1. QUÉ SE DICE DE LAS CEBS?
¿Que se dice de las Comunidades
Eclesiales, en los medios eclesiásticos de América Latina y Caribe?
Las opiniones más frecuentes van en
esta línea:
+ "Las CEBs dejaron de ser novedad", como lo eran en la década del 70 (Plan de Pastoral
de Conjunto de la Iglesia de Brasil, Documento de Medellín 10,15).
+ "Cesaron de ser sospechosas".
Particularmente en fines del 70 y en la década del 80 han sido cuestionadas y
perseguidas. Gran parte de los mártires contemporáneos de América Latina han
sido miembros activos de las CEBs. Ellas, por aquel entonces, han recibido el
rótulo de "proféticas", de parte de las "izquierdas"; y de
"comunistas" o por lo menos "subversivas", de parte de las
"derechas". El documento de Puebla las ubicó como concentración de la
Iglesia local, inmediatamente abajo de la parroquia (N° 640ss).
+ En la década del 90, las CEBs eran
todavía presentadas como alternativas
exitosas, en el proceso pastoral
de base, pero ya se las colocaba al lado de los movimientos, dándoles así una
cualificación ambigua a propósito de su naturaleza teológico-pastoral.
+ Ahora, en el nuevo milenio, las CEBs
parece que dejaron de interesar a la mayoría de los obispos, clero, seminaristas,
diócesis, parroquias, editoras, facultades de teología y televisiones y
programas televisivos católicos, por lo general copados por los grupos
carismáticos y congéneres.
+ Los medios de comunicación, en manos
de los poderes económicos dominantes divulgaron la afirmación falsa de que la
Iglesia había condenado la Teología de la Liberación y que por lo tanto las
CEBs iban a desaparecer.
Después de más de 30 años invirtiendo
tiempo y esperanzas en las CEBs, una evaluación menos superficial y más
objetiva se hace necesaria, de parte de la misma Jerarquía que las propuso
oficialmente, según la documentación que abajo ofreceremos.
Como mínimo hay que preguntarse a
propósito de las CEBs:
_ ¿Qué han aportado a la Iglesia, a la
sociedad y a las personas? ¿Dónde y cómo están actualmente? ¿Cuál es su futuro?
¿Serán un grupo socio-político; un equipo de estudio bíblico; un movimiento
laical de vida en comunidad? ¿O tienden a desaparecer?
En los últimos años, muchas CEBs, en
efecto, han desaparecido. En ellas, por lo general, se ve aconteciendo la
profecía de Gamaliel, Hechos 5:38-39.
No pocas CEBs han desaparecido. Las
razones pueden ser las más diversas:
• El cambio de los ministros ordenados
— sacerdotes, obispos — y sus sucesores aún cuando no han combatido las CEB s,
las han dejado morir, sin darles apoyo o lugar en la vida pastoral. Otros, al
contrario, han hecho de las CEBs una instancia elitista de la Iglesia. Hubo
también intentos de "parroquializar" las CEBs, reduciéndolas a una tarea
parroquial como la de buscar fondos, cuidar de finanzas, administrar la acción
social parroquial, etc.
• El hecho de las migraciones internas
y lo al exterior. Miembros cualificados de las CEBs, formados lentamente en la
nueva experiencia comunitaria de base, emigraron, dejando grandes vacios en la
articulación y vida de sus CEBs. Al cambiarse geográficamente de residencia,
como suele pasar en los casos de las olas y olas de migrantes que van a USA, o
en el cono sur, a Buenos Aires, São Paulo, Santiago, Santa Cruz de la Sierra,
etc. ya no se integran fácilmente en el nuevo ambiente o tardan mucho hasta que
puedan formar una nueva CEBs.
•El área de militancia política. En
casos aislados bubo manipulación de partidos y movimientos políticos que
buscaron valerse de las CEBs como una instancia de movilización popular. De
otro lado, pasada la época de las dictaduras militares (Brasil, Chile,
Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia ... o de la insurrección revolucionaria
(Nicaragua, El Salvador, Perú), o de las represiones militares y para-militares
(Guatemala, Honduras, México), con el resurgimiento democrático de los partidos
políticos, cristianos con vocación de militancia sistemática en la política han
disminuido su presencia en las CEBs en muchos casos con la buena intención de
evitar, en la opinión pública, una precipitada identificación de las CEBs con
un determinado partido o campana política.
En aras de la objetividad, hay que
tener presente que lo que ha pasado con las CEBs no es caso ni raro ni único en
la historia de la Iglesia, tanto pasada como contemporánea. En efecto, otras
iniciativas eclesiales proféticas y originales han perdido fuerza, por razones
idénticas o semejantes.
