domingo, 18 de noviembre de 2012

El presente de las comunidades eclesiales de base (1/2) - José Marins


1. QUÉ SE DICE DE LAS CEBS?
¿Que se dice de las Comunidades Eclesiales, en los medios eclesiásticos de América Latina y Caribe?
Las opiniones más frecuentes van en esta línea:
+ "Las CEBs dejaron de ser novedad", como lo eran en la década del 70 (Plan de Pastoral de Conjunto de la Iglesia de Brasil, Documento de Medellín 10,15).
+ "Cesaron de ser sospechosas". Particularmente en fines del 70 y en la década del 80 han sido cuestionadas y perseguidas. Gran parte de los mártires contemporáneos de América Latina han sido miembros activos de las CEBs. Ellas, por aquel entonces, han recibido el rótulo de "proféticas", de parte de las "izquierdas"; y de "comunistas" o por lo menos "subversivas", de parte de las "derechas". El documento de Puebla las ubicó como concentración de la Iglesia local, inmediatamente abajo de la parroquia (N° 640ss).
+ En la década del 90, las CEBs eran todavía presentadas como alternativas exitosas, en el proceso pastoral de base, pero ya se las colocaba al lado de los movimientos, dándoles así una cualificación ambigua a propósito de su naturaleza teológico-pastoral.
+ Ahora, en el nuevo milenio, las CEBs parece que dejaron de interesar a la mayoría de los obispos, clero, seminaristas, diócesis, parroquias, editoras, facultades de teología y televisiones y programas televisivos católicos, por lo general copados por los grupos carismáticos y congéneres.
+ Los medios de comunicación, en manos de los poderes económicos dominantes divulgaron la afirmación falsa de que la Iglesia había condenado la Teología de la Liberación y que por lo tanto las CEBs iban a desaparecer.
Después de más de 30 años invirtiendo tiempo y esperanzas en las CEBs, una evaluación menos superficial y más objetiva se hace necesaria, de parte de la misma Jerarquía que las propuso oficialmente, según la documentación que abajo ofreceremos.
Como mínimo hay que preguntarse a propósito de las CEBs:
_ ¿Qué han aportado a la Iglesia, a la sociedad y a las personas? ¿Dónde y cómo están actualmente? ¿Cuál es su futuro? ¿Serán un grupo socio-político; un equipo de estudio bíblico; un movimiento laical de vida en comunidad? ¿O tienden a desaparecer?
En los últimos años, muchas CEBs, en efecto, han desaparecido. En ellas, por lo general, se ve aconteciendo la profecía de Gamaliel, Hechos 5:38-39.
 Desaparecen
No pocas CEBs han desaparecido. Las razones pueden ser las más diversas:
• El cambio de los ministros ordenados — sacerdotes, obispos — y sus sucesores aún cuando no han combatido las CEB s, las han dejado morir, sin darles apoyo o lugar en la vida pastoral. Otros, al contrario, han hecho de las CEBs una instancia elitista de la Iglesia. Hubo también intentos de "parroquializar" las CEBs, reduciéndolas a una tarea parroquial como la de buscar fondos, cuidar de finanzas, administrar la acción social parroquial, etc.
• El hecho de las migraciones internas y lo al exterior. Miembros cualificados de las CEBs, formados lentamente en la nueva experiencia comunitaria de base, emigraron, dejando grandes vacios en la articulación y vida de sus CEBs. Al cambiarse geográficamente de residencia, como suele pasar en los casos de las olas y olas de migrantes que van a USA, o en el cono sur, a Buenos Aires, São Paulo, Santiago, Santa Cruz de la Sierra, etc. ya no se integran fácilmente en el nuevo ambiente o tardan mucho hasta que puedan formar una nueva CEBs.
•El área de militancia política. En casos aislados bubo manipulación de partidos y movimientos políticos que buscaron valerse de las CEBs como una instancia de movilización popular. De otro lado, pasada la época de las dictaduras militares (Brasil, Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia ... o de la insurrección revolucionaria (Nicaragua, El Salvador, Perú), o de las represiones militares y para-militares (Guatemala, Honduras, México), con el resurgimiento democrático de los partidos políticos, cristianos con vocación de militancia sistemática en la política han disminuido su presencia en las CEBs en muchos casos con la buena intención de evitar, en la opinión pública, una precipitada identificación de las CEBs con un determinado partido o campana política.
En aras de la objetividad, hay que tener presente que lo que ha pasado con las CEBs no es caso ni raro ni único en la historia de la Iglesia, tanto pasada como contemporánea. En efecto, otras iniciativas eclesiales proféticas y originales han perdido fuerza, por razones idénticas o semejantes.
• La magnífica generación del Vaticano II, que se extingue. La carismática pléyade de obispos, sacerdotes, laicos que hicieron posible Medellín, como el Vaticano II de América Latina, y el mismo Concilio, se está terminando. No ha dejado sucesores a su altura. Los nuevos líderes que han sido indicados para sustituirlos son tributarios de un nuevo momento en la Iglesia, en que se insistió más en la "gran disciplina", que en la creatividad; más en el Magisterio que en el "Sensus Fidelium"; más en lo administrativo-organizativo, que en lo misionero; más en la identidad católica romana, que en la perspectiva del Reino. La autoridad se centralizó en todos los niveles. Lo infra-eclesial se volvió dominante, relativizando o suprimiendo progresivamente la presencia en el mundo como fermento, sal, luz. Lo cultual y la fuerte preocupación por la ortodoxia llevaron a que los espacios de creatividad teológica, litúrgica y aun pastoral se fueran restringiendo y quedaran más vigilados y consecuentemente menos creativos y dinámicos.
Pueden ser identificadas dos maneras constantes de "liquidar" las CEBs. La primera es suprimirlas directamente, ni siquiera mencionarlas. La segunda, más eficaz es la de "diluirlas" — todo es CEB, entonces finalmente ¿que es CEB? O acercar de tal manera CEB a movimientos y servicios específicos de la Iglesia, que pase a ser difícil identificarlas como tal.
 
