GIANNI VALENTE
(Es
ciertamente un motivo de alegría y de esperanza, en medio de la noche oscura. Y
también se perciben otras luces en el horizonte, será que ya llega la aurora
del nuevo día?. Y es que como dice el refrán: “la verdad padece, pero no
perece”. Y una Iglesia que pretende ser fiel a Jesús y su propuesta del Reino,
una Iglesia que quiere estar cerca de los pobres como Jesús… puede padecer,
pero no perecer.
Por eso queremos compartir con nuestros amigos y
amigas, con nuestros hermanos y hermanas, este artículo de Gianni Valente que
nos ofrece esa buena noticia de la revalorización de la Teología de la
Liberación, como una de las corrientes más significativas de la teología
católica del siglo XX.)
«El movimiento eclesial teológico de
América Latina, conocido como “teología de la liberación”, que después del
Vaticano II encontró eco en todo el mundo, debe ser considerado, según mi
parecer, entre las corrientes más significativas de la teología católica del
siglo XX». Quien consagra la teología de la liberación con esta halagadora y
perentoria evaluación histórica no es algún representante sudamericano de las
estaciones eclesiales del pasado. El “certificado· de validez llega directamente
del arzobispo Gerhard Ludwig Müller, actual Prefecto del mismo dicasterio
vaticano -la Congregación para la Doctrina de la Fe (CdF)- que durante los años
ochenta, siguiendo el impulso del Papa polaco y bajo la guía del entonces
cardenal Ratzinger, intervino con dos instrucciones para indicar las
desviaciones pastorales y doctrinales que también incluían los caminos que
habían tomado las teologías latinoamericanas.
La evaluación sobre la teología de la liberación no es una declaración
que se le escapó accidentalmente al actual custodio de la ortodoxia católica.
El mismo juicio, meditado, aparece en las densas páginas del volumen del que
proviene la cita: una antología de ensayos escrita a cuatro manos, impresa en
Alemania en 2004, y que ahora está por se publicada en Italia con el título “De
la parte de los pobres, Teología de la liberación, Teología de la Iglesia”
(Ediciones Messaggero, Padua, Emi).
El libro hoy irrumpe casi como un acto para clausurar las guerras
teológicas del pasado y los residuos bélicos que de tanto en tanto brillan para
esparcir alarmas que representan ya intereses ya pretextos. El volumen lleva
las firmas del actual responsable del ex Santo Oficio y del teólogo peruano
Gustavo Gutiérrez, padre de la teología de la liberación e inventor de la misma
fórmula usada para definir esa corriente teológica, cuyas obras fueron
sometidas a exámenes rigurosos durante bastante tiempo por parte de la CdF en
su larga estación ratzingeriana, aunque nunca se le haya atribuido ninguna
condena.
El libro representa el resultado de un
largo camino común. Müller nunca ha ocultado su cercanía a Gustavo Gutiérrez, a
quien conoció en 1998 en Lima durante el curso de un seminario de estudios. En
2008, durante la ceremonia para el doctorado honoris causa concedido al teólogo
Müller por la Pontificia Universidad Católica del Perú, el entonces obispo de
Ratisbona definió como absolutamente ortodoxa la teología de su maestro y amigo
peruano. En los meses anteriores al nombramiento de Müller como guía del Dicasterio
doctrinal, justamente su relación Gutiérrez fue evocada por algunos como prueba
de la no idoneidad del obispo teólogo alemán para el puesto que ocupó
(durante 24 años) el entonces cardenal Ratzinger.
En los ensayos de la antología, los dos autores-amigos se complementan
recíprocamente. Según Müller, los méritos de la teología de la liberación van
más allá del ámbito del catolicismo latinoamericano. El Prefecto indica en que
la teología de la liberación ha expresado en el contexto real de la América
Latina de las últimas décadas la orientación hacia Jesucristo redentor y
liberador que marca cualquier teología auténticamente cristiana, justamente a
partir de la insistente predilección evangélica por los pobres. «En este
continente», reconoce Müller «la pobreza oprime a los niños, a los ancianos y a
los enfermos», e induce a muchos a «considerar la muerte como una escapatoria».
