miércoles, 7 de noviembre de 2012

ENTREVISTA DE PATRICIA FACHIN

Las respuestas a esta entrevista fueron resultado de un trabajo colectivo de la Vigilia Permanente de ISAMIS, como proceso natural y usual en esta Iglesia Comunidad, para recoger el sentir comunitario. Aunque toma tiempo, favorece procesos, da profundidad, apertura, luces del Espíritu desde la diversidad y retorna con creces en identidad, unidad de criterios, mayor claridad, ánimo, proyección desde la búsqueda de la voluntad de Dios, esperanza y solidaridad.

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ENTREVISTA DE PATRICIA FACHIN,

PERIODISTA DEL INSTITUTO HUMANITAS UNISINOS – IHU DE BRASIL

A FIELES Y FELIGRESAS DE LA IGLESIA LOCAL:

VICARIATO APOSTÓLICO DE SAN MIGUEL DE SUCUMBÍOS -ISAMIS-

Ciudad de Nueva Loja, Cantón Lago Agrio, Provincia de Sucumbíos, Ecuador

20 de octubre de 2012

Aclaración previa importante:

El conflicto de Sucumbíos, al norte de Ecuador, NO es un conflicto entre Heraldos (Arautos) y Carmelitas, como se ha querido presentar desde el inicio. Es un conflicto entre dos modelos de iglesia, marcado especialmente por la violencia con la que se ha querido arrasar el modelo de Iglesia comunidad y porque el contexto geopolítico y social reúne factores muy complejos, que se mencionarán más adelante.

1. ¿Cómo fue la actuación de los Padres Carmelitas Descalzos en Sucumbíos a lo largo de las cuatro últimas décadas?

La acción, formación y propósito de los Padres Carmelitas, mejor dicho, la Misión Carmelita, con las personas que trabajaron como misioneros/as con ella fue construir una Iglesia de comunidades, con los campesinos e indígenas que iban llegando a colonizar la provincia a principios de los años 70 y 80, buscando mejores condiciones de vida, el trabajo y la tierra que ofrecían el Estado y las petroleras. Animaban la creación de comunidades, su seguimiento, fortalecimiento y continuidad con la práctica de la lectura popular de la Biblia, buscando las luces que ella daba para mejorar nuestras relaciones y nuestra realidad de manera comunitaria y solidaria. Nos acompañaban y estaban presentes en todos los lugares donde íbamos haciendo asentamientos de la colonización que iniciaba, las pre-cooperativas. Con la fortaleza que nos daba la oración personal y comunitaria, la Palabra leída en comunidad, con ayuda y apoyo de la Misión Carmelita y la solidaridad colectiva fuimos descubriendo al Dios de la Vida en nosotros/as y en la comunidad y luego en la Organización Popular, buscando y encontrando alternativas de solución para mejorar nuestra vida, la organización, nuestras relaciones e ir atendiendo las múltiples necesidades y nuestra nueva vida de familias, comunidades, organizaciones populares y sociedad civil.

Los Padres Carmelitas eran siempre muy humildes, daban confianza, aceptaban comer lo que hubiera en nuestras casas y dormir como nosotros en nuestras casas con mucha sencillez. Daban libertad para hablar de todo con ellos, respetando nuestras maneras, valorando a las mujeres y el trabajo que hacíamos, hablaban y practicaban la igualdad como por ejemplo trabajando en las mingas comunitarias, sirviendo, lavando platos, lo que se necesitara… Todos/as éramos iguales y no había unos más importantes que otros, todos/as teníamos igual derecho de opinar, de preguntar, de participar y también de pensar distinto.

Los Padres y la Misión Carmelita se preocupaban por nuestros problemas familiares y comunitarios. La Iglesia no eran solo ellos como sacerdotes y Obispo, éramos todos/as y así nos lo hacían sentir. Nos formaron, nos enseñaron una fe tan profunda en Jesús, valorando los dones recibidos de Él, de manera que esa fe hizo raíces tan profundas que nadie nos puede arrancar. Por eso a pesar de tantas dificultades y tantas ofensas y difamaciones, seguimos y seguiremos siendo fieles a trabajar por ese Reino de Dios que está en la Vida, en la solidaridad y en el compartir entre pobres y con los más pobres. Hicimos vida nuestra utopía de ISAMIS: “Liberación integral del hombre y de la mujer, desde los pobres por la causa del Reino”.

