NOTA PREVIA
VICARIATO DE SAN MIGUEL
DE SUCUMBIOS-MISIÓN CARMELITA, ECUADOR, EN CONFLICTO DE DIVISIÓN INTERNA CON HONDAS
CONSECUENCIAS SOCIALES, desde la salida de su Obispo Mons. Gonzalo López
Marañón OCD, por intervención del Cardenal Iván Días (Congregación para la
Evangelización de los Pueblos), quien envió en su lugar a los Heraldos del
Evangelio con el mandato de “organizar el
Vicariato e implantar de manera diferente todo el trabajo pastoral”. Esta
congregación -HE- produjo división y enfrentamiento entre la población que se
mantuvo aún después de su salida del Vicariato, siete meses después, y que
además exigió por parte de Roma, la salida de todo el grupo de Padres
Carmelitas Descalzos. PEDIMOS RESPETUOSAMENTE:
-
NOMBRAR OBISPO DEFINITIVO, PASTOR QUE
ESCUCHE EL CLAMOR DE SU PUEBLO Y CONTINÚE NUESTRA TRADICIÓN ECLESIAL SEGÚN EL
VATICANO II Y EL MAGISTERIO
LATINOAMERICANO, Y
-
QUE SE LEVANTE LA PROHIBICIÓN DE
VOLVER A SUCUMBÍOS AL OBISPO EMÉRITO MONS. GONZALO LÓPEZ MARAÑÓN.
Querido Hermano
PAPA FRANCISCO
OBISPO DE ROMA
Roma – Italia
Lago Agrio, Sucumbíos, Ecuador, 19 de Mayo de 2013
FIESTA DE PENTECOSTÉS
Con toda la
Iglesia, te recibimos a ti, Espíritu Santo,
nuestro don
por excelencia, nuestra alegría.
Muy querido Hermano mayor en la fe:
Nos dirigimos a usted de parte de las comunidades eclesiales
y de los agentes de pastoral del Vicariato Apostólico de Sucumbíos -Misión
Carmelita-, ubicado en la provincia de Sucumbíos, en la zona nor-oriental del
Ecuador, en frontera con Colombia y Perú.
Saludos en Cristo
Jesús Resucitado desde este rincón de la Amazonía Ecuatoriana, llena de sol y de
agua, de verdor y biodiversidad; entretejida y enriquecida por nacionalidades autóctonas y pueblos migrantes de todo el
Ecuador y de la vecina Colombia; desde esta tierra afectada por la falta de
planificación en su colonización iniciada hace poco más de 40 años, situaciones
complejas como la presencia de refugiados/as, la contaminación petrolera, la
deforestación, la violencia, pero a la vez con enormes fortalezas y con grandes
y renovadas esperanzas.
Queremos decirle que sentimos una inmensa alegría por tener
un Obispo de Roma “venido del fin del mundo”, nuestra querida Argentina, lo
cual significa un cambio de perspectiva en la Iglesia universal; porque ha
escogido el nombre de Francisco, muy inspirador en este momento eclesial; porque
es un pastor sencillo de larga experiencia,
que sueña con “una Iglesia de los pobres y para los pobres”; porque ha realizado gestos de acogida, cercanía e
inclusión, con los que nos identificamos plenamente. El mundo y nosotros/as
esperamos mucho de Ud. para que la Iglesia, más que mirarse a sí misma, mire al
mundo y al proyecto del Reino del cual es servidora por mandato del Señor. Por
eso, hemos orado por usted desde el inicio de su elección y especialmente el 19
de marzo, día de su posesión.
Somos la Iglesia que peregrina en Sucumbíos y queremos hablarle
con el corazón: desde nuestra pequeña experiencia que ha intentado desde
principios de los años 70, hacer un camino poniendo en práctica lo que nos dice
el Concilio Vaticano II, en sintonía con la Iglesia Latinoamericana desde
Medellín hasta Aparecida. Nuestro caminar misionero nos ha llevado a crear y
acompañar pequeñas comunidades eclesiales en todos los rincones de nuestra
selva a partir de los asentamientos de colonos/as y de las comunidades
indígenas; nuestra Iglesia se esfuerza por encarnar el Evangelio en la vida de
indígenas, afro descendientes, campesinos/as y de la gente humilde de los
barrios en las ciudades, respetando y valorando su cultura, promoviendo la
formación y la participación local; es una Iglesia que promueve y valora la participación
de los laicos/as, las mujeres, los/as jóvenes y los/as niños/as; es una Iglesia
que “camina con los dos pies”: uniendo
fe y vida, evangelización y pastoral
social, espiritualidad y compromiso transformador de la vida y la sociedad;
así hemos caminado como Pueblo de Dios con el Evangelio de Jesús y su pasión
por el Reino.
Tenemos como Iglesia, lo reconocemos, también muchas
carencias, debilidades y errores en este camino, pues llevamos este tesoro en
vasijas de barro (2 Cor 4, 7). Y a partir de esa misma experiencia, nos hemos
esforzado por no condenar a nadie (Jn 3, 17; 8, 15), por acoger con cariño a
todos/as en las comunidades, por incluir en la marcha de la Iglesia especialmente
a pobres y sencillos; por solidarizarnos con los grupos más vulnerables y
apoyar todos los esfuerzos por tener una vida más digna y feliz para todos/as.
En octubre del 2010 recibimos una comunicación de la
Congregación para la Evangelización de los Pueblos, firmada por su Presidente
el Cardenal Iván Dias. En dicha comunicación se pedía a nuestro Obispo Mons.
