sábado, 4 de agosto de 2012

Acto de Agradecimiento por la VIII Caravana Juvenil Misionera


La VIII caravana  juvenil misionera fue un gran éxito porque todos los objetivos fueron llevados a cabalidad y porque se logró trascender más allá de los mismos. Todos los entes que participamos en esta caravana (equipo motor, los jóvenes, personas y organizaciones que ayudaron, comunidades cristianas) dieron lo mejor de sí, colaborando y esforzándose  al máximo para que este evento tuviera un final feliz. 

En los quince días que duró este evento  vivimos muchos momentos fuetes de trabajo, de alegría, de espiritualidad, de misión y regocijo. Participamos de muchas actividades, tales como caminatas, fiestas en honor a nuestra Señora del Carmen, confirmaciones,  visita a las diferentes comunidades cristianas de nuestra provincia, fuimos a la celebración de aniversario de los mártires Monseñor Labaka y la hermana Inés, estuvimos en la marcha de la federación de mujeres, etc., en fin participamos en muchas actividades que fueron gratificantes para cada uno de nosotros. Por eso queremos hacer un acto de agradecimiento a Ti Dios Padre nuestro.


Gracias Dios porque nos inspiras y te revelas en nosotros, dándonos fuerzas para crear y recrear tu mensaje. Gracias, porque tuvimos una experiencia fuerte de Ti y porque te descubrimos caminando en el rostro de todos los que conocimos.


Gracias Dios por estos jóvenes que Tú mismo llamaste y  animaste para que dieran su mejor esfuerzo. Ellos visitaron los hogares, formaron grupos de jóvenes y de niños, visitaron enfermos, reavivaron comunidades cristinas y crearon otras, celebraron con el pueblo y enseñaron tu palabra a la gente, compartieron el pan de tu palabra y el alimento.


 Gracias Dios porque en todas esta acciones nos revelas que tu mensaje es mensaje de alegría y de esperanza. Gracias también porque vamos descubriendo que en los jóvenes está la esperanza de continuar tu proyecto de construcción de tu Reino. En ellos no hay intereses y rencores, sino un espíritu de fe, alegría  y de entrega que se desborda en los humildes y sencillos.


Gracias porque nuestros hermanos Monseñor Labaka y la hermana Inés, que con su ejemplo nos dieron la fuerza espiritual para ser misioneros llevando el Evangelio a las comunidades cristianas más recónditas de Sucumbíos.  El teatro que representamos  en  honor a estos mártires y la visita que hicimos a la tumba donde están ellos enterrados (Coca), fueron la inspiración y fuerza para con valentía vencer los miedos y lanzarnos a compartir tu Evangelio. 


Gracias Dios porque Tú estuviste presente en las comunidades cristianas y en ellas recibiste a los jóvenes. Gracias por la fe de ese pueblo, que en su sencillez y en su humildad  se muestra tu rostro de amor y de bondad.


Gracias también porque tuvimos la oportunidad de evaluar esta experiencia y porque de ella salieron compromisos valiosos que servirán para el fortalecimiento de la pastoral juvenil y vocacional.
Finalmente, gracias Diosito por todo, estaremos atentos a tu mensaje…