El 30 de octubre pasado conmemoramos en
Sucumbíos, el Día de la Iglesia Comunidad Pueblo de Dios al servicio del Reino.
Fue precisamente el 30 de octubre del 2010, cuando inesperadamente Mons. Gonzalo López Marañón, fue depuesto
violentamente, y con él, la Iglesia de Sucumbíos comenzaba a vivir una etapa de
fuego en la fidelidad al Señor. Como Iglesia con memoria histórica mantenemos
la esperanza y la alegría y por eso quisimos celebrar estos dos años, como
también lo hicimos el año pasado.
El programa fue muy sencillo, pero con
profundo significado y vivido con mucha fe, devoción, esperanza y solidaridad. A
pesar de la intensa lluvia, hacia las 18:30, nos concentramos las personas
participantes, en la significativa cruz del Barrio el Mirador, en Nueva Loja, donde
dimos inicio a la Celebración marcada por la alegría Pascual y el carácter Martirial,
que se expresaban en los signos de la Luz y de la Cruz. En caminata presidida
por la Luz del Cirio que guiaba nuestro caminar y que fue encendiendo las velas
y antorchas de los/las caminantes, recordando nuestro bautismo, que somos hijos
e hijas de la Luz, y que tenemos la responsabilidad de hacerla crecer, nos
acompañaba también la Cruz sostenida también por varias mujeres. María, nuestra madre, nuestra compañera, nos animaba con su
presencia. Ella ha sido nuestra inspiradora, con ella hemos cantado, llorado,
orado sin cesar en estos dos años; nada habríamos conseguido sin su apoyo.
Fuimos avanzando y cantando por las calles queriendo
manifestar que somos una Iglesia en camino. Hicimos una parada en la Radio
Sucumbíos, la “compañera solidaria” que ha fortalecido la integración de la
provincia. Allí tuvimos la liturgia de la Palabra donde el P. Edgar comparaba
los gritos del ciego Bartimeo con nuestros gritos y nuestro clamor que pide
respeto a nuestra manera de ser Iglesia. Algunos como a Bartimeo quieren
callarnos y también como a él que le animan en su propósito de acercarse a
Jesús, a nosotros nos animan y apoyan a seguir caminando como Iglesia Comunidad
Pueblo de Dios al servicio del Reino, el Concilio Vaticano II, las Conferencias
Episcopales Latinoamericanas y la fuerza del Señor en el corazón de tantas personas
y comunidades que desde ella, hemos crecido en dignidad, en conciencia del amor
de Dios y en el compromiso de convivencia pacífica y búsqueda de mejores
condiciones de vida para todos/as.
Luego seguimos caminando hacia la
Iglesia del Divino Niño, donde continuamos la celebración con la liturgia de la
Eucaristía, concluyendo con la noticia compartida de que otras comunidades más
de Sucumbíos habían comenzado a encender la luz, entre ellas: Lumbaqui,
Sevilla, San José de Tarapoa, Gral. Farfán – La Punta, Palma Roja, Flor del Valle, Bermejo, la Troncal, el
Reventador, así como también en otros lugares de Ecuador, y más allá, en Costa
Rica, Colombia, Argentina, España y Alemania, entre otros. Luego, sellamos
nuestra alegría con el signo de compartir también una comida comunitaria, un delicioso
“sancocho de gallina”, para finalizar a la medianoche la Vigilia de este día.
Mons. Paolo Mietto, fue invitado e inicialmente
había manifestado su deseo de participar,
pero finalmente no llegó. Sin embargo, queremos destacar la importancia del
mensaje que ofreció por la Radio Sucumbíos, con el cuál reconoce en su
significado la importancia de este día.
Se ha marcado un momento nuevo, la
Luz de la Vigilia, ha empezado a irradiarse, y ya no está solamente en Lago
Agrio, la capital de la provincia, sino que cada comunidad va encendiendo su luz para que Sucumbíos ilumine.
Invitamos a continuar encendiendo la Luz cada noche y a unirse a las
comunidades y familias que aún no lo han hecho. Siempre hay tiempo para unirnos
en la Vigilia de Oración, para estar con
“las lámparas encendidas”, mientras no se
respete este caminar legítimo de la Iglesia de los Pobres que pedía el Papa
Juan XXIII.
Les animamos a las comunidades de
Sucumbíos y de otros lugares a informarnos a través de iglesiapueblodediossucumbios@yahoo.es, para prender la luz de su
comunidad en nuestro mapa.
Por último contarles que con esta
corta pero significativa experiencia, hemos decidido celebrar este
acontecimiento los próximos años, y les invitamos desde ya, a reconocer y a celebrar
el 30 de octubre como Día de la Iglesia Comunidad Pueblo de Dios al servicio
del Reino. Por eso, les invitamos a
cantar con nosotros esa linda canción:
Jesucristo ayer
junto a mis abuelos
Jesucristo hoy junto a mis hermanos
Jesucristo aquí
presencia y memoria
Señor de la
Historia, Jesús el Señor
Qué linda la gente
que tiene
memoria
seguro
que tiene esperanza también.
Qué lindo este pueblo que mira su historia
se junta
y celebra cantando su fe
Qué lindo
este encuentro de tantos hermanos
que viven
haciendo la comunidad.
Qué linda
la vida si juntos buscamos
Verdad y Justicia, Paz y Libertad.
Jesucristo
ayer Dios crucificado
Jesucristo,
hoy hombre solidario
Jesucristo
aquí fiesta y alabanza
Señal
de esperanza
Jesús Salvador.