Gonzalo López Marañón OCD, quien había estado al frente de la Iglesia en los 40
últimos años, y había renunciado como es lo estipulado, a salir de inmediato y
que si fuera posible incluso del país, y se encargaba la administración de la
misma a los Heraldos del Evangelio. Al tiempo que se pedía “el nuevo Administrador
Apostólico tendrá que organizar el Vicariato e implantar de manera diferente
todo el trabajo pastoral”, cosa que quisieron cumplir rápidamente,
intentando desmontar toda la estructura en que se había
cimentando el modelo de iglesia que ha permitido una participación activa y
comprometida de los laicos/as.
Esta situación generó un conflicto no sólo de tipo religioso,
sino social, por el nexo tan estrecho que había existido entre la Iglesia y la
construcción de un tejido social basado en la solidaridad y en la unión, ejes
fundamentales para la creación y desarrollo de la Provincia de Sucumbíos, lo
que puso en riesgo la estabilidad de esta Provincia fronteriza. Por la presión existente, el 19 de mayo de
2011, se dispuso que salieran de la Provincia los Heraldos, pero
también el Vaticano exigió la expulsión de los Padres Carmelitas, de la
Provincia, donde estaban al frente de la Iglesia como Misión Carmelita desde el
1937.
Es por eso que se nos hace muy difícil vivir y entender lo
que estamos experimentando a partir de la salida violenta de nuestro Obispo
Monseñor Gonzalo López y de los Padres Carmelitas (OCD). “Heriré al pastor y se
dispersarán las ovejas” (Mt 26, 31): como consecuencia de esta intervención eclesial,
a la que se suman determinados intereses económicos y políticos locales que no
tenían acogida en nuestras comunidades por los valores contrarios al Evangelio
y al interés comunitario que hemos defendido siempre. Esta situación produjo
división, sufrimiento y sigue causando mucho dolor, confusión, escándalo y
desánimo, no sólo al interior de la Iglesia sino también en la sociedad de
Sucumbíos, con debilitamiento del tejido social. Sin embargo, y a pesar de
muchas dificultades, la legítima tradición eclesial de Sucumbíos sigue viva,
sufrida y esperanzada, mártir y siempre en trance de resurrección.
Han pasado casi tres años y seguimos a la espera de nuestro
Obispo definitivo. Esperamos que sea un pastor, que venga a ayudarnos a sanar
heridas y a reconciliarnos, a retomar creativamente el camino en fidelidad a
Jesús y su Evangelio, a las opciones fundamentales del Vaticano II y al
Magisterio Latinoamericano, a fortalecer nuestra esperanza para que nuestra
Iglesia Local vuelva a ser “Casa y Escuela de Comunión” y a seguir soñando que
“La liberación integral de hombres y mujeres, desde los pobres, por la causa
del Reino” -nuestra utopía- es posible.
Hermano Francisco, confiamos en su amor a la Iglesia. Ud. puede
ayudarnos con su sabiduría y su apuesta por una Iglesia de los/as pobres y para
los/as pobres, como hemos pretendido hacer en la nuestra, nombrando un Obispo definitivo, hombre de Dios y “con olor a oveja”, y levantando
la prohibición de que Mons. Gonzalo López Marañón, regrese a la Iglesia a la que
entregó 40 años de su vida y le gustaría
seguir haciéndolo hasta el final , pues creemos que es su legítimo derecho,
como ciudadano ecuatoriano y Obispo Emérito de Sucumbíos.
Agradecemos la acogida favorable que pueda dar a nuestras
peticiones y quedamos disponibles a cualquier requerimiento de su parte. Reciba
todo nuestro cariño y gratitud, y nuestra oración comprometida para que el
Espíritu del Señor y la protección de nuestra madre María estén con Ud. en el ejercicio
de su importantísimo ministerio.
Iglesia Pueblo de Dios,
de San Miguel de Sucumbíos, Ecuador
Coordinación
Diocesana de la Pastoral Campesina:
Coordinación
Diocesana de la Pastoral Urbana:Coordinación Diocesana de la Pastoral Indígena:
Coordinación Diocesana de la Pastoral Afro:
Coordinación Diocesana de Comunidades Cristianas y Ministerios:
Coordinación Diocesana de Catequesis:
Coordinación Diocesana de Pastoral Infantil, Juvenil y Vocacional:
Coordinación Diocesana de la Familia:
Coordinación Diocesana de Animación Misionera:
Coordinación Diocesana de Autofinanciamiento:
Coordinadores de Pastoral Social de las Unidades pastorales
(Indígena, Afro; Campesina y Urbana):
Coordinación de la Escuela Diocesana de Ministerios:
Clero Incardinado (Presbíteros y Diáconos):
Equipo Itinerante y Pastoral de Fronteras:
Equipo Educativo del Seminario Mayor Diocesano “La Encarnación”:
Coordinación de la CER (Religiosos/as) de Sucumbíos:
Coordinación de las COIM (Comunidades para la Iglesia y para el Mundo):
Movimiento de Retiros Parroquiales Juan XXIII:
Centro de Espiritualidad “Monte Carmelo”:
Radiodifusora Diocesana “Radio Sucumbíos”:
Miembros elegidos en Asamblea Diocesana al Consejo Gubernativo de Bienes:
iglesiapueblodediossucumbios@yahoo.es
Lago Agrio, Sucumbíos, Ecuador
NOTA: Adjuntamos la carta del Card. Iván Dias, Presidente de
la Congregación para la Evangelización de los Pueblos en aquel entonces.