CARTA PARA ROSITA VELASCO NARVÁEZ, RELIGIOSA DE LA
PROVIDENCIA
EN LA CELEBRACIÓN DE SUS 50 AÑOS DE RELIGIOSA,
DE LAS COMUNIDADES Y ORGANIZACIONES DE MUJERES
DEL CANTÓN PUTUMAYO, PROVINCIA DE SUCUMBÍOS, ECUADOR,
A QUIENES ACOMPAÑÓ POR DOCE AÑOS
Cantón Putumayo, 5 de mayo de 2012
Nuestra
querida e inolvidable Hermanita Rosa, Hermana Rosita, Rosi, Rosita:
¡¡¡Cómo no hacernos presentes de corazón –aunque sea con esta cartica-, para celebrar contigo esta
Fiesta de la Vida, esta Fiesta de tus 50 años de religiosa, 50 años
compartiendo e irradiando Vida y Vida en abundancia, 50 años de testimonio de
sencillez, de austeridad y pobreza, de innumerables y variadas formas de dar a
amor a la manera y medida que cada quien necesita, con plena obediencia al
ejemplo del Hijo Amado, Jesús de Nazareth y como Él, con la gente pobre como tu
preferida, como tu protegida en tu oración, en tus pensamientos, en tus sueños,
en tus actitudes y por supuesto en tus acciones!!!
Aquí
estamos porque tocaste nuestra vida y nuestro corazón. Aquí estamos recordando
y dando testimonio de tus huellas y cosecha en nuestra vida personal y
colectiva como comunidades y como organizaciones de mujeres, reconociendo por
supuesto semillas también anteriores a ti, sembradas por los Padres Carmelitas
y demás misioneros/as y posteriormente por personas como Zoilita Rodríguez y
otras misioneras de la Providencia primero desde ISAMIS y luego desde la Federación
de Mujeres de Sucumbíos.
Hoy
queremos unirnos a tu familia, a la Congregación de la Providencia y a tanta
gente que te quiere como una madre, como una hermana, en todos los lugares por
donde has ido pasando, que ha sentido y vivido tu presencia como la de un
ángel, perdón, mejor como la de una angelita de carne y hueso. Todos y todas te
decimos con inmenso cariño y alegría:
¡¡¡Gracias Hermanita Rosa, gracias Hermana Rosita, gracias Rosita,
gracias Rosi y FELICITACIONES
por la fidelidad a tu corazón y tu coherencia
con la causa del Reino, la causa del Señor Jesús y su Evangelio!!!
¿Qué
te agradecemos hoy a ti y al Dios de la Vida por ponerte en nuestro camino?
-
Tu cariño y
cercanía expresados a niños/as, jóvenes, mujeres y hombres y personas mayores
haciéndonos sentir seres únicos e importantes a cada quien en particular y a
todas y todos sin diferencia: pobres o más pobres, mejores o peores personas,
acogedoras o hurañas, aceptadas o rechazadas por las demás, todas y todos hemos
sido iguales para ti.
-
Tus
palabras adecuadas y cercanas de ánimo, de consuelo, de corrección, de
esperanza y tu intuición para descubrir y acertar con lo que necesitábamos para
crecer y ser mejores.
-
Tu
confianza en las personas, tu convencimiento de la necesidad y conveniencia de
la comunidad y de la organización popular y tu constancia y empeño en que las
construyéramos, con especial fuerza en las mujeres.
-
Tu
labor tesonera, arriesgada y como las estrellas, sin prisa pero sin pausa, en
proteger y defender nuestros derechos:
o
Educación:
conseguir las profesoras o profesores y las partidas para las escuelas, el
proyecto AERARIPU para apoyar la formación y los salarios.
o
Salud:
botiquines y la capacitación de promotores/as de salud.
o
Derechos
Humanos: la documentación de colombianos y colombianas residentes en Ecuador,
el apoyo a “los 11 del Putumayo” y a sus familias -Prohibido olvidar-.
o
Economía:
búsqueda de iniciativas agrícolas y de autogestión.
o
Formación
y capacitación en todos los campos.
-
Tu
valentía para superar todos los obstáculos y buscar la autonomía para tu
trabajo hasta en cosas como hacerte motorista e ir llevando el bote por el río
con todas sus consecuencias: como tener una puntera como Ruca, o tener que
dormir en la playa del río para evitar males mayores como encallar o naufragar
con el río bajo.
-
Tu
capacidad de escuchar, de mediar y lograr solución a conflictos de relaciones
en todos los ámbitos.
-
Tu
tolerancia y paciencia no sólo con los errores sino con la fragilidad y la
debilidad y aún la miserableza humana.
-
Tu
fe inquebrantable y tu inspiración en Jesús de Nazaret, humano, cercano a la
gente pobre y a su suerte. Tu manera de orar y reflexionar la Palabra, no solo
nos acercaba entre todos/as a la comunión fraterna sin diferencia de credos,
sino que nos hacía sentir la presencia de Dios en nuestro corazón.
-
Tu
siembra continua y permanente de amor y alegría que nos ha hecho la vida más
digna y mejor y nos sigue dando ánimo para continuar personal y
comunitariamente.
Agradecemos a la Congregación de la Providencia haberte
permitido y apoyado para vivir la coherente libertad con tu carisma del que das
testimonio siempre.
Pedimos al Señor su bendición para
ti, con el libro de los Números (Num 6, 22-26):
“Yavé te bendiga y te guarde,
Yavé haga resplandecer su rostro
sobre ti
y te conceda lo que pidas,
vuelva hacia ti su rostro y te de la
paz”
Cantón Putumayo, Sucumbíos
5 de mayo de 2012