• La magnífica generación del Vaticano
II, que se extingue. La carismática pléyade de obispos, sacerdotes, laicos que
hicieron posible Medellín, como el Vaticano II de América Latina, y el mismo
Concilio, se está terminando. No ha dejado sucesores a su altura. Los nuevos
líderes que han sido indicados para sustituirlos son tributarios de un nuevo
momento en la Iglesia, en que se insistió más en la "gran
disciplina", que en la creatividad; más en el Magisterio que en el
"Sensus Fidelium"; más en lo administrativo-organizativo, que en lo
misionero; más en la identidad católica romana, que en la perspectiva del
Reino. La autoridad se centralizó en todos los niveles. Lo infra-eclesial se
volvió dominante, relativizando o suprimiendo progresivamente la presencia en
el mundo como fermento, sal, luz. Lo cultual y la fuerte preocupación por la
ortodoxia llevaron a que los espacios de creatividad teológica, litúrgica y aun
pastoral se fueran restringiendo y quedaran más vigilados y consecuentemente
menos creativos y dinámicos.
Pueden ser identificadas dos maneras
constantes de "liquidar" las CEBs. La primera es suprimirlas
directamente, ni siquiera mencionarlas. La segunda, más eficaz es la de
"diluirlas" — todo es CEB, entonces finalmente ¿que es CEB? O acercar
de tal manera CEB a movimientos y servicios específicos de la Iglesia, que pase
a ser difícil identificarlas como tal.
Suprimirlas
El vocablo CEB desapareció poco a poco
de los documentos pontificios más recientes como Ecclesia in Oceania y Ecclesia
in America. La exhortación apostólica de Juan Pablo II que "devuelve"
a los obispos los resultados del Sínodo de América, suprimió la propuesta que
los obispos sinodales habían votado sobre CEBs. En efecto la proposición 47
sobre las pequeñas comunidades eclesiales era explícita. Después de fundamentar
cómo el Espíritu de Jesús se encuentra en las CEBs, cita el párrafo 51 de la Redemptoris Missio en la cual se afirma que las CEBs son una señal de vitalidad de la
Iglesia, un instrumento de formación y de evangelización, un válido punto de
partida para la nueva sociedad fundada sobre la cultura del amor recíproco. A
continuación la proposición indica tres tareas:
• Que se afirme de nuevo que las
pequeñas comunidades eclesiales de base de nuestra Iglesia de América son un
elemento importante, accesible a todos, que orientan mejor la vida para el
encuentro con Jesucristo, ayudando así a la parroquia a ser una comunidad de
comunidades.
•Que en todo el continente americano se
dé un nuevo impulso a la evangelización, mediante la pequeña comunidad
eclesial, sobre todo con relación a aquellos que física y espiritualmente se
encuentran más alejados.
• Que de un modo particular se
considere este estilo de acción pastoral que ofrece la posibilidad de una mayor
participación de los laicos, de modo que la nueva evangelización llegue a
todos.
Estas tres proposiciones han sido
votadas con 195 placet, 16 no-placet y 5 en blanco.
Las CEBs son suprimidas, no solamente
están ausentes de los documentos, SINO QUE HAY UN LAMINAR ECLESIAL PROPONIENDO
OTROS ENFOQUES y PRIORIDADES teológico pastorales, de forma consciente desea
que ellas desaparezcan.
Diluirlas
La fórmula mas efectiva de hacer
desaparecer las CEBs, como arriba mencionamos, ha sido la de diluirlas,
reduciéndolas a un grupo bíblico o para ejercer tareas parroquiales como la de
levantar fondos, promocionar o revitalizar fiestas tradicionales o quedándose
encargadas únicamente de tareas sociales como cooperativas, oficina de
migrantes, etc.
El blanco se volvió el término Comunidad Eclesial de Base. Aunque haya sido
mencionado literalmente por las Asambleas generales del Episcopado
Latinoamericano, por innumerables documentos de conferencias y sínodos
episcopales, por varias encíclicas papales,1 hay recelos, en mencionar el termino (para esto no
funciona la mencionada fidelidad a los documentos del Magisterio, y la válida
devoción papal). Se buscan sustitutos, a veces ambiguos como
"Comunidad" (en general); Grupos Fraternos; Pequeñas Comunidades ...
agregándoles inmediatamente los movimientos y grupos apostólicos, con un cierto
miedo de que se deje de reconocer los movimientos eclesiales y dejando entender
por abajo, entre líneas, que se trata más o menos de la misma cosa ... en fin
de cuentas, son como diferentes nombres de lo mismo. Las diferencias serían no
de naturaleza (de género, como dirían los escolásticos), sino de especie
(especificaciones secundarias).
Los más recientes documentos de la
jerarquía, que todavía mencionan las CEBs, por lo menos no repiten las
conocidas amonestaciones de buen comportamiento eclesial (lo que nunca lo hacen
a propósito de los movimientos, que de seguro lo merecerían), no explicitan que
ellas sean una célula eclesial fundamental, en la cual los bautizados viven su
experiencia de comunión y misión.
Otra manera de diluir a las CEBS es la
de retomar la analogía de la
familia, proclamada como
primera comunidad, "Iglesia domestica". Se concluye que la familia es
Iglesia, ya no en sentido alegórico, sino estructural, atribuyéndole las
funciones y características sacramentales de una Iglesia local, omitiéndose la
mención a lo eucarístico y la necesidad de un ministro ordenado que coordine la
diversidad en la unidad eclesial sacramental.
