La alegría del Evangelio
RETIRO
DIOCESANO DE LA IGLESIA DE SUCUMBÍOS
(12-16 de Mayo)
Al cumplir 600 días
de la Vigilia Permanente y como lo habíamos prometido, aquí les entregamos unas notas sobre este
acontecimiento importante de nuestra Iglesia de Sucumbíos.
El retiro se
desarrolló del 12 al 16 de mayo pasado, con el acompañamiento de Hernán Rodas y
Marco Matamoros, presbíteros de la Arquidiócesis de Cuenca.
Hubo dos
modalidades:
·
Durante todo el día, en el Centro
de Formación ISAMIS (se contó con la participación de unas 50 personas de
diferentes lugares de Sucumbíos), y
·
Durante la noche, de 6:30 a 9:00,
en el Salón parroquial de la catedral de Nueva Loja, donde participaron hasta
120 personas de la ciudad)
El tema central
fue: la Exhortación Apostólica “La alegría del Evangelio” (“Evangelii gaudium” ), del Papa Francisco, que está dirigida a
todos “los fieles cristianos para invitarlos a una nueva etapa evangelizadora
marcada por esa alegría, e indicar caminos para la marcha de la Iglesia en los
próximos años”.
Mons. Celmo Lazzari
manifestó casi desde su llegada el interés por que se conozca este documento
que representa la invitación fresca y decidida del Papa Francisco para toda la
Iglesia, y de manera muy especial para la Iglesia de Sucumbíos que quiere
entrar sin miedo en un “momento nuevo”, con fidelidad creativa:
·
Fidelidad a las opciones
fundamentales que durante décadas trataron de acoger ese “pentecostés” que
significó el Concilio Vaticano II y la recepción que hiciera del mismo la
Iglesia Latinoamericana (Medellín, Puebla, Santo Domingo, Aparecida)
· Creativa y crítica, porque la
realidad y los destinatarios cambian al ritmo de este “cambio de época”,
lanzando nuevos desafíos para la construcción del Reino de Dios.
Este interés fue
compartido por todo el Vicariato, según se constató en la asistencia y
participación activa, aunque pudo ser mejor si se asumía responsablemente la
convocatoria realizada por nuestro Obispo.
En la presentación
del documento se siguió la metodología tradicional en la Iglesia
Latinoamericana: VER-JUZGAR-ACTUAR. Luego de cada exposición de los
acompañantes seguía habitualmente la reflexión personal y algunas veces el
compartir con otros compañeros en Comunidades de Vida. Los momentos de
celebración y oración fueron muy importantes al inicio y al final de cada
jornada.
En la evaluación se
hizo patente el impacto positivo del retiro y el deseo de que no quede allí,
sino que sea el inicio de un compartir en cadena que debería llegar a cada
parroquia, a cada comunidad eclesial de base y hasta a cada familia.
Pero quizá la
decisión más importante del retiro fue la de entrar el próximo año pastoral en
un proceso de conversión que nos prepare
para realizar un nuevo Plan de Pastoral de Conjunto para los próximos años. A
perfilar esta propuesta se dedicó buena parte de la mañana del último día del
retiro, dando elementos para el objetivo, los criterios y otras
especificaciones que serán trabajadas en
la próxima Asamblea Diocesana del mes de agosto.
Este proceso
eclesial asumido, será acompañado por los padres Hernán y Marcos, continuarán acompañándonos en
dicho proceso. Gracias a Dios por lo que compartieron con nosotros en estos
días y desde ya por lo que seguirán compartiendo el próximo año.
Invitamos a toda
nuestra comunidad eclesial de Sucumbíos y a todos los amigos/as nuestros a
acoger en la oración y en la vida la invitación del Papa Francisco, para ser evangelizadores
que se abren sin temor a la acción del Espíritu Santo, como Jesús y María.
Con María avancemos
confiados hacia la promesa del Resucitado que dice “Yo hago nuevas todas las
cosas” (Ap 21, 5) y le decimos esta plegaria final del Papa Francisco:
Virgen y Madre María,
Tú que, movida por el
Espíritu, acogiste al Verbo de la vida
En la profundidad de tu
humilde fe,
Totalmente entregada al Eterno,
Ayúdanos a decir nuestro “sí”
Ante la urgencia, más
imperiosa que nunca,
De hacer resonar la Buena
Noticia de Jesús.
Tú, llena de la presencia de
Cristo,
Llevaste la alegría a Juan el
Bautista,
Haciéndolo exultar en el seno
de su madre.
Tú, estremecida de gozo,
Cantaste las maravillas del
Señor.
Tú, que estuviste plantada
ante la cruz
Con una fe inquebrantable
Y recibiste el alegre consuelo
de la resurrección,
Recogiste a los discípulos en
la espera del Espíritu
Para que naciera la Iglesia evangelizadora.
Consíguenos ahora un nuevo
ardor de resucitados
Para llevar a todos el
Evangelio de la vida
Que vence a la muerte.
Danos la santa audacia de
buscar nuevos caminos
Para que llegue a todos
El don de la belleza que no se
apaga.
Tú, virgen de la escucha y la
contemplación,
Madre del amor, esposa de las
bodas eternas,
Intercede por la Iglesia, de
la cual eres el ícono purísimo,
Para que ella nunca se
encierre ni se detenga
En su pasión por instaurar el
Reino.
Estrella de la nueva
evangelización,
Ayúdano0s a resplandecer en el
testimonio de la comunión,
Del servicio, de la fe
ardiente y generosa,
De la justicia y el amor a los
pobres,
Para que la alegría del
Evangelio
Llegue hasta los confines de
la tierra
y ninguna periferia se prive
de su luz.
Madre del Evangelio viviente,
Manantial de alegría para los
pequeños,
Ruega por nosotros.
Amén. Aleluya.