De ahí surge la frase y realidad de ISAMIS de “CAMINAR CON LOS DOS PIES”: la Palabra de Dios y la organización popular, luego la Pastoral de la Evangelización y la Pastoral Social, como un solo cuerpo con dos pies, para avanzar.

Nos animaban a todos/as a apoyarnos y leer la Palabra de Dios para hacer oración y para buscar alternativas a nuestra realidad desde lo que decía la Palabra,  a ser en la práctica Iglesia Comunidad Ministerial, Participativa, Misionera de campesinos/as, indígenas, negros/as y luego urbanos/as. Nos animaban y ayudaban a ser valientes, a creer en nosotros/as mismos/as, a defender nuestros derechos.

2. ¿Qué cambió después de la llegada de los HE (Arautos) en Sucumbíos, Ecuador?

La llegada de los HE (Arautos) cambió todo, trajo la división en las familias, comunidades, colegios, trabajos, gobiernos locales. La Virgen del Cisne, La Churonita, que siempre habíamos venerado, fue remplazada por la Virgen de Fátima, (la Virgen de los HE), nos rechazaron como Ministerios y nuestra participación, rechazaron la solidaridad y la práctica de la Pastoral del Compartir que llevábamos varios años viviendo, rechazaron la participación de las mujeres, sus consejos y palabras en el Sacramento de la Confesión regresaba a las mujeres a actitudes de sumisión a la opresión y abuso machista que llevamos años intentando evidenciar y desterrar. Los HE crearon el caos pues una cosa decían y otra hacían. Quisieron arrasar con todo lo que nos caracterizaba como Iglesia Comunidad. Su argumento para el rechazo de la solidaridad, es que la atención de los empobrecidos es tarea del Estado. Los HE (Arautos) apoyaron y se aliaron con personas con poder económico y de ahí surgieron por primera vez en nuestra provincia, sin vergüenza, como más importantes, las personas con dinero. Los HE salieron el 19 de mayo de 2011 de Sucumbíos pero queda un grupo de personas que apoyan sus prácticas y sus objetivos.

Respecto a la orden de Roma de sacar a Monseñor Gonzalo de manera tan irrespetuosa y desobligante y enviar a los HE, hicimos desde el mismo día 29 de octubre de 2010, un PRONUNCIAMIENTO DE LA IGLESIA DE SAN MIGUEL DE SUCUMBÍOS, que leímos en la Misa de despedida de Mons. Gonzalo López Marañón, esa misma tarde y la negativa de autorizarnos a leerlo, en la breve ceremonia que improvisadamente, a solicitud de Mons. Gonzalo, aceptaron hacer pública luego del traspaso de poder al día siguiente, causó el incidente que dio luz a esta injusticia e intervención en nuestro Vicariato, la cual aún no termina.

Simultáneamente, a pesar de todo, acatamos la orden de Roma, acogiendo bien al P. Ibarguren y a los 17 HE que llegaron con él, informándoles, acompañándoles, mostrándoles, dando tiempo para que conocieran, se interesaran, se acercaran… en un tiempo tan especial como el Adviento y la Navidad (2010) y se convocó la primera Asamblea Diocesana Extraordinaria de Pastoral, el 20 noviembre 2010, que contó como siempre se había hecho, con delegados representantes de todas las pastorales, servicios, equipos misioneros.

3. Contextualización y razones del conflicto

Pobres para los ricos

En el 85% de Sucumbíos hay petróleo. Actualmente funcionan 300 pozos que extraen alrededor de 200.000 barriles diarios. Los ingresos que se generan en la provincia constituyen más del 50% del producto interior bruto del estado ecuatoriano. Sin embargo, a pesar de la gran importancia del petróleo, casi la mitad de la población sigue trabajando en el campo. La gran mayoría con una economía de subsistencia. No existe desarrollo industrial en la región.

Sucumbíos es una de las provincias más pobres de Ecuador. La desnutrición llega hasta el 40 por ciento, la mortalidad de los niños menores de un año sobrepasa el 50. En toda la provincia sólo hay un hospital con 15 camas para internar pacientes y 6 médicos por cada 10.000 habitantes. Los hogares cuyos ingresos no cubren la cesta básica se sitúan en torno al 70%. A todos estos problemas, se suman los que provocan el narcotráfico y la violencia del vecino departamento colombiano de Putumayo. En este mismo lugar hay una fuerte presencia de grupos armados pertenecientes a las FARC.

