domingo, 21 de mayo de 2017

Domingo sexto de Pascua


Lectura orante del Evangelio: Juan 14,15-21
“Necesitamos hombres y mujeres llenos del Espíritu Santo” (Papa Francisco).   
Yo le pediré al Padre que les dé otro Defensor que esté siempre con ustedes, el Espíritu de la verdad. ¿Quién nos cuidará? ¿Quién protegerá nuestra fe del espíritu de la mentira? ¿Quién nos enseñará cada día la verdad? ¿Quién nos defenderá del enemigo? Jesús, que conoce nuestro desvalimiento, ora al Padre para que nos envíe el Espíritu de la verdad. ¡Qué imagen tan bella, como para no olvidarla nunca: Jesús, orando por nosotras/os! ¡Qué experiencia tan gozosa: saber que el Espíritu está siempre con nosotras/os! Nuestra condición de discípulas/os misioneras/os de Jesús no la conseguimos a fuerza de brazos; es puro regalo de Jesús. El Espíritu es compañero y amigo, verdad y alegría en la interioridad, suavidad y dulzura en las fatigas por vivir el Evangelio, vida en medio de la muerte, novedad inagotable. El Espíritu es la armonía. Solo él puede suscitar la diversidad, la pluralidad, la multiplicidad y realizar la unidad.  Te alabamos y te damos gracias, Espíritu Santo por todos tus dones.      
Ustedes le conocen porque vive con ustedes y está con ustedes. El Espíritu es lo más grande que nos da Jesús. Es un regalo que no nos viene de fuera, sino que nos nace dentro. Quien es amiga/o de la verdad escucha su voz. Es como un surtidor de agua que brota dentro de nosotras/os, como una melodiosa canción que empieza a resonar en el corazón. El Espíritu nunca nos manipula, es nuestra libertad. Vive con nosotras/os, está con nosotras/os. Lo acogemos con sencillez y alegría. Si estamos atentas/os a su voz, percibimos su vigor, su belleza, su fecundidad, su alegría. Con el Espíritu en nosotras/os, ya no estamos solas/os, vivimos una soledad acompañada, sonora. Pedimos la gracia de acostumbrarnos a la presencia de este compañero de camino, de este amigo. Espíritu Santo, nos abrimos a tus dones divinos.    
Sabrán que yo estoy con mi Padre, ustedes conmigo y yo con ustedes. El Espíritu nos capacita para vivir la presencia amorosa de la Trinidad en la interioridad. Gracias al Espíritu, que mantiene viva esta presencia sorprendente e inesperada en el corazón, ya no sabemos mirarnos ni mirar nada sin mirar a la Trinidad, ya no queremos vivir sin tan buen amigo al lado. Podemos tratar con Dios como con un amigo, porque Él habita nuestra morada. El Espíritu nos abre el corazón para conocer y amar a Jesús, nos ayuda a vivir el Evangelio, nos lleva a cuidar a las/os más necesitadas/os. ¡Bendito y alabado seas por siempre, Espíritu Santo!
Al que me ama, lo amará mi Padre, y yo también lo amaré y me revelaré a él. Quien ama tiene consigo al Espíritu, porque es él quien enciende en nuestro corazón la llama del amor. Solamente puede pronunciar el nombre de Jesús quien ama al Espíritu. La oración verdadera no puede ser otra cosa que un diálogo de amor. El amor es la etiqueta de garantía de toda oración, lo que da valor y sentido a la vida. Con el Espíritu, la vida de las/os orantes cambia por completo, ya solo amar es su ejercicio. ¿Qué ha obrado el Espíritu Santo en nosotras/os, hoy? ¿Qué testimonio nos ha dado? ¿Cómo nos ha hablado? ¿Qué cosa nos ha sugerido? Gracias, Espíritu Santo.      
Feliz Pascua para vosotros – CIPE, mayo de 2017

