miércoles, 20 de agosto de 2014

DE CAMINO A LA XXVII ASAMBLEA DIOCESANA DE PASTORAL DE LA IGLESIA DE SAN MIGUEL DE SUCUMBÍOS


Una vez más, nos encaminamos a la Asamblea Diocesana de Pastoral de la Iglesia de San Miguel de Sucumbíos, esta vez la XXVII. Es un buen trecho. Más si sumamos la etapa previa de asambleas misioneras, como el camino preparatorio para la Iglesia Local, la Iglesia de San Miguel de Sucumbíos. Importante detenernos en la palabra Asamblea ya que ha resultado un término de lenguaje y una práctica subversiva, muy cuestionadas en estos tiempos para cierto sector y visión de Iglesia. 



Si recordamos la palabra Iglesia proviene del griego ἐκκλησία, ekklēsía, en latín ecclesia. Tiene dos significados. Un significado activo que es convocación y congregación. Y por otra parte un significado pasivo: asamblea reunida, congregada. Para los griegos la ekklesía era la reunión del pueblo convocada para decidir sobre los asuntos de la ciudad. Por tanto, tenía un carácter político, humano y no religioso o divino. Pero el sentido cristiano de Iglesia no tiene su origen en el mundo griego, sino en el mundo judío del Antiguo Testamento donde encuentra su carácter religioso de culto y alabanza.

¡Qué riqueza de esta palabra!. La Iglesia es comunidad. Es encuentro de las personas, de los hijos e hijas de Dios que creen en Jesús. Lo contrario a este sentido comunitario es ser solitario, no reunirse, dejar que la “mano invisible” maneje los hilos de los destinos de las personas y los pueblos.



Por eso, en nuestra Iglesia de Sucumbíos, la comunidad es su fuerza, porque la Iglesia es comunidad, es asamblea, y la práctica asamblearia es una herramienta constante y a la vez su patrimonio. La práctica asamblearia nos ejercita en las metodologías participativas, en caminar juntas y juntos construyendo el Reino.

Como es ya tradición en nuestro caminar eclesial, en este final de año pastoral, las diferentes Unidades Pastorales según las grandes culturas presentes en Sucumbíos: Indígena, Campesina, Negra y Urbana, celebraron sus asambleas anuales:

- Asamblea de la Unidad Indígena (25, 26 y 27 de Julio),

- Asamblea de la Unidad Urbana (26 de Julio),

- Asamblea de la Unidad Afro o Negra (30 de Julio) y

- Asamblea de la Unidad Campesina (8 y 9 de Agosto)



Los representantes de las respectivas zonas y sectores o parroquias, se reunieron para evaluar el presente año pastoral y el Proceso de Perdón y Reconciliación. También para hacer propuestas acerca de cómo llevar a la práctica la decisión que se tomara en el Retiro Diocesano de Pascua: Realizar el próximo año pastoral 2014-2016 un “Proceso de conversión y de comunión” que nos ayude a quitar obstáculos y a calentar el espíritu para realizar en el siguiente año la Planificación Quinquenal, teniendo en cuenta el Plan Global de la Iglesia Ecuatoriana para el quinquenio 2016-2020.

En todas las mencionadas asambleas se hizo presente Mons. Celmo Lazzari, demostrando su sentido pastoral y a la vez confirmando este elemento importante dentro del caminar de la Iglesia de Sucumbíos.

Como es ya tradición en nuestro caminar eclesial, en este tiempo se realizaron las asambleas pastorales de las cuatro unidades: Negra, Indígena, Campesina y Urbana. Han dedicado el tiempo necesario para evaluar la programación pastoral anual, asumida en la XXVI Asamblea Diocesana de Pastoral de agosto 2013, del Plan Pastoral actual. Desde la revisión de las actividades desprendidas de las líneas pastorales de Evangelización y Social el interés se centra en buscar las alternativas para enfrentar los desafíos que nos presentan nuestras realidades.

Las unidades pastorales, y por ende sus asambleas, no nacieron por pura casualidad o por capricho alguno. Si no desde una responsabilidad como Iglesia Particular, fueron asumidas por allá en el año de 1994, luego que se había realizado la Asamblea de Obispos Latinoamericanos en Santo Domingo en 1992 con ocasión de los 500 años. La luz que dio Santo Domingo a las iglesias particulares es que la emergencia del paradigma cultural se presentaba como un desafío para la pastoral, por tanto, el acento estaba dado en asumir la inculturación del Evangelio. ¿Quién puede desconocer el valor que tienen las culturas en las sociedades actuales y porqué no en la Iglesia? Y, ¿Cómo podíamos ser indiferentes ante la riqueza cultural de nuestro querido Sucumbíos?.

De esta manera, se pasaba de una etapa de una pastoral generalizada, hasta podríamos decir uniformadora, a una pastoral diferenciada valorando la especificidad cultural, pero articulada en la pastoral de conjunto con un plan diocesano. Por eso, es en este marco orientador del Magisterio del Episcopado Latinoamericano que surgen las unidades pastorales, con su ritmo, su proceso, su organización, sus ministerios.



De esa manera, las asambleas anuales de las diferentes unidades pastorales constituyen una preparación para la ASAMBLEA DIOCESANA DE PASTORAL que reúne a los representantes de toda la Iglesia Local, la misma que se realizará los días 21, 22 y 23 de Agosto. Los aportes evaluativos de cada una de las asambleas son recogidos y valorados en la asamblea conjunta, igual que las diferentes propuestas, a fin de llegar a consensos y caminar juntos.

La XXVII Asamblea Diocesana nos espera, reviste una gran importancia pues se encuentra inscrita dentro del “Momento Nuevo” que vivimos e intentamos hacer realidad plena, a partir de la posesión de Mons. Celmo Lazzari como Obispo de la Iglesia de San Miguel de Sucumbíos (ISAMIS), en sucesión apostólica de Mons. Gonzalo López. Un contexto marcado por una mística e invitación animada por el Papa Francisco: Una nueva etapa evangelizadora caracterizada por la alegría del Evangelio, con una Iglesia en salida a las periferias existenciales. La Asamblea Diocesana es una gran oportunidad de tomar decisiones para construir o reconstruir, luego que la tormenta ya va pasando. ¿Estamos preparados para este momento nuevo, tiempo de gracia, tiempo de conversión?

Ponemos, como es costumbre, en el corazón de la Virgen María Asunta al cielo, que hemos celebrado este 15 de agosto, la realización y los frutos de la próxima Asamblea Diocesana. Y pedimos a nuestros amigos unirse en oración a esta nuestra intención.