Miércoles 19 de noviembre de 2014
Llegó a Sucumbíos Camino
de Luz, la peregrinación de Santa Teresa de Jesús, -Teresa de Ávila, Santa
Doctora de la Iglesia, en el contexto de la celebración de 500 años del nacimiento
de esta maravillosa mujer que nos ha enseñado tanto y sigue haciéndolo, desde
su experiencia de vida, de Dios, desde su palabra y su obra. Ha sido una oportunidad para asomarnos a ver cuánto
de su carisma teresiano-carmelita es sustrato de nuestra Iglesia Comunidad,
agradecerlo y animarnos a seguir actualizándolo como responsabilidad histórica
y eclesial. Somos parte de ese
recorrido que partió de Ávila el
día 15 de octubre de 2014 (festividad de la Santa) y recorrerá el mundo por
lugares teresianos en los cinco continentes (Europa, Asia, América, África y
Oceanía), incluidas misiones en activo, hasta regresar el 28 de marzo de 2015,
cuando se cumple el V Centenario del nacimiento.
“Santa Teresa de Jesús ha sido popularmente conocida como “la monja
inquieta y andariega”. A lo largo de su vida, caminó por toda España fundando
conventos de la Orden del Carmelo Descalzo. La idea de la vida como camino,
como peregrinaje, incluso como “misión”, está por tanto íntimamente ligada a su
vida y a su memoria. Posteriormente, este espíritu andariego, emprendedor,
creativo y de búsqueda de la fe y de la verdad, se ha extendido por todo el
mundo… donde han surgido vocaciones que mantienen viva la llama que prendió
Santa Teresa y que no deja de contagiar… La Santa sigue caminando y
engolosinando a multitud de buscadores de los más altos valores en todas las
culturas a través del caminar de sus amigos en los cinco continentes. Camino de
la luz quiere ser un reconocimiento y un homenaje a ese aspecto tan particular
de la vida de Santa Teresa, y a la vez, es una manera de comenzar de forma
simbólica el centenario propiamente dicho. Busca unir personas de diferentes
razas y culturas, ya que es una invitación a participar a todo el que desee
vivir esta experiencia, y resaltar así al espíritu universal tanto de Teresa
como del V Centenario que celebramos.”
Estas palabras suenan a la invitación que hiciera el Papa Francisco de la urgencia de una Iglesia en salida, una Iglesia Misionera y Teresa de Jesús nos da la pauta.
Alegre, intensa,
sentida, plena de sentido y con amplia participación, se vivió este 19 de noviembre de 2014 en Sucumbíos, la significativa peregrinación Camino de Luz con el signo-reliquia del
Bastón de Santa Teresa de Jesús, como invitación a seguir
caminando con ella. Se hizo con diversas paradas y celebraciones,
acompañada por gente de las comunidades a lo largo de 82 kms., desde el Centro de
Espiritualidad “Monte Carmelo” en Puerto Libre hasta Lago Agrio, con la Misa y
la vigilia teresiana de oración, en la Catedral Nuestra Señor a del Cisne en
Lago Agrio a las 7 p.m., y contó con el acompañamiento
permanente de Monseñor Celmo Lazzari, nuestro Obispo de Sucumbíos, a lo
largo de todo el día y en la noche.
Monseñor Celmo,
agradeció a la Orden que se haya elegido este Vicariato, como el segundo de los
dos lugares en Ecuador, contemplado con la presencia de esta reliquia y agregó:
“a
la que es justo que esta misión abra sus puertas porque su carisma trajo los primeros
misioneros esta tierra. Queremos que Santa Teresa vea, contemple lo que a
través de su carisma se realizó acá y que ella nos ayude a continuar en sus
huellas”.
Agradecemos el
carisma de Santa Teresa de Jesús, este carisma presente desde el inicio de la
evangelización en nuestra Iglesia de San Miguel de Sucumbíos, agradecemos a los
Padres Carmelitas –algunos presentes hoy aquí-, a Monseñor Gonzalo López
Marañón. El carisma teresiano carmelita se ha ido actualizando en la Iglesia en
cada persona de las congregaciones que lo comparten, intentando vivir cada
uno/a ese carisma y manifestarlo. Celebramos el trabajo delos carmelitas y otras
comunidades presentes aquí y a Teresa de Jesús con su radicalidad, que nos
lleva cuando las cosas no están bien, a la fuente verdadera: el Evangelio. Las
semillas sembradas se siguen cultivando, el carisma está presente, la historia
no se borra, la paciencia todo lo alcanza
dice Santa Teresa…
En la Misa que presidió Mons. Celmo, estuvieron presentes el sacerdote carmelita
Antonio González, Secretario del Carmelo Descalzo para la Celebración del V
Centenario, y demás personas del Equipo de Camino de Luz; también Mons. Jesús
Esteban Sádaba, Obispo del Vicariato del Aguarico con los Padres Carmelitas
Descalzos José Septien y Juan Cantero de ese mismo Vicariato; el Padre Miguel
Ángel Díaz, Provincial de los Carmelitas Descalzos de Colombia-Ecuador; el P. Marcelo Sarmiento, Delegado Provincial
de los Carmelitas Descalzos en Ecuador y el Padre Juan Berdonces de Quito;
Madres Carmelitas Descalzas del Monasterio de
Ibarra; Hermanas Carmelitas de la Divina Providencia de El Puyo; y de la
Iglesia de Sucumbíos que comparten esta espiritualidad teresiana: Hermanas
Carmelitas del Sagrado Corazón, del Equipo Misionero del Colegio intercultural
bilingüe Abya Yala y Hermanas Teresianas de Ossó del Equipo Misionero del
Centro de Espiritualidad de Puerto Libre. Por supuesto los sacerdotes
diocesanos incardinados y religiosos del Vicariato, religiosas, misioneros y
misioneras de los distintos equipos misioneros, ministerios servidores e
integrantes de las distintas comunidades de todas las pastorales: negra,
urbana, indígena y campesina y del Movimiento Apostólico Juan XXIII. De igual
manera autoridades civiles, integrantes de organizaciones de mujeres y otras
organizaciones populares y sociales de la provincia. Todas y todos, como Mons.
