este amor, sernos ha todo fácil” (V 22,14).

‘Convertíos y creed en el Evangelio’. Nos detenemos en estas palabras de Jesús, que “llenan de alegría el corazón y la vida entera” (Papa Francisco). ‘Convertíos', ‘fiaos de Mí’. “¡Oh Señor mío, que si de veras te conociésemos, no se nos daría nada de nada, porque dais mucho a los que del todo se quieren fiar de Ti!” (C 29,3). ‘Creed en el Evangelio’, “creed de Dios mucho más y más” (5M 1,8). “Dejad a Dios hacer” (V 22,15), porque nosotros “somos tan tardíos de darnos del todo a Dios, que no acabamos de disponernos” (V 11,1). Nuestra conversión es cosa suya. “Fortaleced (nuestra) mi alma y disponedla primero, Bien de todos los bienes y Jesús mío, y ordenad luego modo cómo hagamos algo por Ti, que no hay ya quien sufra recibir tanto y no pagar nada” (V 21,5).

Vio a Simón y a su hermano Andrés… Jesús les dijo: ‘Venid conmigo’. Ir por la vida con Jesús, ¡qué alegría! “¿Pensáis que es poco un tal amigo al lado?” (C 26,1). Buscarnos y encontrarnos en Él “es una dignidad tan grande que me regalo extrañamente en pensar en ella” (V 11,1). Nuestra oración ha sido un tiempo de gracia que termina en la entrega a Jesús de lo que somos: “Aquí está mi vida, aquí está mi honra y mi voluntad; todo os lo he dado, vuestra soy, disponed de mí conforme a la vuestra. Bien veo yo, mi Señor, lo poco que puedo; mas llegada a Vos, no os apartando de mí, todo lo podré” (V 11,5). “Juntos andemos, Señor. Por donde fuereis, tengo de ir. Por donde pasareis, tengo de pasar” (C 26,6). 

                                               ¡Feliz Domingo! Desde el CIPE – enero 2015

jueves, 22 de enero de 2015

Encuentro de Intercambio Musical Latinoamericano



El 16 De Enero se encontraron artistas músicos de Paraguay, Alemania, Guayaquil, Quito y de Sucumbíos para compartir su experiencia musical y para enseñar para el gran festival de la noche del sábado 17. Este Encuentro de Intercambio Musical Latinoamericano fue organizado por la Pastoral Juvenil de la Iglesia de San Miguel de Sucumbíos con el apoyo del municipio de Lago Agrio, de la prefectura de Sucumbíos, el Ministerio de Cultura, la Radio Sucumbíos, el Conservatorio de Música Semillas Musicales de Paraguay y la escuela de música Clave de Sur de Guayaquil.



Más que 60 personas participaron el viernes por la tarde y compartieron su experiencia musical. Los visitantes de Semillas Musicales de Paraguay se presentaron también con los grandes talentos de Sucumbíos, especialmente de Lago Agrio. Todos salieron con mucho ánimo para el próximo día.

El Sábado desde las ocho de la mañana los músicos de camino y los que aspiran a serlo, trabajaron en talleres divididos en grupos por instrumentos: cuerdas (como violín, cello y guitarra), canto, percusión, teclas y vientos. Un gran apoyo en la enseñanza fueron los chicos de la escuela de música “Clave de Sur” de Guayaquil que compartieron su conocimiento profesional.



Con todo el mundo estudiando y tocando música se presentó un ambiente muy creativo y alegre. Los participantes estaban tan contentos de su capacidad que formaron una banda grande con todos los talentos presentes. Como fin del Seminario por la noche del Sábado 17 se organizó un festival en el escenario del Parque Recreativo Nueva Loja. Los 700 espectadores son testigos de la calidad de los músicos locales y extranjeros que se presentaron. El gran clímax de la presentación fue cuando se presentó la banda del seminario.



El equipo de Semillas Musicales también visitó San Vicente, Pacayacu y el sector norte de Nueva Loja para compartir su experiencia y su música. Cabe destacar el éxito que tuvo el taller y el concierto que hicieron juntos con los músicos entusiastas de Cáscales el 15 de Enero.



La esperanza es que con los músicos de camino y los que aspiran a serlo en Sucumbíos, formar sus propias escuelas de música en sus propios barrios y comunidades. Que se unan para tocar música y para enseñar a los demás.

Que formen una red de los músicos y capacitadores locales para compartir y para cuando organicen un concierto o un seminario de música.

¡Que la música siga en Sucumbíos!