miércoles, 31 de julio de 2013

Homilía Papa Francisco Santa Misa clausura JMJ Río


28 julio 2013
Queridos hermanos en el episcopado y en el sacerdocio,
Queridos jóvenes

«Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos». Con estas palabras, Jesús se dirige a cada uno de ustedes diciendo: «Qué bonito ha sido participar en la Jornada Mundial de la Juventud, vivir la fe junto a jóvenes venidos de los cuatro ángulos de la tierra, pero ahora tú debes ir y transmitir esta experiencia a los demás». Jesús te llama a ser discípulo en misión. A la luz de la palabra de Dios que hemos escuchado, ¿qué nos dice hoy el Señor? Tres palabras: Vayan, sin miedo, para servir.
1. Vayan. En estos días aquí en Río, han podido experimentar la belleza de encontrar a Jesús y de encontrarlo juntos, han sentido la alegría de la fe. Pero la experiencia de este encuentro no puede quedar encerrada en su vida o en el pequeño grupo de la parroquia, del movimiento o de su comunidad. Sería como quitarle el oxígeno a una llama que arde. La fe es una llama que se hace más viva cuanto más se comparte, se transmite, para que todos conozcan, amen y profesen a Jesucristo, que es el Señor de la vida y de la historia (cf. Rm 10,9). Pero ¡cuidado! Jesús no ha dicho: si quieren, si tienen tiempo, sino: «Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos». Compartir la experiencia de la fe, dar testimonio de la fe, anunciar el evangelio es el mandato que el Señor confía a toda la Iglesia, también a ti; es un mandato que no nace de la voluntad de dominio o de poder, sino de la fuerza del amor, del hecho que Jesús ha venido antes a nosotros y nos ha dado, no algo de sí, sino todo él, ha dado su vida para salvarnos y mostrarnos el amor y la misericordia de Dios. Jesús no nos trata como a esclavos, sino como a hombres libres, amigos, hermanos; y no sólo nos envía, sino que nos acompaña, está siempre a nuestro lado en esta misión de amor.
¿Adónde nos envía Jesús? No hay fronteras, no hay límites: nos envía a todos. El evangelio no es para algunos sino para todos. No es sólo para los que nos parecen más cercanos, más receptivos, más acogedores. Es para todos. No tengan miedo de ir y llevar a Cristo a cualquier ambiente, hasta las periferias existenciales, también a quien parece más lejano, más indiferente. El Señor busca a todos, quiere que todos sientan el calor de su misericordia y de su amor. En particular, quisiera que este mandato de Cristo: «Vayan», resonara en ustedes jóvenes de la Iglesia en América Latina, comprometidos en la misión continental promovida por los obispos. Brasil, América Latina, el mundo tiene necesidad de Cristo. San Pablo dice: «¡Ay de mí si no anuncio el evangelio!» (1 Co 9,16). Este continente ha recibido el anuncio del evangelio, que ha marcado su camino y ha dado mucho fruto. Ahora este anuncio se os ha confiado también a ustedes, para que resuene con renovada fuerza. La Iglesia necesita de ustedes, del entusiasmo, la creatividad y la alegría que les caracteriza. Un gran apóstol de Brasil, el beato José de Anchieta, se marchó a misionar cuando tenía sólo diecinueve años. ¿Saben cuál es el mejor medio para evangelizar a los jóvenes? Otro joven. Éste es el camino que hay que recorrer.
2. Sin miedo. Puede que alguno piense: «No tengo ninguna preparación especial, ¿cómo puedo ir y anunciar el evangelio?». Querido amigo, tu miedo no se diferencia mucho del de Jeremías, un joven como ustedes, cuando fue llamado por Dios para ser profeta. Recién hemos escuchado sus palabras: «¡Ay, Señor, Dios mío! Mira que no sé hablar, que sólo soy un niño». También Dios dice a ustedes lo que dijo a Jeremías: «No les tengas miedo, que yo estoy contigo para librarte» (Jr 1,6.8). Él está con nosotros.
«No tengan miedo». Cuando vamos a anunciar a Cristo, es él mismo el que va por delante y nos guía. Al enviar a sus discípulos en misión, ha prometido: «Yo estoy con ustedes todos los días» (Mt 28,20). Y esto es verdad también para nosotros. Jesús no nos deja solos, nunca les deja solos. Les acompaña siempre.
Además Jesús no ha dicho: «Ve», sino «Vayan»: somos enviados juntos. Queridos jóvenes, sientan la compañía de toda la Iglesia, y también la comunión de los santos, en esta misión. Cuando juntos hacemos frente a los desafíos, entonces somos fuertes, descubrimos recursos que pensábamos que no teníamos. Jesús no ha llamado a los apóstoles a vivir aislados, los ha llamado a formar un grupo, una comunidad. Quisiera dirigirme también a ustedes, queridos sacerdotes  que concelebran conmigo en esta eucaristía: han venido para acompañar a sus jóvenes, y es bonito compartir esta experiencia de fe. Pero es una etapa en el camino. Sigan acompañándolos con generosidad y alegría, ayúdenlos a comprometerse activamente en la Iglesia; que nunca se sientan solos.
3. La última palabra: para servir. Al comienzo del salmo que hemos proclamado están estas palabras: «Canten al Señor un cántico nuevo» (95,1). ¿Cuál es este cántico nuevo? No son palabras, no es una melodía, sino que es el canto de su vida, es dejar que nuestra vida se identifique con la de Jesús, es tener sus sentimientos, sus pensamientos, sus acciones. Y la vida de Jesús es una vida para los demás. Es una vida de servicio.
San Pablo, en la lectura que hemos escuchado hace poco, decía: «Me he hecho esclavo de todos para ganar a los más posibles» (1 Co 9,19). Para anunciar a Jesús, Pablo se ha hecho «esclavo de todos». Evangelizar es dar testimonio en primera persona del amor de Dios, es superar nuestros egoísmos, es servir inclinándose a lavar los pies de nuestros hermanos como hizo Jesús.
Vayan, sin miedo, para servir. Siguiendo estas tres palabras experimentarán que quien evangeliza es evangelizado, quien transmite la alegría de la fe, recibe alegría. Queridos jóvenes, cuando vuelvan a sus casas, no tengan miedo de ser generosos con Cristo, de dar testimonio del evangelio. En la primera lectura, cuando Dios envía al profeta Jeremías, le da el poder para «arrancar y arrasar, para destruir y demoler, para reedificar y plantar» (Jr 1,10). También es así para ustedes. Llevar el evangelio es llevar la fuerza de Dios para arrancar y arrasar el mal y la violencia; para destruir y demoler las barreras del egoísmo, la intolerancia y el odio; para edificar un mundo nuevo. Jesucristo cuenta con ustedes. La Iglesia cuenta con ustedes. El Papa cuenta con ustedes. Que María, Madre de Jesús y Madre nuestra, les acompañe siempre con su ternura:
«Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos». Amén.

