El día 01 de junio, se llevó a cabo el lanzamiento del libro con este título, en los salones del FEPPP de Nueva Loja, Sucumbíos. Esta obra recoge los 20 años de lucha de los afectados/as del Nororiente ecuatoriano contra la petrolera CHEVRON/TEXACO, desde su inicio en 1993 hasta la actualidad. Se trata de un caso emblemático sobre el mayor crimen ambiental de la historia del planeta y la condena de la Transnacional que lo cometió.
Alguien afirmó que este caso y el de los "Once del Putumayo" ( 1993-1996), son victorias que hacen ver con optimismo el futuro del nororiente, por la lucha mancomunada y el significado que tienen.
Luis Yanza, el autor, es amigo y compañero de camino del pueblo de Sucumbíos, testigo y participante directo en tantos esfuerzos y luchas en estas tierras amazónicas. Su preocupación al rescatar esta historia es que las nuevas generaciones conozcan, valoren el ayer y lo respeten, para que a su vez se conviertan en los nuevos protagonistas, no solamente en la ejecución de las medidas de reparación, sino en la toma de conciencia de los derechos de las personas y de la naturaleza y en una acción consecuente con su defensa.
El libro, de 409 páginas, se lee con facilidad porque suscita el interés del lector.
Uno de los méritos del autor es presentar el caso como un "ESFUERZO COLECTIVO" y una "VICTORIA COLECTIVA", en la que participaron directa o indirectamente muchas comunidades, organizaciones populares y otros colectivos, organizaciones no gubernamentales, personalidades públicas y no públicas, voluntarios, pasantes y colaboradores. Es un GRAN ESFUERZO COLECTIVO, liderado por los afectados y afectadas, que hizo posible algo que para muchos era imposible: condenar a la gigante petrolera Chevron por su crimen ambiental.
Luis Yanza no reduce el caso solamente a un PROCESO JUDICIAL, sino que lo relaciona íntimamente con un PROCESO SOCIAL que ya existía y al que se refiere en la Primera Parte de su libro titulada "Semillas que fructificaron". Allí rescata la vida y las luchas de las comunidades cristianas, de las organizaciones populares y otros colectivos, la mayoría constituidas gracias al trabajo pastoral de las Iglesias de San Miguel de Sucumbíos (ISAMIS) y de Aguarico (Vicariato de Aguarico-Misión Capuchina).
Al leer esas páginas, reviven como si hubieran sucedido ayer, las historias de la Jatun Comuna Aguarico (actual FONAQUISE), de APAFANO (Asociación de Padres de Familia), de la UCANO (Unión de Campesinos del Nororiente , y de la Federación de Mujeres de Sucumbíos (FMS); el camino de las Uniones Campesinas de Shushufindi (UCASH), Sacha (UCAJS) y Orellana (UCAO); el accionar del Comité de DDHHNO y de la Oficina de Derechos Humanos en Lago Agrio; las luchas lideradas por la Coordinadora Popular del Nororiente en tiempos del terremoto, etc.
En la Segunda Parte del libro, el autor se adentra en la creación y desarrollo del Frente de Defensa de la Amazonía (FDA) y luego la aparición de la Unión de Afectados y Afectadas por las Operaciones Petroleras de Texaco (UDAPT), núcleo formado por las comunidades campesinas y nacionalidades indígenas, verdadero protagonista de este caso.
Sigue luego el desarrollo detallado del proceso judicial (Tercera y Cuarta Partes), de Napo y Sucumbíos a Nueva York y luego de Nueva York a Nueva Loja, donde la CHEVRON fue condenada, el 14 de febrero de 2011. Sin embargo, la lucha continúa hasta que la transnacional pague. Luego seguirán las tareas de la remediación.
Finalmente, en la VI Parte del libro, el autor hace una consideración sobre la "Era petrolera" y llama a evaluar los casi 50 años de explotación petrolera la luz de los daños producidos por la misma. Nos invita a todos y todas a realizar una reflexión profunda y comprometida sobre el llamado "progreso" y el futuro de la región.
Es muy interesante el planteamiento que hace Luis sobre el nombre de Lago Agrio (Sour Lake): nombre impuesto por la compañía TEXACO y que tenía que ver con un pozo perforado en Texas en 1903, ajeno a la historia y a los pueblos de nuestra región. El piensa que es posible debatir sobre el nombre de Lago Agrio.
Todo esto, en el fondo, tiene relación con lo que el Papa Francisco dice en su Exhortación "La Alegría del Evangelio", cuando afirma proféticamente sobre la "economía de exclusión" y la "idolatría del dinero":
"Hoy todo entra dentro del juego de la competitividad y de la ley del más fuerte, donde el poderoso se come al más débil. Como consecuencia de esta situación, grandes masas de la población se ven excluidas y marginadas…" (EG 53).
"Hemos creado nuevos ídolos. La adoración del antiguo becerro de oro (cf. Ex 32, 1-35) ha encontrado una versión nueva y despiadada en el fetichismo del dinero y en la dictadura de la economía sin un rostro y sin un objetivo verdaderamente humano" (EG 55).
Felicitamos a Luis Yanza por este libro que es una contribución importante a la historia de nuestro pueblo nororiental, vista desde los pobres, y una invitación a no perder nuestra tradición de organización y lucha para avanzar en la construcción colectiva del Buen Vivir, en el contexto del Reino que es la pasión de Jesús.