viernes, 1 de mayo de 2015

Acompañándote Gonzalo, agradecidas/os por tu testimonio misionero



Querido Gonzalo

Dios mediante, estarás ya en Angola, para esta fecha que como decías: “tiene el atractivo muy teresiano de encontrarme ya allá el 01 de mayo, fiesta de San José Obrero, “logista” imprescindible para Madre Teresa en toda empresa buena”.

Queremos contarte que fue linda, significativa, sentida, simbólica, alegre y entrañable... la celebración de tu envío misionero a Angola, el martes 28 en la noche, en la Parroquia Divino Niño, en Lago Agrio, con algo más de 100 personas significativas y fieles de todos los sectores de la ciudad y de algunos lugares del campo, que fue transmitida por la radio Sucumbíos en directo, uniéndose algunas gentes también de otros países a través de internet.

Estuvieron concelebrando la Eucaristía nuestros cuatro presbíteros incardinados, dos misioneros de la Consolata y los diáconos Rogelio Girón, Walter Pesantes y Amable Aguirre. Acompañando el coro de jóvenes del Divino Niño.


Una "mirada contemplativa de las huellas del camino misionero de esta Iglesia hasta ahora y tuyas desde 1970... como Pastor de esta Iglesia Comunidad", hecha por Edgar. Unas sentidas, sencillas, profundas e inspiradas palabras de envío del Pablito mientras todos/as manteníamos la mano derecha levantada sobre tu sonriente foto que está en un cuadro que trajimos del seminario, colocado al centro, junto a un corazón hecho de pétalos de flores delante del altar, adornado con un alba con el escudo de ISAMIS alrededor tuyo. Con todo entusiasmo cantábamos "Alma misionera", habiendo empezado con "Amas a Sucumbíos".

Luego compartimos un cafecito mientras veíamos fotos antiguas de Lago Agrio y algunas tuyas más recientes en Alcalá de Henares, en tu pueblo y del día del primer envío misionero a Angola que te hicieran en casa de los jesuitas, cerca de Moncloa, en Madrid, el 29 de junio de 2014, unas/os 22 misioneras/os de ISAMIS en Madrid.

Agradecemos tus palabras: “Mi mensaje es que estemos firmes hasta el final, en lo que hemos buscado, trabajado, decidido y por lo que hemos dado la vida. Yo creo que eso no es ajeno a estar uno abierto… yo les animo a ustedes a ser fieles, a no fallarle a Jesús y que seamos de tal calibre, de tal calidad, que no nos rompa nadie la vida ni la esperanza… El Espíritu nos une y el océano es un cable que nos reúne y estaremos trabajando donde quiera, hasta el final, en la causa de Jesús y de su Reino.


¡¡¡Y viva Sucumbíos y todas las personas que trabajan por la Iglesia Comunidad!!!”

Gonzalo gracias, tu testimonio y coherencia cristiana nos desafían a seguir el camino misionero con decisión y alegría.