Lectura orante del Evangelio: Mateo 4,1-11
“Con
el demonio no se dialoga, no se puede dialogar, porque nos va a ganar siempre””
(Papa Francisco).
El tentador se le acercó y le dijo: “Si eres Hijo
de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes”. El tentador es
un seductor; sus propuestas son muy sutiles y halagadoras; se acerca tanto a
nosotras/os, que se mete dentro. No nos es fácil detectar por dónde nos está
quitando la vida. Sin darnos cuenta, la tentación crece, contagia, se
justifica. Todo nuestro ser se siente afectado, halagado, provocado. Pero
cuando el pan es pan-dinero, es pan-poder, que domina a las/os pobres sin
compartir con ellas/os lo que les pertenece, no es pan de Dios ni pan nuestro,
es un engaño. ¡Oh Señor, mira que somos
frágiles! Revístenos de tu fortaleza.
Jesús le contestó: “No solo de pan vive el hombre,
sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. Jesús no quiere
convertir las piedras en pan, sino convertir a las mujeres y los hombres, para
que compartan el pan; Quiere un pan, que no sea poder sino comunión. La
autorefencialidad es una tentación, porque no solo de bienestar vive el ser
humano. Cuando estamos en tentación, solamente la Palabra de Dios nos salva. La
Palabra nos fortalece en las pruebas; cuando todo parece sombrío, renueva
nuestro espíritu, nos hace conocer el amor y la amistad, desarrolla nuestra
solidaridad con quienes sufren, nos hace escuchar nuestra conciencia con
responsabilidad. Mueve,
Señor, nuestra vida al ritmo de la Palabra.
“Si eres Hijo de Dios, tírate abajo”. Nada es claro
ni fácil en la vida. Seguimos estando en la misma situación de prueba que
Jesús. Quizás hemos optado por los caminos atractivos del Diablo. Con la fuerza
y lucidez del Espíritu escogemos hoy caminos de libertad y no de esclavitud, de
servicio y no de dominio, de vida y no de muerte. No caminamos solas/os;
caminamos con Aquel que es nuestro Camino. Jesús,
haznos amar como tú.
Jesús le dijo: “No tentarás al Señor, tu Dios”. A veces
pensamos que hubiera sido más fácil entablar
relaciones con Dios a nivel de prodigio y seguridad. Todo sería más fácil. Pero
Dios nos ha llamado en amor y respeto radical, sin forzarnos de ninguna manera,
sin obligarnos a aceptar el mesianismo de Jesús, sin milagros exteriores, sin
imposiciones, sin demostraciones. Así caminó Jesús, desplegando un mesianismo
de amor, sin comprar a las/os pobres con pan, sin tomar el poder para imponer
desde arriba su proyecto, sin dominar sobre las conciencias. ¿Optaremos por
este camino? Gracias, Jesus, por
enseñarnos este camino de verdad. .
“Todo esto te daré si te postras y me adoras”. El diablo
ofrece dictadura perfecta, que dé origen a un espléndido rebaño, pero en el que
habrá muerto el ser humano. Jesús no quiere autómatas ni esclavas/os, sino amigas/os
e hijas/os. Jesús solo quiere reinar para curar, dar vida y plenitud a todas/os.
Gracias, Jesús. Tú eres gratuidad amorosa. Nunca engañas.
Le dijo Jesús: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él
solo darás culto”. ‘El cristiano está llamado a
volver a Dios de todo corazón’ (Papa Francisco). La cuaresma es una oportunidad
para convertirnos y dejarnos evangelizar las zonas más profundas del corazón. En
el desierto, que no es ausencia de personas sino presencia de Dios,
aprenderemos a crecer en la amistad con el Señor. La adoración a ti, Señor, nos
da la fuerza para ayudar a quienes tienen débiles las rodillas, nos da ojos
para regalárselos a quien nunca ha mirado con belleza, nos da manos para
unirlas a quien las esconde para no dar, nos da corazón para ponerlo a latir
junto al corazón calculador, nos da brazos para abrazar a quien no se atreve a
manifestar su amor, nos da cuerpo de danza para alentar lo que está sin vida. ¡Bendito y alabado seas, Señor!
Desde el CIPE les deseamos un feliz tiempo de
gracia - marzo de 2017