lunes, 29 de julio de 2013

DESDE CIERTO LUGAR


Lucas 11, 1-13

Una de las cosas quizás más desconcertantes para los contemporáneos de Jesús era su oración. Una oración que no tenía nada que ver con haber contraído un compromiso diario. Un hombre que de madrugada se levanta para orar o que termina el día retirándose a orar, es alguien que realmente tiene “necesidad” de interpretar lo que sucede, de encontrarse con Dios desde el interior de su propia vida, desde el fondo de las realidades que le tocan, realidades de gente sufrida, realidades de injusticia acumulada.  Un hombre para quien no es suficiente el rezo litúrgico en la sinagoga, ni mucho menos las largas recitaciones de la Torá.  Un hombre que debe mantenerse a la intemperie si quiere llevar a buen término su proyecto de Reino, necesita profundizar su diálogo con Dios y estar en  continuo discernimiento para no endurecerse en su radicalidad ni tampoco dejarse llevar por intereses personales.

Así la petición de “enséñanos a orar como Juan enseñó a sus discípulos” puede esconder una pequeña trampa. Enséñanos a orar de esta manera puede significar algo así como enséñanos el discipulado de Juan.  La experiencia espiritual de Jesús le había llevado por otros derroteros. Así que no podía enseñar a orar como Juan. El discipulado en Jesús tiene por otra parte otras características que el de Juan porque incluía a mujeres como Marta y María y otras, es decir, no imponía ciertas fronteras culturales que el discipulado de Juan había dejado intactas.

Así Jesús decide no enseñar un método sino expresar una palabra salida de su propia experiencia interior:

-          Presenta a un Dios que se comparte y que a su vez invita a la fraternidad. Dios no es individual sino una experiencia colectiva de justicia. Eres Padre porque eres nuestro. Estás en los cielos porque lo abarcas todo.

-          Se desea a Dios en cuanto que se desea el Reino. Dios se identifica fundamentalmente porque tiene un reino e invita a participar en él.

-          Con este Dios se tiene una relación de criatura, no se trata de un contrato moral, sino una disposición permanente a vivir desde una verdad confiada: ¡hágase tu voluntad!

-          Dios es providente en cuanto que libra del mal. Así quiere, así se muestra su misericordia. Pero hay que pedirlo para que esa petición pueda cumplirse en cada persona.

No importa por tanto la bondad o la maldad, la oportunidad o la amistad inoportuna. A Dios no le importa el comportamiento sino esa tenacidad para buscar lo que de verdad puede hacer feliz al ser humano.

Dejarnos enseñar por Jesús. ISAMIS quiere ponerse en esta disposición en este momento de su historia. Necesitamos orar y necesitamos que oren por nosotros y nosotras para no caer en la tentación que imponen los acontecimientos. Necesitamos irnos liberando hoy también de ciertos males que nos corroen y que imposibilitan la vida plena en las comunidades. Necesitamos continuamente recuperar el “nuestro” en la oración de Jesús. Ese “nuestro” que nos enseña la horizontalidad en las relaciones, la participación en las decisiones y la implicación en la compasión.

Debemos transitar CIERTOS LUGARES que no se corresponden con lugares sagrados necesariamente pero que son nuestros. Esos lugares se deben convertir para cada uno y cada una en una manifestación de Dios. Dejemos que Jesús nos lleve y nos enseñe.

jueves, 25 de julio de 2013

ENCUENTRO DEL PAPA FRANCISCO CON LOS JÓVENES ARGENTINOS - "quiero lío en las diócesis, quiero que se salga afuera, quiero que la Iglesia salga a la calle"

"Gracias,  gracias, por estar hoy aquí,  por haber venido. Gracias a los que están adentro  y muchas gracias a los que están afuera, a los 30 mil me dicen que hay afuera. Desde acá los saludo,  están bajo la lluvia.
 