Los Derechos Humanos

El tema de Derechos Humanos siempre ha sido conflictivo en Sucumbíos: su conformación de migrantes, la cercanía de la frontera de Colombia (a 23 Km) y una sociedad en estructuración, y no pocos abusos de parte de policía y fuerzas armadas. ISAMIS desde 1987 impulsó el Comité de Derechos Humanos que luego se convirtió en la Oficina de Derechos Humanos. Un caso emblemático fue la defensa de los Once del Putumayo (1993-1996). También en este campo desde 1995 existe un trabajo con niñas y niños en el Hogar Infantil en coordinación con órganos del estado para reivindicar sus derechos de protección. Iniciativa entregada en la administración del Delegado Pontificio al Estado.

El tema de la frontera

La Iglesia de Sucumbíos hizo una opción de apoyo a los refugiados desde el inicio del Plan Colombia (2000) encargándose de la construcción y adecuación de albergues, y acompañamiento a quienes llegaran. El trabajo se coordinó con ACNUR y dio lugar a la creación de la Pastoral de Movilidad Humana como uno de los servicios de pastoral social.

Desde hace 20 años, por iniciativa de Mons. Gonzalo López Marañón, se ha desarrollado la llamada Pastoral de Fronteras, que ha permitido coordinar el trabajo de las iglesias presentes en el cordón fronterizo Colombo-Ecuatoriano, con trabajos conjuntos, en temas como la atención carcelaria, etnias, derechos humanos y en la última década la protección de refugiado/as o desplazados/as por el conflicto.

Corredor Manta Esmeraldas Manaos

Esta infraestructura, amenaza con convertirse en una nueva presión para zonas de alta biodiversidad. El Eje plantea levantar un corredor de 578 km por vía terrestre y 2 860 km por vía fluvial para unir a las ciudades de Manta (Ecuador) y Manaos (Brasil). El trazado busca reducir el costo y el tiempo que hoy implica atravesar el Canal de Panamá. Ello implicará la apertura de vías en la Amazonía, lo que podría profundizar los problemas de deforestación y casería comercial que enfrenta la región. Las obras que más preocupan son el puerto Providencia (Sucumbíos) y la hidrovía que atraviesa el río Napo.

Contexto local: Dos visiones y prácticas de Iglesia y de sociedad, opuestas y difícilmente compatibles, reflejadas en ejemplos como los siguientes:

Razones sociales:

- Relaciones sociales de igualdad, cercanía y respeto VS. Relaciones sociales jerárquicas, distantes y de mando.

- Relaciones participativas y dialogantes VS. Relaciones de autoridad e imposición

- Relaciones por amistad, vecindad, necesidades y objetivos comunes VS. Relaciones por interés económico, de poder, surgimiento de clases sociales

- Práctica en todos los espacios sociales y eclesiales de análisis y decisiones colectivas VS. Nueva manera: prioridad a intereses individuales

Razones eclesiales:

- Sacramentos con exigencia de previa evangelización y práctica comunitaria a lo largo de 40 años VS. Sacramentos fáciles y sin apenas preparación, que atrae grupos de gente, urbana en su mayoría, llegada en años más recientes, que no tiene práctica comunitaria.

- Plan Pastoral de Conjunto en comunión con el Plan Global de la Iglesia Ecuatoriana, planificado y desarrollado con criterios comunes, comunitariamente desde la realidad y para incidir procesualmente en ella VS. Acciones sin plan y con maneras propias de los HE (Arautos) sin relación y sin tener en cuenta, ni respetar los procesos y planes de la Iglesia local.

- Sacerdotes sencillos, carmelitas, incardinados, de otras congregaciones, acompañando desde su Ministerio y con la fuerza de la Palabra de Dios y de procesos comunitarios, a las comunidades y movimientos, caminando con el pueblo y sus luchas VS. Sacerdotes individualistas e impositivos, cumpliendo la consigna de arrasar con la participación de Ministerios, omitiendo y evitando explícitamente signos y rituales como el compartir en la Eucaristía, con más de ocho años de tradición y compromiso con resultados en ISAMIS .

- Participación y aún toma de decisiones por parte de laicos y laicas; gran acogida, valoración y reconocimiento de las mujeres VS. Ejercicio de poder patriarcal y eclesial, rechazo, discriminación y exclusión de las mujeres.