Celmo, agradecidos a la Orden Carmelita por la oportunidad que ha tenido
Sucumbíos de acoger el Bastón de Santa Teresa de Jesús, no solo como Iglesia
sino como sociedad civil. Se destacó al final de la Misa, el agradecimiento
conjunto desde la animación misionera y la sociedad civil que han crecido
juntas aquí y se agradecen juntas: mística y profecía están unidas.
El P. Antonio González, manifestó su alegría por
estar el Camino de Luz en esta Iglesia joven que han contribuido a construir
los misioneros Carmelitas Descalzos, y que el carisma sigue presente en las
Teresianas de Ossó y las Carmelitas del Sagrado Corazón y porque lo sembrado
sigue… eso esperan. Dijo que Santa Teresa creó conventos de monjas -como el de las
Madres de Ibarra, presentes-, que con su oración son fuerza en la Iglesia. El
bastón es testigo de esas fundaciones y del deseo misionero de la Santa recogido
en su célebre frase: “Determiné hacer eso poquito que estaba en
mí.” Santa Teresa nos invita a entrar en nosotros/as mismos/as para que
el Evangelio tenga espacio en nosotros/as, para luego transmitirlo con actitud
de entrega y servicio desde la comunión, desde la justicia y la reconciliación.
El bastón recuerda una frase muy propia y casi de las últimas de Santa Teresa:
“es
tiempo de caminar”. Que esta visita de Santa Teresa nos ayude a
encontrar el camino y vivirlo, dijo.
La representante de las
organizaciones sociales de Sucumbíos, expresó que la gratitud da sentido
a nuestro pasado, y agradeció a Dios Padre y Madre por el carisma teresiano carmelita, a
Monseñor Gonzalo López Marañón, a los Padres Carmelitas que vivieron y dieron
su vida en Sucumbíos, a las Carmelitas del Sagrado Corazón, Carmelitas
Misioneras, Teresianas de Ossó, al Carmelo seglar y a todas las personas que
han hecho posible que tengamos fe y esperanza en la posibilidad de transformar el
mundo desde nosotras/os mismas/os, comunitariamente.
Al final el Padre Miguel Ángel
Díaz, Provincial de los Carmelitas Descalzos, expresó a Monseñor Celmo
Lazzari: “Quiero en nombre de la Orden expresar
mi inmensa gratitud por su cercanía, por su bondad, por haber permitido traer a
esta Iglesia particular el Bastón de Santa Teresa, algo tan significativo para
nosotros Carmelitas. Y en nombre de José Septien, de Juanito Berdonces, de
Juanito Cantero, de Pablo Gallego, de Pedro Luis Rodríguez que se encuentra en Argentina, del Padre Marcelo Sarmiento,
Delegado de Ecuador y del Superior
General que está al tanto de este acontecimiento, agradecerle infinitamente
haberles permitido venir a esta Iglesia,a su Iglesia, poder celebrar con todo este
querido pueblo de Dios, este homenaje a Teresa de Jesús, con nuestras queridas
hermanas de la Compañía de Santa Teresa (Teresianas de Ossó) que lo han dado
todo para hacer posible este evento. Cuente con nuestro respeto, nuestra
fidelidad, nuestra obediencia y también nuestra disposición como Orden. En
usted también agradecer a este querido presbiterio que ha acompañado la
historia de estos frailes, hermanos nuestros a lo largo de tantos años, con
generosidad, con bondad, con cercanía, con amistad, todo ello que habla de
comunión, signo de la presencia del Señor entre nosotros. Y también me atrevo a
darle un agradecimiento muy especial a Mons. Jesús Esteban Sádaba, también por
toda la bondad, la cercanía y la generosidad que ha tenido con nosotros. El
Señor los bendiga y de nuevo gracias por
permitirnos estar en su Iglesia.”
Fue una Eucaristía llena de Vida desde la vida, de
teresianismo y de Carmelo, de historia y esperanza, de "presencias
presentes y ausentes", que no nos dejan indiferentes, de profunda gratitud
"desde la animación misionera y la sociedad civil que allí crecieron
juntas" como "mística y profecía están unidas", en las huellas
de Teresa hacia el Señor que nos convoca.