Gracias por el gesto de acercarse, gracias por haber venido a la Jornada de la Juventud, yo  le sugerí al doctor Gasbarri que es el que maneja, que organiza el viaje, si hubiera un lugarcito para encontrarme con ustedes. Y en medio día tenía arreglado todo, así que también quiero agradecer públicamente también al doctor Gasbparri, esto que ha logrado hoy.
 
Quisiera decir una cosa. ¿Qué es lo que espero como consecuencia  de la  Jornada de la Juventud? Espero lío. Que acá dentro va a haber lío va a haber, que acá en Río va a haber lío va a haber, pero quiero lío en las diócesis, quiero que se salga afuera, quiero que la Iglesia salga a la calle, quiero que nos defendamos de todo lo que sea mundanidad, de lo que sea instalación, de lo que sea comodidad, de lo que sea clericalismo, de lo que sea estar encerrados en nosotros mismos, las parroquias, los colegios, las instituciones son para salir, sino salen se convierten en una ONG ¡y la Iglesia no puede ser una ONG!
 
Que me perdonen los obispos y los curas, si alguno después le arma lío a ustedes, pero es el consejo. Gracias por lo que puedan hacer.
 
Miren, yo pienso que en este momento esta civilización mundial se pasó de ‘rosca’, se pasó de ‘rosca’, porque es tal el culto que ha hecho al dios dinero que estamos presenciando una filosofía y una praxis de exclusión de los dos polos de la vida que son las promesas de los pueblos.
 
Exclusión de los ancianos, por supuesto, porque uno podría pensar que podría haber una especie de eutanasia escondida es decir, no se cuida a los ancianos pero también está una eutanasia cultural. No se los deja hablar, no se los deja actuar. Exclusión de los jóvenes, el porcentaje que hay de jóvenes sin trabajo y sin empleo es muy alto y es una generación que no tiene la experiencia de la dignidad ganada por el trabajo, o sea esta civilización nos ha llevado a excluir dos puntas que son el futuro nuestro.
 
Entonces los jóvenes tiene que salir, tienen que hacerse valer, los jóvenes tienen que salir a luchar por los valores, a luchar por esos valores, y los viejos abran  la boca, los ancianos abran la boca y enséñennos, transmítannos la sabiduría de los pueblos.
 
En el pueblo argentino, yo se los pido de corazón a los ancianos, no claudiquen de ser la reserva cultural de nuestro  pueblo que transmite la justicia, que transmite la historia, que trasmite  los valores , que transmite la memoria de pueblo. Y ustedes, por favor,  no se metan contra los viejos, déjenlos hablar, escúchenlos y lleven adelante. Pero sepan, sepan que en este momento ustedes los jóvenes y los ancianos están condenados al mismo destino: exclusión. No se dejen excluir, ¿está claro? Por eso creo que tienen que trabajar.
 
Y la fe en Jesucristo no es broma, es algo muy serio. Es un escándalo que Dios haya venido a hacerse uno de nosotros, es un escándalo, y que haya muerto en la cruz, es un escándalo, el escándalo de la cruz. La cruz sigue siendo escándalo pero es el único camino seguro, el de la cruz, el de Jesús, la encarnación de Jesús.
 
Por favor, ¡no licúen la fe en Jesucristo!, hay licuado de naranja, hay licuado de manzana, hay licuado de banana pero, por favor, ¡no tomen licuado de fe!
 
¡La fe es entera, no se licúa, es la fe en Jesús!, es la fe en el hijo de Dios hecho hombre que me amó  y murió por mí.
 
Entonces hagan  lío, cuiden los extremos del pueblo que son los ancianos y los jóvenes, no se dejen excluir y que no excluyan a los ancianos, segundo, y no licúen la fe en Jesucristo.
 
Las bienaventuranzas. ¿Qué tenemos que hacer padre?, Mira lee las bienaventuranzas que te van a venir bien y si querés saber qué cosa práctica tienes que hacer, lee Mateo 25 que es el protocolo con el cual nos van juzgar. Con esas dos cosas tienen el programa de acción: las bienaventuranzas y Mateo 25 no necesitan leer otra cosa, se los pido de corazón.
 
Bueno, les agradezco ya esta cercanía. Me da pena que estén enjaulados. Pero les digo una cosa, yo por momentos siento qué feo que es estar enjaulado, se los confieso de corazón.
 
Los comprendo y me hubiera gustado estar más cerca de ustedes pero comprendo que por razón de orden no se puede.  Gracias por acercarse, gracias por rezar por mí. Se los pido de corazón, necesito, necesito de la oración de ustedes, necesito mucho. Gracias por eso.
 
Les voy a dar la bendición y después vamos a bendecir la imagen de la Virgen que va a recorrer toda la república y la cruz de San Francisco que van a recorrer ‘misionaramente.
 