sábado, 13 de mayo de 2017

Domingo quinto de Pascua



Lectura orante del Evangelio: Juan 14,1-12
“Pidamos al Espíritu Santo que nos enseñe a caminar bien, siempre” (Papa Francisco)
No perdáis la calma, creed en Dios y creed también en mí. Frente a la oscuridad y el desconcierto que a veces nos amenaza, está la serenidad de saber que vivimos acompañados. Frente a la mirada perdida y sin horizonte, tenemos los ojos puestos en Jesús. Frente a la desconfianza que reseca la vida, aparece la belleza de una audaz confianza en el Padre. Frente al sinsentido de la vida, se nos regala el sentido novedoso y lleno de frescura del Espíritu. Frente a los caminos solitarios, surge la cultura del encuentro para caminar juntos con la Iglesia. Orar es iniciar un camino hacia el amor, porque solo el amor es digno de fe. Con la música del ‘Nada te turbe’.  En el Espíritu, creemos en ti, Jesús. Creemos, en ti, Padre. Amén.  
Cuando vaya y os prepare sitio volveré y os llevaré conmigo. Vivir el Evangelio sin un encuentro con Jesús, no tiene sentido y, además, es imposible. ¿Qué sería de nosotros sin Jesús? Seríamos como una oscuridad sin salida. Pero Jesús no nos abandona; no queremos olvidar esto. Jesús se encamina hacia el misterio de amor del Padre, pero no nos deja solos. Nos prepara sitio en el regazo del Padre, pero sigue en nuestro corazón. En la interioridad nos descubre las verdades más profundas, nos regala el sentido de la vida. La oración es una fiesta de confianza en quien sabemos que nos ama. Jesús, nos fiamos de ti. Juntos andemos.   
Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí. Cuando andamos desorientados o extraviados, cuando incluso pensamos que no hay camino; cuando no sabemos cómo vivir ni cómo ir a Dios…; sí hay camino y se hace camino al andar. El camino es Jesús, la verdad es Jesús, la vida es Jesús. Jesús dice esta promesa a quien va con él. En la identidad de Jesús se desvela la nuestra. En él percibimos la respuesta a nuestro misterio, descubrimos la grandeza de nuestra vocación. El Misterio último es silencio y atracción respetuosa. Jesús es el camino que nos lleva a confiar en la bondad del Padre. Orar es entrar asombrados en el Camino, en la Verdad y en la Vida. Jesús, todo lo queremos vivir contigo. ¡Qué alegría estar contigo!
Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. Mirar a Jesús con la mirada del corazón, celebrar con alegría su presencia en medio de los hermanos, vivir como él vivió… son las tres puertas para entrar en su misterio. Jesús es camino para andar, verdad para dar sentido, vida plena que colma todo deseo. Jesús es otro modo de caminar por la vida. Otro modo de ver y sentir la existencia. Otra dimensión más honda. Otra lucidez y otra generosidad. Otro horizonte y otra comprensión. Otra luz. Otra energía. Otro modo de ser. Otra libertad. Otra esperanza. Otro vivir y otro morir. Y en el caminar de cada día nos acompaña la imaginación del Espíritu que nunca se agota. Y en el horizonte nos espera el Padre: fuente de ternura inagotable. Y junto a nosotros siempre está la Madre de todo desamparo. Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo. Gloria a ti, Virgen María. Amén.  
El que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Jesús transforma nuestra vida. Su semilla no queda escondida en la tierra, se asoma y embellece el paisaje con los frutos abundantes de las bienaventuranzas. Su presencia viva en nuestra interioridad se asoma en obras de amor hacia los más pequeños. Cuando oramos, el Espíritu ya está preparando en nosotros formas de amar y de dar esperanza a los que nos rodean. Gracias a ello, muchos pueden descubrir la alegría de Dios. Jesús, haz en nosotros las obras que tú quieras, para bien de los pequeños, para bien de los que sufren y están solos. Amén. 
Feliz Pascua para vosotros – CIPE, mayo de 2017

domingo, 7 de mayo de 2017

PRIMER ANIVERSARIO MONS. GONZALO LÓPEZ MARAÑÓN - OBISPO EMÉRITO DE SUCUMBÍOS



Lago Agrio, 7 de  mayo de 2017

En esta hora, en lo más escondido de Angola,
sigo ofrendando mi vida por Sucumbíos y avanzando por el Camino
junto con dos carmelitas teresianos brasileros.
A pesar de mis años, y viendo que no se me permite regresar allá
y que puedo todavía servir al Señor y a los pobres en la frontera de la Iglesia, mantengo el propósito firme dentro de mí
de ofrecer mis últimos años a la causa de LA MISIÓN.
(Una de sus reflexiones escritas en Angola, donde vivó el último año de su vida 2015-2016)



Hoy celebramos el primer aniversario de la Pascua de Mons. Gonzalo López, primer obispo emérito de la Iglesia de Sucumbíos. El 7 de mayo de 2016 murió y resucitó a la Vida, en Lwena, Angola, África, “como misionero hasta el final”. 

“Su talente jovial, entregado y comprometido con el pueblo y las personas, tuvo su raíz en la hondura de su Amor por Jesús y su Iglesia. Como Teresa de Jesús, vivió estos dos amores en unidad espiritual, y ello les llevó a ambos a entregar su vida siendo cuestionados por su modo de seguir a Jesús en la construcción del Reino”: un testimonio personal sobre Gonzalo.

Agradecemos a Dios como iglesia por Gonzalo, nuestro Obispo emérito, porque sigue vivo entre nosotras/os en su palabra, en su espiritualidad, en su obra, como una luz que lleva a Jesús.

Nos unimos a la Jornada Mundial de Oración 2017 por las Vocaciones: Empujados por el Espíritu para la Misión, tema del Papa Francisco.

Se hará también, por parte del Comité de la sociedad civil de Reconocimiento a la obra de Mons. Gonzalo, el lanzamiento del primer libro testimonial sobre él, titulado “Con Jesús y con la gente”, siendo los autores Fr. Juan Cantero, Pbro. Edgar Pinos y colaboradores, “desde lo que hemos visto y oído del Verbo en la vida de él”, dice un apartado de la presentación. 

Y para terminar esta celebración en este propicio tiempo pascual, antes de regresar a casa, se compartirá como es usual una sencilla comida comunitaria.