Suprimirlas
El vocablo CEB desapareció poco a poco de los documentos pontificios más recientes como Ecclesia in Oceania y Ecclesia in America. La exhortación apostólica de Juan Pablo II que "devuelve" a los obispos los resultados del Sínodo de América, suprimió la propuesta que los obispos sinodales habían votado sobre CEBs. En efecto la proposición 47 sobre las pequeñas comunidades eclesiales era explícita. Después de fundamentar cómo el Espíritu de Jesús se encuentra en las CEBs, cita el párrafo 51 de la Redemptoris Missio en la cual se afirma que las CEBs son una señal de vitalidad de la Iglesia, un instrumento de formación y de evangelización, un válido punto de partida para la nueva sociedad fundada sobre la cultura del amor recíproco. A continuación la proposición indica tres tareas:
• Que se afirme de nuevo que las pequeñas comunidades eclesiales de base de nuestra Iglesia de América son un elemento importante, accesible a todos, que orientan mejor la vida para el encuentro con Jesucristo, ayudando así a la parroquia a ser una comunidad de comunidades.
 
•Que en todo el continente americano se dé un nuevo impulso a la evangelización, mediante la pequeña comunidad eclesial, sobre todo con relación a aquellos que física y espiritualmente se encuentran más alejados.
• Que de un modo particular se considere este estilo de acción pastoral que ofrece la posibilidad de una mayor participación de los laicos, de modo que la nueva evangelización llegue a todos.
Estas tres proposiciones han sido votadas con 195 placet, 16 no-placet y 5 en blanco.
Las CEBs son suprimidas, no solamente están ausentes de los documentos, SINO QUE HAY UN LAMINAR ECLESIAL PROPONIENDO OTROS ENFOQUES y PRIORIDADES teológico pastorales, de forma consciente desea que ellas desaparezcan.
Diluirlas
La fórmula mas efectiva de hacer desaparecer las CEBs, como arriba mencionamos, ha sido la de diluirlas, reduciéndolas a un grupo bíblico o para ejercer tareas parroquiales como la de levantar fondos, promocionar o revitalizar fiestas tradicionales o quedándose encargadas únicamente de tareas sociales como cooperativas, oficina de migrantes, etc.
El blanco se volvió el término Comunidad Eclesial de Base. Aunque haya sido mencionado literalmente por las Asambleas generales del Episcopado Latinoamericano, por innumerables documentos de conferencias y sínodos episcopales, por varias encíclicas papales,1 hay recelos, en mencionar el termino (para esto no funciona la mencionada fidelidad a los documentos del Magisterio, y la válida devoción papal). Se buscan sustitutos, a veces ambiguos como "Comunidad" (en general); Grupos Fraternos; Pequeñas Comunidades ... agregándoles inmediatamente los movimientos y grupos apostólicos, con un cierto miedo de que se deje de reconocer los movimientos eclesiales y dejando entender por abajo, entre líneas, que se trata más o menos de la misma cosa ... en fin de cuentas, son como diferentes nombres de lo mismo. Las diferencias serían no de naturaleza (de género, como dirían los escolásticos), sino de especie (especificaciones secundarias).
Los más recientes documentos de la jerarquía, que todavía mencionan las CEBs, por lo menos no repiten las conocidas amonestaciones de buen comportamiento eclesial (lo que nunca lo hacen a propósito de los movimientos, que de seguro lo merecerían), no explicitan que ellas sean una célula eclesial fundamental, en la cual los bautizados viven su experiencia de comunión y misión.
Otra manera de diluir a las CEBS es la de retomar la analogía de la familia, proclamada como primera comunidad, "Iglesia domestica". Se concluye que la familia es Iglesia, ya no en sentido alegórico, sino estructural, atribuyéndole las funciones y características sacramentales de una Iglesia local, omitiéndose la mención a lo eucarístico y la necesidad de un ministro ordenado que coordine la diversidad en la unidad eclesial sacramental.