- Solidaridad VS. Limosna

·         ¿Qué sectores de la sociedad apoyan cada uno de los modelos de Iglesia?

A la Iglesia Comunidad hasta el 29 de octubre de 2010 la apoyaban todos y todas por ser abierta e incluyente: CEBs y Ministerios de las diversas pastorales: urbana, negra, indígena y campesina, movimientos, congregaciones, diversidad de carismas, laicos/as...

Al otro modelo de Iglesia, desde el 30 de octubre de 2010, solo el grupo que está de acuerdo con todo lo que hicieron los HE: los/as carismáticos/as con poder económico, fanáticas/os religiosas/os de los/as carismáticos/as, un grupo urbano que busca sacramentos fáciles y sin compromiso, y los politiqueros corruptos que sienten que la gente de iglesia nunca les apoyó.

4. ¿Cuál es la situación de la Orden de los Padres Carmelitas Descalzos en Sucumbíos?

La Orden de Padres Carmelitas de la Provincia Colombia- Ecuador, sigue dispuesta a regresar a ISAMIS, aún con otros sacerdotes distintos a los que se vieron obligados a salir por la “supuesta razón” de ayudar a disminuir el conflicto. Sin embargo, no pueden hacerlo hasta que Monseñor Mietto dé su aprobación cuando lo considere oportuno.

De los seis Padres Carmelitas de Sucumbíos - como los llamamos-, el P. Jesús Arroyo, Delegado Provincial para Ecuador falleció el pasado 30 de junio de 2012, los otros Padres se encuentran en distintos lugares de Ecuador y uno fuera del país, haciendo con ánimo y esperanza su trabajo misionero de evangelización; agradecidos por la acogida y el cariño que les han brindado donde están. También con la inquietud de no saber qué razones hubo para el trato recibido y haber sido arrancados de raíz, de la tierra que durante casi 40 años fue su hogar: Sucumbíos.

5. ¿Por qué después de la jubilación de Monseñor Gonzalo López Marañón se escogió un Obispo que no dio continuidad a la propuesta de una Iglesia Comunidad con compromiso social?

Este pequeño y olvidado Vicariato, tal vez por su aislamiento geográfico y comunicacional de muchos años y la apertura de su gente a la novedad, dada su condición de migrante, logró mantenerse y afirmar su proceso de Iglesia comunidad de comunidades, participativa, misionera, siempre en camino, con plan de pastoral de conjunto y criterios comunes, siendo un humilde testimonio del espíritu de las primeras comunidades y de paz y convivencia social y eclesial por 40 años.

La Iglesia universal viene hace años en un proceso de involución que busca echar atrás muchas de los conceptos y prácticas y en general el espíritu que quiso introducir el Concilio Vaticano II, y las Conferencias Episcopales Latinoamericanas. Las Iglesias que se tomaron en serio el Concilio y promovieron la Iglesia Comunidad Pueblo de Dios, las CEBs y el compromiso social, la participación laical, la lectura de la Palabra de Dios iluminando la realidad, la formación y la conciencia crítica, la dignidad de todos y todas, el protagonismo de jóvenes, mujeres y excluidos/as, una forma inserta de vida religiosa, la opción por los pobres... están siendo sistemáticamente transformadas, arrasadas poco a poco.

Desde Juan Pablo II, empezaron a sancionarse Iglesias como la de Riobamba acá en Ecuador... y a hacerse cambios de Obispos que han desmantelado las CEBs, ignorando y desconociendo el trabajo de Ministerios y servidores/as laicos/as, como se hizo en Brasil, Perú, Nicaragua, El Salvador... 

Uno de los pocos lugares que queda en América y mantiene como Diócesis o como Vicariato esta manera de ser Iglesia como Iglesia Comunidad Pueblo de Dios, comunidad de comunidades, es Sucumbíos, que por los cambios tecnológicos de la comunicación fue siendo más conocida y su experiencia molestaba y molesta a otras instancias que por contraste, ven cuestionada su vida y su práctica por este modelo.

El envío de los HE pretendía terminar definitivamente con este modelo, con esta manera de ser Iglesia, al ser una congregación posicionada en el otro extremo del espíritu y práctica comunitaria de ISAMIS.

Iniciaron una campaña que aún no termina de querer mostrar la Iglesia Comunidad de Sucumbíos como un pequeño grupo y se la querido tildar de secta.