Pero no se olviden: hagan lío, cuiden los dos extremos de la vida, los dos extremos de la historia de los pueblos que son los ancianos y los jóvenes, y no licúen la fe".
 

martes, 23 de julio de 2013

APRENDENDIENDO A SER DISCÍPUL@S DE JESÚS

El lugar desde donde se ve no es indiferente. No es lo mismo ver la vida desde la ventana de un palacio que desde una casa indígena en mitad de la selva. Por eso, necesitamos tantas veces movernos de lugar para poder ampliar la mirada y tener perspectivas más hondas. En esta parte del mundo las lluvias no terminan y en la Vía que llega hasta Tulcán hay más de 30 derrumbos. Ahora hay paso, pero las dificultades para poder conectarse y reunirse son grandes. A pesar de ello, nos convocamos y agradecemos a Dios todas las posibilidades que nos ofrece cada día para seguir adelante.
 
Y leemos este evangelio desde una  pequeña comunidad en Sucumbíos, comunitariamente desde luego. Nos ha servido de iluminación en la reunión de ministerios del sector para evaluar el año. Acogemos a quienes llegan, nos presentamos, están también los voluntarios-as que vienen para el apoyo educativo con el deseo de intercambiar experiencias y saberes. Compartimos la vida.
 
Y descubrimos que andamos tantas veces con ocupaciones cotidianas que nos distancian de lo realmente importante. Que debemos hacer ese pequeño esfuerzo que consiste en enfocar bien la vida y dar importancia a lo que nos da vida, madurez y profundidad y aprender a relativizar todo aquello que aunque es necesario, no es la “mejor parte”. Vemos las resistencias a reunirnos para formarnos, adquirir nuevos horizontes, organizar nuestras solidaridades y comprendemos que es por esta falta de saber qué es lo realmente importante.
 
La mujer que a los pies de Jesús quiere romper con esa tendencia a perderse en preocupaciones y paralizarse en lo que hace nos enseña hoy a las comunidades. La miramos como una mujer inteligente que sabe de Dios y de la vida porque ha seguido su intuición interior. Es también una mujer que se libera de las ataduras que la cultura impone a las mujeres.  Miramos a Jesús afirmando su gesto y animando su actitud y nos sobrecogemos al comprender que este Hijo de hombre también aplaudirá a todas las mujeres que hoy en el Iglesia sepan despreocuparse y ocuparse en lo más necesario. Y a todos aquellos que decidan mirar hacia dentro de ellos mismos y buscar en comunidad lo que les fortalece y anima a crecer.
 
Jesús sabía perfectamente dónde  estaba lo que nos engrandece y dignifica y dónde lo que nos empequeñece. Jesús quiere nuestra completa humanización. Por eso, anima a Marta a enfocarse hacia lo único necesario y alaba a María por hacer ese camino de aprendizaje que consiste en hacerse discípula.

domingo, 21 de julio de 2013

NI DE MARTA NI DE MARÍA PODEMOS PRESCINDIR

 
Escrito por  Fray Marcos
Lc 10, 38-42

Si queremos entender el verdadero sentido del texto, no debemos olvidar el contexto en el evangelio de Lucas. Enmarcado dentro del viaje a Jerusalén, este relato intenta determinar el perfil de aquellos que quieren seguir a Jesús. Durante esa subida, va formando a sus discípulos.

Lucas es el único que relata este episodio y no es casualidad que una vez más se sienta interesado en destacar la importancia de la mujer en la vida pública de Jesús.

No debemos interpretar el texto como una condena de la actitud de Marta. Es solo el contrapunto para resaltar la necesidad que todo cristiano tiene de escuchar al único Maestro.

No tiene ningún sentido haber sacado de este relato, una distinción entre la vida contemplativa y la vida activa. Mucho menos si, en vez de distinción, lo que se pretende es una oposición. Tampoco aparece por ninguna parte la pretendida superioridad de la vida contemplativa sobre la vida activa. No es correcto el interpretar este evangelio como proclamación de dos clases de cristianos, unos que se dedican a la vida activa y otros a la contemplativa. Parece que el primero que levantó esta falsa liebre fue Orígenes, y durante 18 siglos hemos seguido corriendo detrás de un señuelo de trapo.

En los primeros siglos del cristianismo se desarrolló la idea de que no se podía vivir el evangelio en medio del mundo. Surge así la idea del monacato y de la huída del mundo en el desierto. Esto no tiene nada de cristiano, porque el evangelio no invita a una separación de la vida, sino a vivirla en plenitud dentro de las situaciones normales para la mayoría.

No debemos interpretar la falta de vocaciones a la vida religiosa como un desastre para la comunidad. Nuestra verdadera preocupación debería estar en que todos los que somos cristianos por el bautismo, desarrollemos de verdad esa vida cristiana como decía hoy Pablo.

El domingo pasado terminaba el evangelio con esta frase: "Anda, haz tú lo mismo". Del evangelio se deduce que no puede darse un amor a Dios directo, que no se refleje en el amor a los demás. Aplicado al tema que nos ocupa, no puede haber auténtica contemplación que no se manifieste en la acción. Puede darse una contemplación sin acción, pero será siempre una falsa ilusión.

Tampoco puede haber una acción verdaderamente espiritual que no surja de la contemplación. Claro que puede haber acciones buenas sin contemplación, pero no son más que programaciones que no nos enriquecen espiritualmente.

