miércoles, 13 de junio de 2012

FUMIGACIONES NUNCA MÁS


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La Asamblea Diocesana del Vicariato Apostólico de San Miguel de Sucumbíos, reunida el día 8 de junio de 2012, ante la propuesta del Presidente de Colombia de reiniciar las fumigaciones en el cordón fronterizo,  resuelve denunciar y poner en conocimiento del señor Presidente de la República D. Rafael Correa Delgado, de todas las autoridades políticas competentes de la Provincia, de  la ciudadanía de Sucumbíos y de Ecuador, lo que sigue:

    La situación de miedo y pánico que se está generando en el cordón fronterizo ante la amenaza del reinicio de las fumigaciones como forma de acabar con los cultivos ilícitos.
-          La inadecuada respuesta política frente a los cultivos ilícitos, puesto que las fumigaciones van en perjuicio del medio ambiente, la paz social y la integridad de personas y comunidades. 

-          La situación de vulnerabilidad en la que permanecen las personas que viven en frontera, a quienes se les somete a continuos y nuevos riesgos y violencia por la confluencia de distintas situaciones: la permanente guerra interna del país vecino y las consecuencias colaterales para la población civil, la incomunicación, las migraciones forzosas, el desabastecimiento y la pérdida de la producción campesina. 

-          Las fumigaciones no entienden de cultivos lícitos e ilícitos, sino que arrasan con todo.

-          Los damnificados de las fumigaciones del 2000-2005 no han recibido hasta la fecha reparación alguna, ni se han asumido las consecuencias por parte de los poderes públicos que implicarían indemnizaciones a las víctimas de malformaciones físicas y alteraciones psicológicas,  pérdidas de cultivos y contaminación de las aguas que abastecen poblaciones y comunidades de las riberas de los ríos. 

-          Los 10 km. que se establecen en el acuerdo binacional, no garantizan la protección frente a las fumigaciones puesto que la contaminación del aire es transfronteriza.

Exigimos una actuación inmediata:
-         Que las fumigaciones no se den nunca más y que el control y destrucción de cultivos ilícitos se den por otros medios como se hizo anteriormente, y que no impliquen o pongan en riesgo a poblaciones, comunidades y medio ambiente.
-      Que las autoridades políticas de ambos países lleguen a acuerdos bilaterales que garanticen la paz social, los derechos humanos y la protección del medio ambiente.
-            Que las autoridades políticas nacionales exijan a quien compete que de manera inmediata se indemnice a las víctimas de las anteriores fumigaciones. 

           Declaramos:
-            Que nuestra denuncia no pretende de ninguna manera interferir en las políticas del estado colombiano. Sin embargo, desde nuestra opción pastoral y compromiso cristiano, no podemos callar nuestra voz y permitir que sean vulnerados los derechos de nuestros hermanos y hermanas.