sábado, 8 de marzo de 2014

PREMIO INTERNACIONAL DERECHOS HUMANOS DE ESPAÑA 2013 A JORGE ACERO, POR SU LABOR EN SUCUMBÍOS, ECUADOR



Jorge Acero - Foto diario El Comercio
Asociación Pro Derechos Humanos de España - apdhe
Celebramos el Día Internacional de la Mujer. Nuestro saludo y felicitación. Por eso, hoy hacemos la entrega de esta Nota sobre el Premio Internacional de Derechos Humanos concedido a Jorge Acero.  

La iglesia de San Miguel de Sucumbíos, dado la complejidad de violencia de la región, siempre asumió la defensa y promoción de los Derechos Humanos, impulsando personas, organizaciones, espacios e instancias en favor de esta causa. Uno de los casos emblemáticos, aparte de otros, fue el Caso de los 11 del Putumayo.  En las circunstancias pastorales cambiantes de los últimos años y ante la indiferencia a esta causa, la Federación de Mujeres de Sucumbíos, ha asumido responsablemente esta tarea y Jorge ha dinamizado este trabajo colectivo.
¡Felicitaciones Jorge!!!!
¡Felicitaciones Mujeres!!!! 

Hace un mes, el pasado 6 de febrero de 2014, Jorge Acero González, acompañado de su familia y de dos compañeras en nombre de la Federación de Mujeres de Sucumbíos, recibió en el Círculo de Artes de Madrid, España, de la Asociación Pro Derechos Humanos de España, el Premio Internacional de Derechos Humanos 2013.
Jorge es defensor de derechos humanos, líder social y abogado. Fundador y actual coordinador de la Oficina de Derechos Humanos de la Provincia de Sucumbíos, Ecuador, adscrita a la Federación de Mujeres de Sucumbíos; organización social de base que agrupa a más de 1000 mujeres, muchas de ellas víctimas de violencia intrafamiliar, sexual y/o de género. 
Jorge se ha convertido en referente local y nacional en materia de derechos humanos por la realización de acciones incesantes de denuncia, investigación, formación y acompañamiento jurídico y social, por la defensa del Derecho a la vida, la libertad y el acceso a Derechos Humanos en la Frontera norte Colombo Ecuatoriana, con especial énfasis en las riberas del San Miguel y el Putumayo; así como formación y fortalecimiento a organizaciones de base y víctimas; especialmente mujeres; por su arduo trabajo en el proceso de restitución y exigencia de derechos de víctimas del conflicto armado Colombiano y de solicitantes de protección internacional.
De 41 años, nacido en Asturias, norte de España, llega a la provincia de Sucumbíos Ecuador desde el año 2006, desempeñándose como coordinador de la oficina de derechos humanos de la pastoral social de la iglesia de ISAMIS (Vicariato Apostólico de Sucumbíos);  en esta misma etapa como parte de la Directiva de la Asamblea de la Sociedad Civil de Sucumbíos – ASCIS, en el marco de la defensa y restitución de Derechos de las comunidades afectadas por la actividad hidrocarburífera, realizó un valioso proceso para ayudar a la visibilización y denuncia de los graves impactos y violaciones a derechos humanos cometidos por empresas petroleras.
Al tomar la palabra en la ceremonia de premiación el 6 de febrero pasado, empezó diciendo:
“En Sucumbíos diferentes actores se han empeñado en hacernos creer que la historia ya se escribió y que en esas tierras el olvido con sabor a miedo es nuestro presente; pero la historia la están construyendo a diario hombres y mujeres luchadores, tenaces, dignos; y es por ellos y ellas que esta noche estoy con ustedes; es de sus luchas de las que quiero hablarles, de su inmensa, esperanzada y persistente rebeldía.
Algunos ya han sido asesinados, perseguidos, torturados o privados de su libertad: otros y otras siguen valientes en sus comunidades defendiendo el territorio que es su vida y su trinchera y hoy me permito ser eco de sus voces y poder compartirles esa historia vital y creativa que ellos y ellas construyen.