Por eso parece contradictorio, celebrar con tanta fuerza los 50 años de inicio del Concilio Vaticano II y con tanta fuerza perseguir e intervenir esta pequeña Iglesia local que con las fragilidades de cualquier proceso humano, tiene una historia de 40 años de este caminar al que anima el Concilio Vaticano II y las Conferencias Episcopales Latinoamericanas.

·         ¿Roma tenía conocimiento de la Iglesia de Sucumbíos?

Por supuesto, porque no podía ser de otra manera, nunca se ha hecho nada oculto.

 ·         ¿Qué manifestaciones tuvo el Vaticano en relación con la Iglesia de Sucumbíos o con los Padres Carmelitas durante esos 40 años?

Ninguna en contra y por eso no se entiende por qué razón nunca se pronunció antes si veía inconvenientes, ni tampoco por qué no aceptó la renuncia de Monseñor Gonzalo cuando la presentó en el año 2000, e hizo la propuesta en Roma a Propaganda Fidei, nueve años antes de la Visita Apostólica y diez antes de su salida. Por el contrario, el Vaticano le pidió a Monseñor Gonzalo que continuara y que esperara a que el Nuncio le manifestara algo. ¿Por qué? Solo sabemos que en el 2005 cuestionaron la formación de los sacerdotes y en el 2008 el informe de la Visita Ad- Limina.

6. En la Carta Abierta divulgada durante el Congreso Continental de Teología Latinoamericana, realizado en Brasil en octubre 2012, ustedes mencionan un plan sistemático de destrucción de la Iglesia local. ¿Cuáles son las razones de la amenaza del proceso de 40 años de Iglesia Comunidad Ministerial, Misionera y Participativa?

Este plan sistemático empezó con la visita apostólica en 2009, de Mons. Filipo Santoro, en ese momento Obispo de Petrópolis, la posterior decisión de sacar de manera irrespetuosa a nuestro Obispo Mons. Gonzalo López Marañón, enviar para remplazarlo a los Heraldos del Evangelio, congregación ultraconservadora con el mandato de “implantar de manera diferente todo el trabajo pastoral”, con la salida de los Padres Carmelitas, y ha seguido, con la falta de acciones para la reconciliación, y contribución al caos que creó la casi total ausencia del Delegado Pontificio, ha seguido con el envío de varios sacerdotes “colaboradores” con el mismo mandato de los HE; con la prohibición de que Mons. Gonzalo pueda volver a Sucumbíos; con el desconocimiento, la exclusión y la persecución a las comunidades, ministerios y clero incardinado; con el irrespeto y desvalorización de las instancias de coordinación y búsqueda de consensos en el marco de una Pastoral de Conjunto, como ha sido la tradición en ISAMIS; con las amenazas y agresiones a las personas y a los símbolos de nuestra Iglesia y la falta absoluta de voluntad de negociar del pequeño grupo pro-Heraldo.

7. ¿Cuál es la situación de Monseñor Gonzalo, Obispo Emérito de Sucumbíos?

Él ha mantenido como siempre la fe en el Señor, la fortaleza, la paz interior y la paz con todos y todas, el cariño por su querida ISAMIS a la que consagró con todo amor 40 años de su vida y que lleva en el corazón. Hizo un ayuno de 24 días entre mayo y junio de 2011 en Quito "Para sanar heridas y reconciliar Sucumbíos", luego se fue a España a la U. de la Mística a hacer un curso de espiritualidad y sigue en España. Mantiene siempre la serenidad y el buen humor de hombre de Dios, lo que le lleva a asumir con sentido cristiano de Pascua su normal dolor por estar alejado de donde quisiera estar: Sucumbíos.

·                  ¿Tiene prohibido Monseñor Gonzalo volver a Sucumbíos?

Sí y se lo han recordado en algunas ocasiones las autoridades eclesiásticas.

·                  ¿Cómo ha recibido Monseñor Gonzalo estas órdenes de las autoridades eclesiásticas?

Ha aceptado todo lo que le han pedido, por lo que él considera el bien de su Iglesia. Tiene para ello la fortaleza de su fe desde la oración y la fidelidad al seguimiento de Jesús.

8. ¿Cuál es la situación eclesiástica de Sucumbíos actualmente?