Una vez más debemos superar la aparente contradicción del evangelio. En otro lugar dice Jesús: "el que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica, se parece a un hombre necio, que edificó su casa sobre arena". Edificar sobre roca es escuchar y obrar en consecuencia. Por lo tanto, nada más lejos puede estar este relato de un espiritualismo desencarnado. Eso sí, para actuar con verdadero sentido espiritual, debemos primero escuchar a Jesús y descubrir en su vida y enseñanzas los motivos de la acción. Esto, que parece tan sencillo, es la clave para entrar en la dinámica del mensaje de Jesús. Todo lo que no sea entrar por este camino, será engañarnos.

Marta, al quejarse, no tiene en cuenta lo que María está haciendo. Solo tiene en cuanta las consecuencias de esa actitud que le perjudica. Jesús no critica a Marta por estar ocupada, sino por estar preocupada e inquieta por realidades materiales, que tienen muy poca importancia. Tampoco dice que lo que hace sea malo. Fijaos, que dice: "María ha escogido la parte mejor", lo cual significa que lo que hacía Marta era también bueno. El mensaje es que toda acción verdaderamente cristiana debe nacer de la contemplación.

Todos tenemos que ser a la vez, Marta y María. No es nada fácil mantener el equilibrio. En un árbol frutal, ¿qué es lo más importante, las raíces o el fruto? La pregunta es absurda. Sin las raíces es impensable el árbol. Sin los frutos, el árbol sería completamente inútil. Es muy fácil resbalar hacia una u otra dirección. En todas las épocas ha habido místicos que despreciaron el trabajo y hombres y mujeres de acción que despreciaron como inútil la contemplación.

A la luz de este relato, se abre una nueva perspectiva para la mujer. María, es aceptada por Jesús como interlocutora válida de su mensaje. A pesar de su apariencia inocua, tal vez sea el relato más subversivo de todo el evangelio. "Sentada a los pies de Jesús escuchaba su palabra". Está haciendo referencia a la postura que adoptaban los discípulos a los pies del maestro. María está allí como discípula. Esto trastoca todos los valores en que estaba fundada la sociedad de la época.

Algunos dichos rabínicos nos dan una pista de lo que pensaban de la mujer: "El que enseña la Torá a una mujer, le enseña necedades". "Mejor fuera que desapareciera en las llamas la Torá, antes de ser entregada a la mujer". "Maldito el padre que enseña a su hija la Torá". Para ellos la mujer era incapaz de comprender la Ley.

También la mujer tiene que desarrollar su interior, tiene que buscar el enriquecimiento como ser humano. Tiene que descubrir que la realización como ser humano, es más importante que todas las tareas comúnmente asignadas a la mujer. Jesús invita a las mujeres a desarrollar sus valores espirituales.

La actitud de María ayuda a Jesús a descubrir todo eso. Vio que había adquirido unos valores espirituales que a él mismo le servían de referencia. María era para él, una valiosa interlocutora espiritual. Después de esto, Jesús está en condiciones de responder a la mujer que le quiso hacer una alabanza diciendo: "Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron" (tarea femenina). Pero Jesús responde: "Dichosos más bien todos los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen".

No es el parir a los hijos el valor fundamental de una mujer, aunque el varón sigue empeñado en mantener esta valoración. La mujer es un ser humano, no es una criada a la que ni siquiera hay que pagar.

Esta actitud de Jesús para con la mujer, se manifiesta también en otros muchos lugares del evangelio. El comportamiento de Jesús con la mujer está completamente libre de misoginia o antifeminismo. Ni asomo de miedo al sexo o machismo, ni siquiera paternalismo. Los evangelios nos dicen que en el grupo de seguidores había también mujeres. Los relatos de la mujer adúltera, la pecadora, la Magdalena, la Cananea, la Hemorroisa, nos indican esa preocupación constante por la mujer, que en su tiempo estaba completamente marginada. Lástima que esa actitud de Jesús haya quedado relegada al olvido en la Iglesia, que sigue manteniendo después de dos mil años, su ideología machista.

El Concilio Vaticano II rechazó toda forma de discriminación por razón de sexo como contraria al plan de Dios; pero a renglón seguido nos demuestra, en la práctica, que eso no tiene vigencia en la institución. Las mujeres que se sintieron comprendidas y liberadas por Jesús, son discriminadas por sus sucesores.

La opresión de las mujeres en la Iglesia es solo una manifestación externa de la represión de lo femenino en la jerarquía. Es hora de superar un patriarcado ciego, inconsciente y fanático. Si la mujer hubiera tenido algo que ver en las decisiones de la Iglesia, no habría cometido tantas barbaridades.

No es que el cristianismo haya incrementado la marginación de la mujer, pero sí ha mantenido actitudes ancestrales que habían sido superadas por Jesús. Lo que los cristianos hemos hecho con la mujer no es solo mantener una mala costumbre; con el evangelio en la mano podemos afirmar que es una injusticia en toda regla. Contra esa injusticia no sólo tienen que luchar las mujeres, tenemos que luchar todos; y no por hacer un favor a la mujer, sino porque es un despilfarro de energías, prescindir de un plumazo de más de la mitad de sus miembros a la hora de buscar soluciones a sus problemas.