Resta todavía una hipótesis benigna: Las CEBs no están mencionadas por la jerarquía en sus documentos, porque ya las tienen aceptadas y ubicadas en la acción pastoral. En tal caso sobraría estar mencionándolas a cada momento. ("Si no é vero é bene trovato").
2. ¿QUÉ DIJO LA JERARQUÍA?
Documento fundante
La refundación de la base eclesial, "eclesiogénesis", inspirada en las primeras comunidades cristianas y en el Vaticano II, tiene como texto fundante lo que la Asamblea General del Episcopado Latino-americano en Medellín, establece en el documento sobre Pastoral de Conjunto, n. 10,15. Texto aprobado por Pablo VI y por él retomado en su Encíclica Evangelii Nuntiandi.
Se trata de un texto fundante, no de una mera sugerencia pastoral, desde que está escrito para expresar la manera según la cuál cada bautizado vive su pertenencia eclesial en el post-Vaticano. En el Documento de Medellín, las CEBs son concebidas como estructura de Iglesia: "La vivencia de la comunión a que ha sido llamado, debe encontrarla el cristiano en su Comunidad de base, es decir, una comunidad local o ambiental, que corresponda a la realidad de un grupo homogéneo, y que tenga una dimensión tal que permita el trato personal, fraterno entre sus miembros ". "La comunidad cristiana de base es así el primero y fundamental núcleo eclesial, que debe, en su propio nivel, responsabilizarse de la riqueza y expansión de la fe, como también del culto que es su expresión. Ella es, pues, célula inicial de estructuración eclesial y foco de la evangelización y, actualmente, factor primordial de promoción humana y desarrollo".
Otros documentos
Además del documento fundante, las CEBs aparecen también en:
- El Sínodo Episcopal de 1974.
- La exhortación apostólica "Evangelii Nuntiandi" (1975), n. 58.
- El Sínodo Episcopal de 1977.
- El Documento de Puebla (1979), asume todo lo dicho sobre CEB en Medellín y en Evangelii Nuntiandi:
ü  + Sitúa el proceso de la CEB en los nn. 96, 97, 105, 111,119, 125, 156, 173, 239, 273, 368, 462, 565, 629, 672, 850, 867, 983,1147,1309.
ü  + Capítulo específico: Situaciones que favorecen el proceso de la CEB, n. 648.
ü  + Dificultades y desafíos para las CEBs n. 98,111, 262, 627, 628, 630, 462.
ü  + Su lugar en la estructura eclesial, (además del capítulo específico n. 648) n. 261.
ü  + Contenido doctrinal: 96, 173, 239, 261, 273, 618, 629, 640-643, 648, 650, 653,1147.
- La exhortación "Catequesi tradendae", 16 de Octubre de 1979 (n. 47).
- Exhortación "Familiaris consortio", 22 de Noviembre de 1981 (n. 85).
- Sínodo Episcopal de 1985.
- La Exhortación Apostólica, "Christifideles laici" de 30 Diciembre 1988 (n. 26).
- La Encíclica Redemptoris Missio, 7 de Diciembre 1990, n. 51.
- La Exhortación apostólica "Ecclesia in Africa", 14 de Septiembre de 1995 (n. 89).
- La Exhortación apostólica "Ecclesia in America", 22 de Enero de 1999 (n. 73).
- La exhortación apostólica "Ecclesia in Asia", 1999 (n. 132).
- La exhortación apostólica "Ecclesia in Oceania", 2001 (n. 43, a pesar de ser bastante genérico).
 
A nivel de las Iglesias particulares, la de Brasil es la que más ha publicado sobre el tema; desde el Plan de mantenida en todos los planes pastorales sucesivos. El documento de 1983, del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal (23-26 de noviembre) aplica a las CEBs lo que Lumen Gentium, n. 26 dice de la Iglesia como tal: "En estas comunidades, aunque frecuentemente pequeñas y pobres o que vivan en la dispersión, está presente Cristo, por cuya virtud se congrega la Iglesia, una, santa, católica y apostólica". "La Iglesia de Cristo está verdaderamente presente en todas las legítimas comunidades locales de fieles, que unidas a sus pastores, reciben también, en el Nuevo Testamento el nombre de Iglesias...".
La Conferencia Episcopal de Argentina, desde su 76 Asamblea Plenaria (26-31 de Octubre de 1968) hasta recientes orientaciones para el trabajo con las CEBs (afio 2000), ha tomado las CEBs en consideración. Lo mismo pasó con las Conferencias Episcopales de Chile, Bolivia, Ecuador.
Cartas Pastorales de obispos son numerosas. La más completa es la de Mons. Leobard Faulkner, obispo de Adelaida, Australia.