Del 23 al 25 de
agosto se realizó la Asamblea Diocesana del Vicariato de Sucumbíos, con la
asistencia promedio de un centenar de personas representativas de las
instancias pastorales, como es ya una larga tradición en nuestra iglesia Local,
presidida por su Obispo Administrador Apostòlico Mons. Paolo Mietto.
Bajo el Lema: “Caminando en misión, sembrando comunión y participación”, y teniendo como contexto los 50 años del Concilio Vaticano II, el Año de la Fe y el Año de las Comunidades Eclesiales de Base (CEBs), se tratò el tema de fondo: “La experiencia de FE del discipulado misionero” con la asesoría Mons. Jesùs Esteban Sàdaba, Obispo del vecino Vicariato de Aguarico, Iglesia cercana y fraterna a nosotros. En su exposición destaca la actitud de respeto y valoración de las “semillas del Verbo” presentes en todos los pueblos, segùn el Vaticano II, y las necesidad de “desnudarse” por parte del misionero que llega a insertarse en una tradición eclesial o local o en una cultura, según el testimonio martirial de Mons. Alejandro Labaka y la Hna. Inès Arango.
La asamblea dedicó
su mayor esfuerzo a la evaluación y la planificación pastoral, asumiendo en el
actual Plan los aportes trabajados trabajados durante un año desde el Plan
Global de la Iglesia Ecuatoriana. Cabe resaltar la creación de una nueva Lìnea
Pastoral: “La Animaciòn Misionera”, a la luz de Aparecida y del Año de la Fe.
Igualmente, se incorporò como Lìnea transversal a toda la pastoral el “Proceso
de Perdòn y Reconciliaciòn” como respuesta al llamado de Mons. Pablo Mietto
para que la Iglesia de Sucumbìos vuelva a ser “Casa y Escuela de Comuniòn y
Participaciòn”.
Bajo el Lema: “Caminando en misión, sembrando comunión y participación”, y teniendo como contexto los 50 años del Concilio Vaticano II, el Año de la Fe y el Año de las Comunidades Eclesiales de Base (CEBs), se tratò el tema de fondo: “La experiencia de FE del discipulado misionero” con la asesoría Mons. Jesùs Esteban Sàdaba, Obispo del vecino Vicariato de Aguarico, Iglesia cercana y fraterna a nosotros. En su exposición destaca la actitud de respeto y valoración de las “semillas del Verbo” presentes en todos los pueblos, segùn el Vaticano II, y las necesidad de “desnudarse” por parte del misionero que llega a insertarse en una tradición eclesial o local o en una cultura, según el testimonio martirial de Mons. Alejandro Labaka y la Hna. Inès Arango.
No faltò el sentido
de fiesta de nuestra Iglesia, esta vez para celebrar los 25 años de las
Asambleas Diocesanas con sencillez y gozo profundo. Cabe destacar la
participación de los laicos en los grupos y en los plenarios, como signo del
camino de esta Iglesia que ha realizado desde hace años un proceso de
sensibilización, formación, espiritualidad y compromiso, a la escucha del
Magisterio de la Iglesia.