Y no se trata solamente del problema de la ordenación sacerdotal. Desde luego no hay ninguna razón teológica ni exegética en contra, que tenga un mínimo de consistencia. Pero ese problema quedaría resuelto en el momento en que la mujer quedara equiparada al varón en todos los ámbitos de la estructura eclesial. Hay que reconocer con toda sinceridad, que se trata de una lucha por el poder. ¿Por qué tiene que ser el varón el que toma decisiones, incluso en temas que afectan exclusivamente a la mujer?

 

Meditación-contemplación

 

"¡Andas preocupada e inquieta por tantas cosas!"

Hoy se propone un análisis personal de nuestra vida.

Nadie puede dar por supuesto el difícil equilibrio.

Como el volante de un automóvil, siempre tendremos que estar rectificando.

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No hay parte mejor o peor.

Como en el frutal, raíz y fruto son igualmente importantes.

En el tiempo, echar raíces (escuchar a Jesús) es lo primero.

El objetivo será siempre el fruto (el servicio a todos)

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Intenta ser cada día más Marta y más María.

Es la única manera de madurar en la vida cristiana.

Cada día más enraizado en Cristo

Y más volcado hacia los demás.

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Fray Marcos

domingo, 14 de julio de 2013

¿Qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?


Vuelco total el de Jesús. Al estilo del Magníficat de María. ¿Cuándo aprenderemos? Atráenos Virgen del Carmen, caminaremos en pos de ti…
Domingo décimo quinto del tiempo ordinario       14 julio 2013

Lectura orante del Evangelio: Lucas 10,25-37

“Si el alma está mucho con el Señor, poco se debe acordar de sí; toda la memoria se le va en cómo contentarle y en qué o por dónde mostrará el amor que le tiene” (7M 4,6).
‘¿Qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?’Nos ponemos al aire de Jesús, sacamos del corazón las preguntas, nos abrimos a la vida en plenitud sin miedos paralizantes, estamos dispuestos a escuchar la respuesta de Jesús aunque nos descoloque, entramos en relación con todo, oramos. Vuelvo a ti, Jesús, mi mirada. Me fío de ti. Tú eres la mejor garantía de verdad para mi vida.

‘Amarás al Señor con todo tu corazón y al prójimo como a ti mismo’. La respuesta de Jesús viene enseguida. La vida plena es cuestión de amor. Solo el amor es digno de fe. Esa es la verdad más honda, la que Dios, al mirarnos, ha dejado dibujada en nuestro corazón. Amar es lo más nuestro, nuestra verdad más verdadera. Y lo que Dios ha unido, amar a Dios y al prójimo, que no lo separe nuestro yo egoísta. Amar a Dios en el corazón del prójimo, amar al prójimo con el corazón de Dios. Tú, Dios mío y ustedes, mis prójimos, unidos /as en mí en una misma experiencia de amor.

‘Un hombre… cayó en manos de unos bandidos… dejándolo medio muerto’. Jesús nos saca a la calle, donde están las víctimas. Descentra la mirada del yo, para que miremos a los/as heridos/as del camino; eso es mirar a Jesús, eso es orar. Siempre habrá cerca algún/a apaleado/a, que nos descubrirá la verdad o mentira de nuestra fe; no hay mejor crisol para probarnos. Dame, Jesús, ojos para ver, corazón para amar.  

‘Un sacerdote bajaba por aquel camino, dio un rodeo y pasó de largo’. Nunca es verdadera una vida si vive en paralelo, con una oración que no toca las heridas ni cura las dolencias. Pasar de largo ante un/a herido/a es pasar de largo ante Dios y ante la propia dignidad, así de fuerte o así de fascinante, según se mire. Sin prójimo, no hay Dios que valga. Señor, que mi oración nunca sea un rodeo.    

‘Pero un samaritano al verlo se le acercó y lo cuidó’. La provocación de Jesús: Dios es amor compasivo; el rostro misericordioso de Dios lo manifiesta el que es peor visto; el corazón ve mejor que la doctrina; la misericordia está por encima del culto; los/as samaritanos/as son la esperanza. Enséñame, Jesús, a ser samaritano/a.     

‘Anda y haz tú lo mismo’. O ‘haced lo que Él os diga’, que es la propuesta de María, la Madre del Carmelo. Para ofrecer luz al que está a oscuras y transmitir verdad por los caminos. Sin esto, el amor es imposible. Ser prójimo del necesitado es la alegría de la oración, es el anuncio del Evangelio, es la esperanza del mundo. Bendito seas, Jesús, por tas personas buenas. Aviva en mí el deseo de seguir tus pasos.

