NOTA PREVIA: Con ocasión de la
celebración de la A. D. P. de nuestra Iglesia, reproducimos el artículo del año
pasado respecto a este tema.
El año pasado
conmemoramos los 25 años consecutivos de Asambleas Diocesanas de Pastoral (ADP).
En estos momentos, del 22 al 24 de agosto, estamos celebrando la 26ªADP en el
tradicional kiosko de la Casa Diocesana en Lago Agrio.¡Este lugar sí que tiene
historia! Este sitio guarda profundos recuerdos: ¡Cuánta Vida, cuánta gente,
cuánta oración, cuántas reflexiones y debates!.Sí, ¡Cuánta historia y cuánta
Vida! ¡Y esta Asamblea de ahora no puede ser la excepción!
¿Recuerdan cuándo nos
llegaban las cartas de los/as misioneros/as que ya no estaban en ISAMIS, pero
desde cualquier parte del mundo continuaban “enganchados” a ISAMIS. Ahora recordemos
este significativo detalle, sabiendo que están más unidos/as que nunca. De
manera especial, la Hna. Cristina Escobar, que trabajó en Lumbaqui por los
finales de los 80, ahora se encuentra en su tierra chilena y desde Valdivia,
junto a su comunidad está en oración y con la lámpara encendida, clamando por
ue en Sucumbíos brille la luz. En ella,
les decimos a todos y todas quienes contribuyeron para que avancemos como
Iglesia Local desde profundizar nuestra fe personal y comunitaria a la luz de
la Palabra y mirando la realidad: “Dios les pague” por tanta entrega y tanta
vida. Leamos el mensaje de la Hna. Cristina.
¡ ¡ ¡No temas pequeño rebaño! ! !
Queridos herman@s estoy aun más comprometida con ISAMIS,
con mis herman@s de los grupos que acompaño en esta comunidad pediré la
oración por Uds. y su fe, su esperanza, y unidad, ya que hoy viven lo que
antes hacíamos como una dinámica de grupos: me acuerdo muy bien cuando tomaban
una varita, dos, tres, se hacía fuerza y se quebraban, pero cuando ya eran diez
o más varitas, ¡¡¡ya no era posible romperlas!!!
Así hoy Dios Padre y Madre les conserve unidos en paz, en
medio de este doloroso, desafiante y me parece estremecedor conflicto entre
hermano@s, con la mirada puesta en el Señor van a salir adelante, para Dios
nada es imposible.
que en cada rincón de las comunidades de ISAMIS, los
herman@s oren, oren, y oren, a su manera, que se unan a esas vigilias
desde todos los rincones de ISAMIS: a Dios rogando y con el mazo dando.
Nuevamente les molesto, (para cuando se pueda) perdí el
correo de la catequista , Melania Jimbo, de Lumbaquí, por eso me gustaría
lograr el correo de cualquier persona de Lumbaquí, para luego contactarme con
ella. muchas gracias desde ya.
Unidos en la
oración y que nuestro Jesús Arroyo haga palanca desde el cielo.
que logren los fondos y sean escuchados. mi lema es
"todo lo puedo en aquel que me conforta"
Con todo cariño araucano. Paz y Bien mª xtina fmm
Bueno, volviendo a
las asambleas, estas han sido parte del proceso de identidad eclesial que han
marcado los hitos de un camino fecundo. El P. Luciniano Luís, qepd, en el libro
“Sucumbíos de la Misión Carmelita a la Iglesia Local”, “donde se expone cómo
quiere hacerse realidad la eclesiología del Vaticano II, Medellín, Iquitos y
Puebla”, presenta el proceso histórico que hemos recorrido para nuestra Iglesia
Local, la Iglesia de San Miguel de Sucumbíos. Aquí, entre otros temas, se
refiere a las asambleas diocesanas pastorales, donde se afirma que son parte
importantísima de la vida de la Iglesia, movida por los principios de colegialidad
(las decisiones son discernidas y consensuadas) y sinodalidad (el caminar de
todos los carismas) por parte de
todos los integrantes de la Iglesia.
La primera ADP se
realizó del 15 al 27 de agosto de 1988. Y lo recogemos textualmente: “Así
bautizábamos en la mañana del 23 de agosto de 1988 el acontecimiento feliz de
reunirnos por primera vez conjuntamente los miembros del Consejo
Diocesano de Pastoral y todos los misioneros de ISAMIS”. Y en aquel
entonces Gonzalo, nuestro Obispo Emérito en el exilio, destacaba en el saludo
de bienvenida: “a partir de ahora vamos a caminar más junto las gentes de las
comunidades y los misioneros”.De esta manera se superaba el
clericalismo.
Se había cumplido el
sueño anhelado de la labor misionera iniciada en los 70, a la luz del Vaticano
II, Medellín y Pueblo, que pedían una participación activa de los laicos y
laicas, que nos sean simples objetos de la evangelización sino sujetos activos
en la Iglesia y la sociedad.