La situación es de muy fuerte división, siguen las difamaciones y agresiones por parte del grupo fanático pro-heraldo, el empeño en acusar de secta a la Iglesia Comunidad Pueblo de Dios, todo esto con apoyo externo, y se están creando dos iglesias paralelas. ¿Qué significa eso? Que sigue adelante el plan de la Iglesia Comunidad, el trabajo de quienes defendemos el trabajo misionero, el compromiso con lo social, la opción por los pobres, el plan global de conjunto pensado y llevado con criterios y líneas comunes. Y simultáneamente el grupo de pro-heraldos y los padres “colaboradores” por su parte, sin propuesta pastoral, sin respetar las instancias pastorales ni los equipos misioneros responsables de las Parroquias, haciendo una iglesia sacramentalista, sin tener en cuenta procesos de evangelización y sin compromiso social. Siguen los intentos de desarticular nuestras instancias participativas. Por ejemplo, a una de 16 comunidades dela Parroquia del Divino Niño que se ha separado de la Parroquia a raíz de la llegada de los HE (Arautos), se le están dando todos los servicios pastorales por parte de los padres “colaboradores” y celebrando en una cancha deportiva, sin ningún intento de reconciliación ni de acercamiento ni diálogo con la Parroquia. Sigue la renovación carismática pero sobre todo doña Genoveva Altamirano, algunos padres “colaboradores” y algunos politiqueros agrediendo, dividiendo, difamando a las personas de la Iglesia Comunidad y alentando a otras personas y grupos a hacerlo.

La propuesta de Monseñor Paolo Mietto, administrador Apostólico desde el 7 de marzo de 2012, de que Sucumbíos volviera a ser “Casa y Escuela de Comunión”, está quedando solo en palabras pues sus decisiones, por las presiones externas que tiene, van desfavoreciendo las instancias de la Iglesia Comunidad.

·         ¿Ya fue nombrado el nuevo Obispo para el Vicariato Apostólico de San Miguel de Sucumbíos?

No, aún no.

·         ¿Cómo están las negociaciones?

No sabemos nada al respecto. Imaginamos que la tendencia de nombrar a un obispo que desconozca la tradición de nuestra Iglesia se mantendrá.

9. ¿Alguien de ustedes ha tenido alguna amenaza de parte del Obispo?

Ha hecho una acusación grave a Pablo Torres, uno de nuestros cuatro sacerdotes incardinados, de perturbar la comunión eclesial, pero sin dar hechos, ni argumentos, pidiéndole dejar la parroquia y están en conversaciones al respecto. Otra clase de amenazas no. Sin embargo, la manera de actuar del Obispo desconcierta, ya que su discurso va por un lado y su actuar por otro. Al parecer tiene voluntad pero se deja influir por presiones aún en contra de las evidencias de las situaciones y no mantiene las decisiones…

·         ¿Cuál es la situación de los sacerdotes incardinados en Sucumbíos?

Difamaciones, amenazas y agresiones de parte del grupo que ha demostrado un fanatismo religioso, desconocido en Sucumbíos hasta el arribo de los HE (Arautos), llegando a pedir la muerte de algunos de ellos; exclusión de parte del Obispo al no tener en cuenta sus planteamientos y sugerencias, ni dar espacios para que se expongan y debatan con profundidad y con argumentos los temas pastorales, catequéticos, litúrgicos que ellos rechazan y favoreciendo con las decisiones y nombramientos de estos padres “colaboradores” la anulación de las estructuras participativas, el caminar comunitario sobre un plan de pastoral de conjunto con criterios comunes, etc.

10. ¿Desea añadir algo más?

Sí. Agradecer por este espacio que nos brindas, por tu interés en conocer e informar a la opinión pública; también por tu solidaridad y la que estamos recibiendo de diferentes Iglesias, organizaciones, instituciones y personas del Ecuador y a nivel internacional, que buscan la verdad.

Aprovechamos la oportunidad para invitarles a ser parte de la vigilia de oración, el día martes 30 de octubre, a las 6 p.m. (hora de Ecuador), donde celebraremos el Día de la Iglesia Comunidad Pueblo de Dios al Servicio del Reino.

Unámonos encendiendo una luz.

 

VIGILIA PERMANENTE DE LA IGLESIA COMUNIDAD PUEBLO DE DIOS – SUCUMBÍOS – ECUADOR
Referencia:
-          Ruth Elvira Sánchez Rosso
-          Silvio Cumbicus