Desde sus primeras manifestaciones, la teología de la liberación “obligaba” a
las teologías de otras partes a no crear abstracciones sobre las condiciones
reales de la vida de los pueblos o de los individuos. Y reconocía en los pobres
la «carne misma de Cristo», como ahora repite Papa Francisco.
Justamente con la llegada del primer Papa latinoamericano surge con
mayor fuerza la oportunidad para considerar esos años y esas experiencias sin
los condicionamientos de los furores y las polémicas de entonces. Aún
alejándose de los ritualismos del “mea culpa” postizos o de las
“rehabilitaciones” aparentes, hoy es mucho más fácil reconocer que ciertas
vehementes movilizaciones de algunos sectores eclesiales en contra de la
teología de la liberación estaban motivadas por ciertas preferencias de
orientación política más que por el deseo de custodiar y afirmar la fe de los
apóstoles. Los que pagaron la factura fueron los teólogos peruanos y los
pastores que estaban completamente sumergidos en la fe evangélica del propio
pueblo, que acabaron “triturados” o en la sombra más absoluta. Durante un largo
periodo, la hostilidad demostrada hacia la teología de la liberación fue un
factor precioso para favorecer brillantes carreras eclesiásticas.
En uno de los textos, Müller (que en una entrevista del 27 de diciembre
de 2012 había expresado la hipótesis del escenario de un Papa
latinoamericano después de Ratzinger) describe sin medias tintas los factores
político-religiosos y geopolíticos que condicionaron ciertas “cruzadas” en
contra de la teología de la liberación: «Con el sentimiento triunfalista de un
capitalismo, que probablemente se consideraba definitivamente victorioso»,
refiere el Prefecto del dicasterio doctrinal vaticano, «se mezcló también la
satisfacción de haber cancelado de esta manera cualquier fundamento o
justificación de la teología de la liberación. Se creía que el juego era muy sencillo
con ella, arrojándola al mismo conjunto de la violencia revolucionaria y del
terrorismo de los grupos marxistas». Müller también cita el documento secreto,
preparado para el presidente Regan por el Comité de Santa Fe en 1980 (es decir
cuatro años antes de la primera Instrucción vaticana sobre la teología de la
liberación), en el que se solicitaba al gobierno de los Estados Unidos de
América que actuara con agresividad en contra de la «Teología de la
liberación», culpable de haber transformado a la Iglesia católica en «arma
política contra la propiedad privada y el sistema de la producción
capitalista». «Es desconcertante en este documento», subraya Müller, «la
desfachatez con la que sus redactores, responsables de dictaduras militares
brutales y de potentes oligarquías, hacen de sus intereses por la propiedad
privada y por el sistema productivo capitalista el parámetro de lo que
debe valer como criterio cristiano».
Después de haber pasado décadas de batallas y contraposiciones,
justamente la amistad entre los dos teólogos (el Prefecto de la Doctrina de la
Fe y el que durante un tiempo fue perseguido por el mismo dicasterio doctrinal)
alimenta finalmente una óptica capaz de distinguir los obsoletos armazones
ideológicos del pasado de la genuina fuente evangélica que impulsaba muchos de
los derroteros del catolicismo latinoamericano después del Concilio. Según
Müller, justamente Gutiérrez, con sus 85 años (y que planea viajar a Italia y
pasarse por Roma en septiembre), ha expresado una reflexión teológica que no se
limitaba a las conferencias ni a los cenáculos universitarios, sino que se
nutría de la savia de las liturgias celebradas por el sacerdote con los pobres,
en las periferias de Lima. Es decir, esa experiencia básica gracias a la que
-como dice siempre simple y bíblicamente el mismo Gutiérrez- «ser
cristianos significa seguir a Jesús». Es el Señor mismo, añade Müller al
comentar la frase de su amigo peruano, quien «nos da la indicación de
comprometernos directamente por los pobres. Hacer la verdad nos lleva a estar
de parte de los pobres».
(http://vaticaninsider.lastampa.it/es/vaticano/dettagliospain/articolo/teologia-della-liberazione-freedom-theology-teologia-de-la-libertad-vaticano-vatican-25842//pag/1/)