¡FELIZ DOMINGO Y FELIZ DÍA DEL CARMEN! Desde el CIPE – julio 2013

lunes, 8 de julio de 2013

Misioneros/as, Ministerios y Comunidades de Sucumbíos, Ecuador, al Papa Francisco

NOTA PREVIA

VICARIATO DE SAN MIGUEL DE SUCUMBIOS-MISIÓN CARMELITA, ECUADOR, EN CONFLICTO DE DIVISIÓN INTERNA CON HONDAS CONSECUENCIAS SOCIALES, desde la salida de su Obispo Mons. Gonzalo López Marañón OCD, por intervención del Cardenal Iván Días (Congregación para la Evangelización de los Pueblos), quien envió en su lugar a los Heraldos del Evangelio con el mandato de “organizar el Vicariato e implantar de manera diferente todo el trabajo pastoral”. Esta congregación -HE- produjo división y enfrentamiento entre la población que se mantuvo aún después de su salida del Vicariato, siete meses después, y que además exigió por parte de Roma, la salida de todo el grupo de Padres Carmelitas Descalzos. PEDIMOS RESPETUOSAMENTE:

-          NOMBRAR OBISPO DEFINITIVO, PASTOR QUE ESCUCHE EL CLAMOR DE SU PUEBLO Y CONTINÚE NUESTRA TRADICIÓN ECLESIAL SEGÚN EL VATICANO II Y  EL MAGISTERIO LATINOAMERICANO, Y

-          QUE SE LEVANTE LA PROHIBICIÓN DE VOLVER A SUCUMBÍOS AL OBISPO EMÉRITO MONS. GONZALO LÓPEZ MARAÑÓN.

 


Querido Hermano

PAPA FRANCISCO

OBISPO DE ROMA

Roma – Italia

 

Lago Agrio, Sucumbíos, Ecuador, 19 de Mayo de 2013

FIESTA DE PENTECOSTÉS

 Con toda la Iglesia, te recibimos a ti, Espíritu Santo,

 nuestro don por excelencia, nuestra alegría.

 

Muy querido Hermano mayor en la fe:

Nos dirigimos a usted de parte de las comunidades eclesiales y de los agentes de pastoral del Vicariato Apostólico de Sucumbíos -Misión Carmelita-, ubicado en la provincia de Sucumbíos, en la zona nor-oriental del Ecuador, en frontera con Colombia y Perú.

 Saludos en Cristo Jesús Resucitado desde este rincón de la Amazonía Ecuatoriana, llena de sol y de agua, de verdor y biodiversidad; entretejida y enriquecida por  nacionalidades  autóctonas y pueblos migrantes de todo el Ecuador y de la vecina Colombia; desde esta tierra afectada por la falta de planificación en su colonización iniciada hace poco más de 40 años, situaciones complejas como la presencia de refugiados/as, la contaminación petrolera, la deforestación, la violencia, pero a la vez con enormes fortalezas y con grandes y renovadas esperanzas.

Queremos decirle que sentimos una inmensa alegría por tener un Obispo de Roma “venido del fin del mundo”, nuestra querida Argentina, lo cual significa un cambio de perspectiva en la Iglesia universal; porque ha escogido el nombre de Francisco, muy inspirador en este momento eclesial; porque es un pastor sencillo de larga experiencia,  que sueña con “una Iglesia de los pobres y para los pobres”; porque  ha realizado gestos de acogida, cercanía e inclusión, con los que nos identificamos plenamente. El mundo y nosotros/as esperamos mucho de Ud. para que la Iglesia, más que mirarse a sí misma, mire al mundo y al proyecto del Reino del cual es servidora por mandato del Señor. Por eso, hemos orado por usted desde el inicio de su elección y especialmente el 19 de marzo, día de su posesión.

Somos la Iglesia que peregrina en Sucumbíos y queremos hablarle con el corazón: desde nuestra pequeña experiencia que ha intentado desde principios de los años 70, hacer un camino poniendo en práctica lo que nos dice el Concilio Vaticano II, en sintonía con la Iglesia Latinoamericana desde Medellín hasta Aparecida. Nuestro caminar misionero nos ha llevado a crear y acompañar pequeñas comunidades eclesiales en todos los rincones de nuestra selva a partir de los asentamientos de colonos/as y de las comunidades indígenas; nuestra Iglesia se esfuerza por encarnar el Evangelio en la vida de indígenas, afro descendientes, campesinos/as y de la gente humilde de los barrios en las ciudades, respetando y valorando su cultura, promoviendo la formación y la participación local; es una Iglesia que promueve y valora la participación de los laicos/as, las mujeres, los/as jóvenes y los/as niños/as; es una Iglesia que “camina con los dos pies”: uniendo fe y  vida, evangelización y pastoral social, espiritualidad y compromiso transformador de la vida y la sociedad; así hemos caminado como Pueblo de Dios con el Evangelio de Jesús y su pasión por el Reino.

Tenemos como Iglesia, lo reconocemos, también muchas carencias, debilidades y errores en este camino, pues llevamos este tesoro en vasijas de barro (2 Cor 4, 7). Y a partir de esa misma experiencia, nos hemos esforzado por no condenar a nadie (Jn 3, 17; 8, 15), por acoger con cariño a todos/as en las comunidades, por incluir en la marcha de la Iglesia especialmente a pobres y sencillos; por solidarizarnos con los grupos más vulnerables y apoyar todos los esfuerzos por tener una vida más digna y feliz para todos/as.

