Para la Iglesia de los Pobres en Sucumbíos.
Sucumbíos, Pedro Pierre. Abril de
2018.
El desafío es “cómo pasar de una iglesia clerical, centrada en los
sacerdotes-obispo, a una iglesia laical organizada desde los laicos, en un
contexto desfavorable”.
Esta
nueva manera de ser Iglesia está en marcha por varias partes del continente y en
otros continentes. En varios lugares tienen el apoyo de los sacerdotes y obispos.
El
camino es volver a las fuentes, es decir, al proyecto de Jesús y a las
prácticas de las primeras comunidades cristianos, o sea, reinventar el proyecto
de Jesús en la realidad de hoy, con el camino recorrido con Gonzalo y la
Iglesia de los pobres de Ecuador y América Latina.
1.
Jesús
no fundó la Iglesia que somos ahora
-
Jesús era laico y los apóstoles también.
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Jesús retoma la experiencia de su pueblo con los
objetivos
de Moisés:
1. Libertad:
No ser esclavos ni esclavizar a nadie.
2. Equidad: Organizarnos como
sociedad para satisfacer las necesidades de cada uno según su situación.
3. Fe: Dios acompaña este
proceso liberador y humanizador y se revela como un padre maternal o una madre
paternal y el amigo liberador.
-
Jesús puso en marcha un movimiento-comunidades para el
Reino, es decir, la construcción de una humanidad fraterna y creyente.
2.
Los
primeros cristianos formaron Comunidades para el Reino
-
Las primeras comunidades buscaron continuar
el proyecto de Jesús.
-
Los evangelios y las cartas de Pablo describen estas
experiencias.
-
Eran comunidades muy diversas: en Jerusalén,
Galilea, Samaria, Siria, Grecia, Europa…
-
El apóstol Pedro tuvo muchas dificultades para
entrar en esta dinámica.
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El Concilio de Jerusalén confirma la
diversidad de ser Iglesias.
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No había ‘sacerdotes’, sino
ministros-servidores de la fracción del pan, del bautismo, del compartir, de la
unción-perdón de los enfermos y agonizantes… El clero y la jerarquía nacen con
el emperador Constantino en el siglo 4.
-
Los ministros-servidores eran, indistintamente, varones
y mujeres.
3.
En
Sucumbíos
-
Establecer la meta: Una Iglesia laical que no
copia la organización clerical actual ni regresa al pasado.
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Conformar un equipo de Coordinación
con delegados de las Comunidades.
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Las decisiones se toman en las
comunidades y se comparten en asambleas de delegados de las comunidades.
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Se crea ministerios que responden a las
necesidades materiales, sociales y espirituales.
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Revisar, profundizar y celebrar el
camino recorrido.
4.
El
Sínodo de la Amazonía y de los Jóvenes
Es este proyecto
de Iglesia laical que debe asumir el Sínodo de la Amazonía (y el de la
Juventud) o, a lo menos,
-
Abrir caminos en estas direcciones, lo que a
duras penas se intenta hablar;
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Confirmar, por un tiempo, ministros varones y mujeres
para la eucaristía que saldrían de su comunidad y al servicio de varias
comunidades.
5.
Conclusiones
y tareas
-
Desaparecen poco a poco los
‘clérigos’ actuales… y nace una Iglesia laical. No se debe temer las
equivocaciones, que se corrigen en comunidad.
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No es que cada uno va a hacer lo que le parece,
sino como seguimos con el Reino en la diversidad.
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Hay que saber que ya sacerdotes y obispos están en
este caminar. El papa Francisco está abierto a las propuestas de las
Conferencias episcopales.
-
El Espíritu inspira esta nueva manera
de ser Iglesia.
-
La lectura de la pesca milagrosa en Lucas 5,1-11 nos puede iluminar y
motivar.
Estemos abiertos a lo que le Espíritu dice a las Iglesias. Así seremos
fieles a Jesús, a Gonzalo y a los pobres de hoy. Dios nos bendiga.