Resta todavía una hipótesis benigna:
Las CEBs no están mencionadas por la jerarquía en sus documentos, porque ya las
tienen aceptadas y ubicadas en la acción pastoral. En tal caso sobraría estar
mencionándolas a cada momento. ("Si no é vero é bene trovato").
2. ¿QUÉ DIJO LA JERARQUÍA?
Documento fundante
La refundación de la base eclesial,
"eclesiogénesis", inspirada en las primeras comunidades cristianas y
en el Vaticano II, tiene como texto fundante lo que la Asamblea General del
Episcopado Latino-americano en Medellín, establece en el documento sobre
Pastoral de Conjunto, n. 10,15. Texto aprobado por Pablo VI y por él retomado
en su Encíclica Evangelii Nuntiandi.
Se trata de un texto fundante, no de
una mera sugerencia pastoral, desde que está escrito para expresar la manera
según la cuál cada bautizado vive su pertenencia eclesial en el post-Vaticano.
En el Documento de Medellín, las CEBs son concebidas como estructura de
Iglesia: "La vivencia de
la comunión a que ha sido llamado, debe encontrarla el cristiano en su
Comunidad de base, es decir, una comunidad local o ambiental, que corresponda a
la realidad de un grupo homogéneo, y que tenga una dimensión tal que permita el
trato personal, fraterno entre sus miembros ". "La comunidad
cristiana de base es así el primero y fundamental núcleo eclesial, que debe, en su propio nivel,
responsabilizarse de la riqueza y expansión de la fe, como también del
culto que es su expresión. Ella es, pues, célula inicial de estructuración
eclesial y foco de la
evangelización y, actualmente, factor primordial de promoción humana y
desarrollo".
Otros documentos
Además del documento fundante, las CEBs aparecen también en:
- El Sínodo Episcopal de 1974.
- La exhortación apostólica "Evangelii Nuntiandi"
(1975), n. 58.
- El Sínodo Episcopal de 1977.
- El Documento de Puebla (1979), asume todo lo dicho sobre CEB en
Medellín y en Evangelii Nuntiandi:
ü + Sitúa el proceso de
la CEB en los nn. 96, 97, 105, 111,119, 125, 156, 173, 239, 273, 368, 462, 565,
629, 672, 850, 867, 983,1147,1309.
ü + Capítulo
específico: Situaciones que favorecen el proceso de la CEB, n. 648.
ü + Dificultades y
desafíos para las CEBs n. 98,111, 262, 627, 628, 630, 462.
ü + Su lugar en la
estructura eclesial, (además del capítulo específico n. 648) n. 261.
ü + Contenido
doctrinal: 96, 173, 239, 261, 273, 618, 629, 640-643, 648, 650, 653,1147.
- La exhortación "Catequesi tradendae", 16 de Octubre de 1979
(n. 47).
- Exhortación "Familiaris consortio", 22 de Noviembre de 1981
(n. 85).
- Sínodo Episcopal de 1985.
- La Exhortación Apostólica, "Christifideles laici" de 30
Diciembre 1988 (n. 26).
- La Encíclica Redemptoris Missio, 7 de Diciembre
1990, n. 51.
- La Exhortación apostólica "Ecclesia in Africa", 14 de
Septiembre de 1995 (n. 89).
- La Exhortación apostólica "Ecclesia in America", 22 de Enero
de 1999 (n. 73).
- La exhortación apostólica "Ecclesia in Asia", 1999 (n. 132).
- La exhortación apostólica "Ecclesia in Oceania", 2001 (n.
43, a pesar de ser bastante genérico).
A nivel de las Iglesias particulares,
la de Brasil es la que más ha publicado sobre el tema; desde el Plan de
mantenida en todos los planes pastorales sucesivos. El documento de 1983, del
Comité Permanente de la Conferencia Episcopal (23-26 de noviembre) aplica a las
CEBs lo que Lumen Gentium, n. 26 dice de la Iglesia como tal: "En estas comunidades, aunque
frecuentemente pequeñas y pobres o que vivan en la dispersión, está presente
Cristo, por cuya virtud se congrega la Iglesia, una, santa, católica y
apostólica". "La Iglesia de Cristo está verdaderamente presente en
todas las legítimas comunidades locales de fieles, que unidas a sus pastores,
reciben también, en el Nuevo Testamento el nombre de Iglesias...".
La Conferencia Episcopal de Argentina,
desde su 76 Asamblea Plenaria (26-31 de Octubre de 1968) hasta recientes
orientaciones para el trabajo con las CEBs (afio 2000), ha tomado las CEBs en
consideración. Lo mismo pasó con las Conferencias Episcopales de Chile,
Bolivia, Ecuador.
Cartas Pastorales de obispos son
numerosas. La más completa es la de Mons. Leobard Faulkner, obispo de Adelaida,
Australia.