jueves, 4 de diciembre de 2014

IGLESIA COMUNIDAD MINISTERIAL



El pasado día 21 de noviembre de 2014 se realizó el Primer Encuentro de la Escuela de Ministerios en este año pastoral 2014 -2015 que contó con la presencia del Obispo Mons. Celmo Lazzari y de cuarenta (40) Ministerios Instituidos y Reconocidos.

Mons. Celmo compartió una charla motivadora a partir del texto de 1Cor 12, 4 y ss. “Somos un cuerpo donde hay diversidad de miembros, de ministerios”, dijo. “Todos ustedes y yo con ustedes somos puente de comunión, agentes de unión”, afirmó, haciendo clara alusión al “Año de la Comunión” en nuestra Iglesia de San Miguel de Sucumbíos, propósito de este año.

Luego se empezaron aponer en práctica las orientaciones del reciente Taller Inicial del proceso para el nuevo Plan Quinquenal de Pastoral, aplicándolas a la propia Escuela de Ministerios. Los Ministerios deben conocer e impulsar este proceso para ser animadores del mismo, en sus zonas/parroquias y sectores pastorales.

Este encuentro nos da pie para compartir la experiencia de décadas en Sucumbíos, de una Iglesia Comunidad, donde la ministerialidad ha tenido un desarrollo importante, nutriéndose de la eclesiología del Vaticano II, atendiendo a la realidad pastoral concreta, siguiendo la disciplina de la Iglesia y acogiendo una vez más con apertura la invitación del Papa Francisco de ser “una Iglesia en salida” donde todos y todas estamos llamados a participar como “comunidad evangelizadora”, y donde los laicos/as deben tener un mayor protagonismo (cfr. EG 24)

En efecto, la eclesiología del Vaticano II, en la constitución “Lumen Gentium”, ha puesto de relieve dentro de sus fundamentos teológicos los siguientes:

- La ministerialidad de toda la Iglesia fundamentada en su dimensión sacramental como prolongación de Cristo Salvador y único Mediador (Cfr LG 1). La ministerialidad es una característica fundamental de la Iglesia que existe para servicio de la humanidad en la construcción del Reino de Dios

- El redescubrimiento de los carismas ligado al de los Ministerios, fruto de los estudios bíblicos. La Iglesia Local se ve a sí misma como una comunidad que Dios constituye y en la que suscita unos servicios, para los cuales distribuye vocaciones y dones (Cfr LG 12).

La estructura ministerial de la Iglesia necesita guardar un equilibrio entre una línea pneumatológica (la de los carismas no institucionales) y un punto de vista cristológico, es decir, el de los ministerios estrictamente sacramentales que hasta ahora se tenían como los únicos constitutivos de ella.

- La mejor comprensión del papel del laico/a en la Iglesia a partir de la noción de Pueblo de Dios, donde todos los hombres y mujeres bautizados están dentro de él formando una unidad, bajo la acción del Espíritu. (CfrJn 14, 20; I Cor 12; LG 9, 13)

Sobre esta base, el Papa Francisco afirma con gran claridad y enorme fuerza en su Exhortación “La Alegría del Evangelio”: “La nueva evangelización debe implicar un nuevo protagonismo de cada uno de los bautizados”, y “sería inadecuado pensar en un esquema de evangelización llevado adelante por actores calificados donde el resto del pueblo fiel sea sólo receptivo de sus acciones” (cfr. EG 119, 120, 121).

La realidad pastoral de la escasez cada vez mayor de presbíteros en la iglesia, es particularmente sentida en el contexto de los vicariatos de la Amazonía ecuatoriana. Tal es el caso de la Iglesia de Sucumbíos en la que, durante décadas, el seminario tradicional no ha provisto de presbíteros-misioneros para fortalecer la Iglesia Local.

Por otro lado, la fuerza propia de la Palabra de Dios en manos de la gente de las Comunidades Eclesiales de Base(CEBs), tal como las definieron los documentos de Medellín y Puebla de manera especial, ha iluminado la vida del pueblo sencillo y creyente y ha movido sus corazones. Es así como muchos cristianos/as se sienten movidos por el Espíritu y espontánea y gozosamente asumen el compromiso de ser luz y fermento entre sus hermanos/as, abriendo el camino a una nueva fuerza en la Iglesia, hoy incontenible y, gracias a Dios, de gran esperanza.

A pesar de que hay una “crisis del compromiso comunitario” por la influencia del individualismo postmoderno y globalizado, como Iglesia siempre debemos insistir en su carácter comunitario y la comunión, -fortaleciendo, promoviendo e irradiando el espíritu y la práctica que hemos compartido en nuestra Iglesia local, reconociendo el valor del otro/a, de la participación, de sanar heridas, de tender puentes, de estrechar lazos y de promover la solidaridad (cfr. EG 64-67).

Mientras hasta hace unos 30 años, el sacerdocio y la vida religiosa eran bien codiciados, hoy se nota poco interés por asumirlos. No obstante esto, se descubre una verdadera floración de vocaciones para el servicio de la Iglesia, con exclusión expresa de las formas clericales y administrativas del ministerio de ese entonces.

Finalmente, la revisión de la disciplina de la Iglesia sobre el Sacramento del Orden y su evolución progresiva a partir del Concilio Vaticano II, ha influido positivamente en la reformulación del Ministerio y de los ministerios. No solamente se han reconocido su lugar y funciones propias en la misión de la Iglesia sino que además, con la apertura de un cauce jurídico, se ha estimulado y, nos atreveríamos a decir, se ha tentado a las iglesias locales, a oficializar las diversas experiencias que, nacidas por imperativos pastorales particulares, han progresado notablemente, llegando incluso a una institucionalización precaria y para-eclesiástica en algunas regiones.

Todos estos elementos anteriormente anotados ayudan a entender mejor la rica experiencia eclesial, en este caso particularmente sobre el Ministerio y los ministerios en la Iglesia de San Miguel de Sucumbíos. He aquí algunas pinceladas:

- 1975: Se realiza la opción por las Comunidades Eclesiales de Base, de la mano del Equipo del P. José Marins (Brasil) y de la Iglesia de Riobamba, Ecuador, con Mons. Leonidas Proaño y su Equipo Misionero Itinerante.

- Años 80: Signos de un proceso de Iglesia Local que va reemplazando a la “Misión Carmelita” (Nacen las COIM – Comunidades para la Iglesia y para el Mundo-, las Asambleas Diocesanas y los procesos participativos de evaluación y planificación pastoral; las organizaciones populares que luchan por los derechos humanos y por unas condiciones más dignas de vida para todo el pueblo.

- Años 90: Aparecen las Unidades Pastorales – Indígena, Negra, Campesina y Urbana-, la Institución y Reconocimiento de Ministerios Laicales, los presbíteros incardinados comunitarios y la Escuela de Ministerios.

- Años 2000: Primer Sínodo, Ordenación de Diáconos Permanentes.

- 2010: Expulsión de Mons. Gonzalo López Marañón y de los Padres Carmelitas, de nuestro Vicariato y de nuestra Provincia, e intervención en nuestra Iglesia Local; división y conflicto intraeclesial con fuertes repercusiones sociales; inestabilidad en la administración del Vicariato; defensa - resistencia-, definición y fortalecimiento como Iglesia local y gran solidaridad nacional e internacional con la misma.

- 2014: Posesión de Obispo Titular e inicio de un “momento nuevo” eclesial.