Esto estuvo precedido
por las asambleas misioneras, iniciadas desde 1971 con Gonzalo, muy importantes
en su momento para aglutinar las fuerzas misioneras dispersas y superar la
acción pastoral aislada y los pequeños feudos. Pero cuántos misioneros soñaban
ya en aquellos tiempos de “caminar juntos”, sinodalmente. Ya han pasado los años
y ahora vamos por la 43º Asamblea Misionera (2013), de Equipos de Vida, misioneros y misioneras de los
diferentes equipos de vida, que hace algunos años trabajan en Equipos ampliados para que la
Iglesia Local crezca.
Es importante tener
en cuenta que el proceso de la Iglesia Local, en esa etapa de búsqueda inicial,
de 1980 a 1985, animados por las “Opciones Pastorales. Aplicaciones del
Documento de Puebla al Ecuador” publicado por la Conferencia Episcopal
Ecuatoriana, se realizaron las primeras Asambleas Diocesanas en ISAMIS. En este
periodo se realizaron 6 Asambleas, que se reunían anualmente en la semana de
Pascua. Estas fueron el germen de nuestras Asambleas Diocesanas, que llevaron
por nombre en un momento inicial de Asamblea Conjunta de Pastoral para valorar
que nos reuníamos juntos misioneros/as y ministerios. ¿Qué tal?
Por eso, las Asambleas
Diocesanas son tiempos fuertes cargados de Dios, porque nos encontramos representantes
de los diferentes campos de la Iglesia Diocesana para la oración y la reflexión,
para reflexionar y proyectar nuestra acción, nuestra pasión por el Reino,
nuestra fidelidad al seguimiento de Jesús y su Evangelio, en la tarea
evangelizadora de transformar nuestro mundo de Sucumbíos con sus desafíos. Y
por eso, es importante evaluar y programar nuestra acción pastoral en unidad de
Iglesia, también con las mejores herramientas que nos dan las ciencias
sociales, pedagógicas y afines que nos lleven a la participación activa de
bautizados/as, laicos/as,animados/as y coordinados/as por el Obispo, para avanzar
como discípulos misioneros y discípulas misioneras de la Evangelización y no como
cristianos de segunda clase.
Concluimos con la
enseñanza de nuestro querido Francisco dirigido a los Obispos del Comité de
Coordinación del CELAM el 28 de julio pasado
respecto a la renovación interna de la Iglesia.
…
es necesario que, como Pastores, nos planteemos interrogantes que hacen a la
marcha de las Iglesias que presidimos. Estas preguntas sirven de guía para
examinar el estado de las diócesis en la asunción del espíritu de Aparecida y
son preguntas que conviene nos hagamos frecuentemente como examen de
conciencia.
1. ¿Procuramos que nuestro trabajo y el de
nuestros Presbíteros sea más pastoral que administrativo? ¿Quién es el
principal beneficiario de la labor eclesial, la Iglesia como organización o el
Pueblo de Dios en su totalidad?
2. ¿Superamos la tentación
de atender de manera reactiva los complejos problemas que surgen? ¿Creamos un
hábito pro-activo? ¿Promovemos espacios y ocasiones para manifestar la
misericordia de Dios? ¿Somos conscientes de la responsabilidad de replantear
las actitudes pastorales y el funcionamiento de las estructuras eclesiales,
buscando el bien de los fieles y de la sociedad?
3. En la práctica, ¿hacemos
partícipes de la Misión a los fieles laicos? ¿Ofrecemos la Palabra de Dios y
los sacramentos con la clara conciencia y convicción de que el Espíritu se
manifiesta en ellos?
4. ¿Es un criterio habitual
el discernimiento pastoral, sirviéndonos de los Consejos Diocesanos? Estos
Consejos y los Parroquiales de Pastoral y de Asuntos Económicos ¿son espacios
reales para la participación laical en la consulta, organización y
planificación pastoral? El buen funcionamiento de los Consejos es determinante.
Creo que estamos muy atrasados en esto.
5. Los Pastores, Obispos y
Presbíteros, ¿tenemos conciencia y convicción de la misión de los fieles y les
damos la libertad para que vayan discerniendo, conforme a su proceso de
discípulos, la misión que el Señor les confía? ¿Los apoyamos y acompañamos,
superando cualquier tentación de manipulación o sometimiento indebido? ¿Estamos
siempre abiertos para dejarnos interpelar en la búsqueda del bien de la Iglesia
y su Misión en el mundo?
6. Los agentes de pastoral y
los fieles en general ¿se sienten parte de la Iglesia, se identifican con ella
y la acercan a los bautizados distantes y alejados?
Que
la luz el Espíritu siga acompañándonos en esta Iglesia de San Miguel de
Sucumbíos, Ecuador.
Nueva Loja, 25 de agosto 2013.