En octubre del 2010 recibimos una comunicación de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, firmada por su Presidente el Cardenal Iván Dias. En dicha comunicación se pedía a nuestro Obispo Mons. Gonzalo López Marañón OCD, quien había estado al frente de la Iglesia en los 40 últimos años, y había renunciado como es lo estipulado, a salir de inmediato y que si fuera posible incluso del país, y se encargaba la administración de la misma a los Heraldos del Evangelio. Al tiempo que se pedía “el nuevo Administrador Apostólico tendrá que organizar el Vicariato e implantar de manera diferente todo el trabajo pastoral”, cosa que quisieron cumplir rápidamente, intentando   desmontar toda la estructura en que se había cimentando el modelo de iglesia que ha permitido una participación activa y comprometida de los laicos/as.

Esta situación generó un conflicto no sólo de tipo religioso, sino social, por el nexo tan estrecho que había existido entre la Iglesia y la construcción de un tejido social basado en la solidaridad y en la unión, ejes fundamentales para la creación y desarrollo de la Provincia de Sucumbíos, lo que puso en riesgo la estabilidad de esta Provincia fronteriza.  Por la presión existente, el 19 de mayo de 2011, se dispuso que salieran de la Provincia los Heraldos, pero también el Vaticano exigió la expulsión de los Padres Carmelitas, de la Provincia, donde estaban al frente de la Iglesia como Misión Carmelita desde el 1937.

Es por eso que se nos hace muy difícil vivir y entender lo que estamos experimentando a partir de la salida violenta de nuestro Obispo Monseñor Gonzalo López y de los Padres Carmelitas (OCD). “Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas” (Mt 26, 31): como consecuencia de esta intervención eclesial, a la que se suman determinados intereses económicos y políticos locales que no tenían acogida en nuestras comunidades por los valores contrarios al Evangelio y al interés comunitario que hemos defendido siempre. Esta situación produjo división, sufrimiento y sigue causando mucho dolor, confusión, escándalo y desánimo, no sólo al interior de la Iglesia sino también en la sociedad de Sucumbíos, con debilitamiento del tejido social. Sin embargo, y a pesar de muchas dificultades, la legítima tradición eclesial de Sucumbíos sigue viva, sufrida y esperanzada, mártir y siempre en trance de resurrección. 

Han pasado casi tres años y seguimos a la espera de nuestro Obispo definitivo. Esperamos que sea un pastor, que venga a ayudarnos a sanar heridas y a reconciliarnos, a retomar creativamente el camino en fidelidad a Jesús y su Evangelio, a las opciones fundamentales del Vaticano II y al Magisterio Latinoamericano, a fortalecer nuestra esperanza para que nuestra Iglesia Local vuelva a ser “Casa y Escuela de Comunión” y a seguir soñando que “La liberación integral de hombres y mujeres, desde los pobres, por la causa del Reino” -nuestra utopía- es posible.

Hermano Francisco, confiamos en su amor a la Iglesia. Ud. puede ayudarnos con su sabiduría y su apuesta por una Iglesia de los/as pobres y para los/as pobres, como hemos pretendido hacer en la nuestra, nombrando un Obispo definitivo, hombre de Dios y “con olor a oveja”, y levantando la prohibición de que Mons. Gonzalo López Marañón, regrese a la Iglesia a la que entregó  40 años de su vida y le gustaría seguir haciéndolo hasta el final , pues creemos que es su legítimo derecho, como ciudadano ecuatoriano y Obispo Emérito de Sucumbíos.

Agradecemos la acogida favorable que pueda dar a nuestras peticiones y quedamos disponibles a cualquier requerimiento de su parte. Reciba todo nuestro cariño y gratitud, y nuestra oración comprometida para que el Espíritu del Señor y la protección de nuestra madre María estén con Ud. en el ejercicio de su importantísimo ministerio.

 

Iglesia Pueblo de Dios, de San Miguel de Sucumbíos, Ecuador

Coordinación Diocesana de la Pastoral Campesina:
Coordinación Diocesana de la Pastoral Urbana:
Coordinación Diocesana de la Pastoral Indígena:
Coordinación Diocesana de la Pastoral Afro:
Coordinación Diocesana de Comunidades Cristianas y Ministerios:
Coordinación Diocesana de Catequesis:
Coordinación Diocesana de Pastoral Infantil, Juvenil y Vocacional:
Coordinación Diocesana de la Familia:
Coordinación Diocesana de Animación Misionera:
Coordinación Diocesana de Autofinanciamiento:
Coordinadores de Pastoral Social de las Unidades pastorales
(Indígena, Afro; Campesina y Urbana):
Coordinación de la Escuela Diocesana de Ministerios:
Clero Incardinado (Presbíteros y Diáconos):
Equipo Itinerante y Pastoral de Fronteras:
Equipo Educativo del Seminario Mayor Diocesano “La Encarnación”:
Coordinación de la CER (Religiosos/as) de Sucumbíos:
Coordinación de las COIM (Comunidades para la Iglesia y para el Mundo):
Movimiento de Retiros Parroquiales Juan XXIII:
Centro de Espiritualidad “Monte Carmelo”:
Radiodifusora Diocesana “Radio Sucumbíos”:
Miembros elegidos en Asamblea Diocesana al Consejo Gubernativo de Bienes:

iglesiapueblodediossucumbios@yahoo.es

Lago Agrio, Sucumbíos, Ecuador
 
NOTA: Adjuntamos la carta del Card. Iván Dias, Presidente de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos en aquel entonces.