Por ello quiero iniciar esta intervención agradeciendo a la FMS (Federación de Mujeres de Sucumbíos) por su compromiso y sus años de lucha a favor de las mujeres y de toda la población de la provincia, a Gonzalo López Marañón, Obispo emérito de la Iglesia de Sucumbíos, por su lucha incondicional por las víctimas, y a todos los compañeros y compañeras campesinos e indígenas que viven en esa zona; a quienes ya han perdido su vida y a quienes desde diferentes espacios se siguen jugando la vida por hacer otro mundo posible. Y a todas las personas y defensores y defensoras de DDHH que en multitud de espacios cada día luchan por mundo mejor, porque otro mundo es posible...”
Fue postulado para este Premio entre otras cosas:
-          Porque existe un reconocimiento insuficiente en la sociedad Ecuatoriana y especialmente en la zona de frontera de las grandes contribuciones que hacen las personas que defienden los DDHH, a la consolidación del Estado Social de Derecho, la profundización de la democracia y la construcción de la paz; siendo el aporte de Jorge significativo para la defensa de la vida, la protección, la integridad personal, la libertad, y el pleno disfrute de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales de los hombres y mujeres afro descendientes, mestizos e indígenas;  colombianos y ecuatorianos que allí moran; 
-          Porque la impunidad cubre la inmensa mayoría de violaciones a derechos humanos cometidos en la zona y los crímenes y graves violaciones a DDHH cometidos contra líderes y lideresas sociales defensores y defensoras de derechos humanos; siendo un estímulo para que este tipo de acciones continué ocurriendo. 
-          Porque gracias al trabajo de Jorge se han sido evidenciados y denunciados graves crímenes contra la dignidad humana, se ha promovido la acción preventiva y punitiva del Estado, se ha logrado la sensibilización y educación de diversos sectores sociales, y la comunidad internacional tiene una mejor comprensión de la realidad de frontera norte en materia de derechos humanos. 
-          Porque desde su persistente posición ética a favor de las víctimas trabaja no solo en contra de la violación de derechos y la falta de garantías para su ejercicio, sino también en construcciones sociales, en apuestas por la vida, en el reconocimiento de historias de resistencias y luchas, de pueblos y personas que reivindican la afirmación de sus derechos; en la recuperación de la memoria y la dignidad de las personas y las comunidades.  
-          Porque gracias a su trabajo, muchas personas han sido protegidas, existen denuncias sustentadas, se han investigado y, en algunos casos, judicializado graves violaciones de derechos humanos, y el Estado, la sociedad ecuatoriana y la comunidad internacional, cuentan con parte de la verdad de lo que ocurre en esta parte de la geografía nacional. 
-          Porque la frontera colombo ecuatoriana es un territorio rico en recursos naturales y ambientales, geográficamente estratégico y vivo en sus relaciones humanas o culturales; pero también es un territorio donde se extiende, desarrolla, transforma y persiste el conflicto armado Colombiano ocasionado sufrimiento y graves consecuencias humanitarias para miles de personas.   Siendo hechos documentados por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, grupos de Relatores Especiales, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y el Comité Internacional de la Cruz Roja entre otros.
Visiblemente emocionado y afectado al ir describiendo y denunciando las injustas y complejas situaciones y el enorme sufrimiento que vive la gente por la realidad y contexto local y nacional en los cuales él ejerce su labor, terminó su discurso diciendo:
“…Es una labor noble pero dolorosa en una frontera viva que late entre el miedo, el riesgo y la esperanza; por esa tierra compleja y por quienes viven allí estoy frente a ustedes esta noche; de ellos y ellas es este premio, de su tenacidad, de su memoria; de ellos y ellas que a pesar del terror no renuncian y siguen cantando, luchando, trabajando esa tierra llena de dolores y de riquezas.”
Al salir ante las felicitaciones y agradecimientos de sus compañeras, Jorge responde:
“La labor es conjunta y cualquier mérito, es compartido”