Hoy tod@s l@ s teresian@s del mundo estamos de fiesta y celebramos contigo toda la vida que has dado el mundo. Gracias, Teresa de Jesús por seguir acompañándonos en la aventura de la vida. Gracias porque al no rendirte, inauguraste para tod@s un camino nuevo y distinto que sabe a evangelio.
Deseamos que el V Centenario de tu nacimiento (1515-2015) sea una oportunidad para profundizar en tu mensaje de evangelio en estos tiempos tan críticos. Y que mirándote, descubramos un poco más y mejor quiénes somos y a qué nos está urgiendo Dios desde la vida cotidiana.
Hoy nos quedamos con el eco de tu palabra que enciende nuestro deseo de seguir a Jesús:
¡Oh Vida, que la dais todos! No me neguéis a mí esta agua dulcísima que prometéis a los que la quieren. Yo la quiero, Señor, y la pido, y vengo a Vos. No os escondáis, Señor, de mí, pues sabéis mi necesidad y que es verdadera medicina del alma llagada por Vos. ¡Oh Señor, qué de maneras de fuegos hay en esta vida! ¡Oh, con cuánta razón se ha de vivir con temor! ¡Unos consumen el alma, otros la purifican para que viva para siempre gozando de Vos.
¡Oh fuentes vivas de las llagas de mi Dios, cómo manaréis siempre con gran abundancia para nuestro mantenimiento y qué seguro irá por los peligros de esta miserable vida el que procurare sustentarse de este divino licor!
(Exclamaciones 9,2).