PRIMER TIEMPO: Leemos en el documento de Medellín:
LA
JUSTICIA
1.
Hechos
1. Existen muchos estudios sobre la situación
del hombre latinoamericano. En todos ellos se describe la miseria que margina a
grandes grupos colectivos. Esa miseria, como hecho colectivo, es una injusticia
que clama al cielo. Quizás no se ha dicho suficientemente que los esfuerzos
llevados a cabo han sido capaces, en general, de asegurar el respeto y la
realización de la justicia en todos los sectores de las respectivas comunidades
nacionales. Las familias no encuentran muchas veces posibilidades concretas de
educación para sus hijos. La juventud reclama su derecho a ingresar en la
universidad o centros superiores de perfeccionamiento intelectual o
técnico-profesional; la mujer, su igualdad de derecho y de hecho con el hombre;
los campesinos, mejores condiciones de vida; o si son productores, mejores
precios y seguridad en la comercialización. La creciente clase media se siente
afectada por la falta de expectativa. Se ha iniciado un éxodo de profesionales
y técnicos a países más desarrollados. Los pequeños artesanos e industriales
son presionados por intereses mayores y no pocos grandes industriales de
Latinoamérica van pasando progresivamente a depender de empresas mundiales. No
podemos ignorar el fenómeno de esta casi universal frustración de legítimas aspiraciones
que crea el clima de angustia colectiva que estamos viviendo.
Conferencia
de Medellín, Parte I: La justicia, n.1
SEGUNDO
TIEMPO: Nos detenemos y conocemos el documento:
1. ¿Qué injusticia
clama al cielo, según los obispos de Medellín?
2. ¿Cómo se describe la
situación de las familias y de la educación de los hijos, la juventud, las
mujeres, los pequeños productores, la clase media, etc?
3. ¿Qué análisis hacen
de lo que está pasando en el momento que están viviendo?
4. ¿Qué provoca la “frustración
de las legítimas aspiraciones humanas?
TERCER TIEMPO: Nos
dejamos cuestionar
1. ¿Qué injusticias
vivimos en el momento actual?
2. ¿Son también
nuestros tiempos unos tiempos de “angustia colectiva”? ¿Cómo se percibe?
3. Expresemos nuestros sueños:
¿cómo sería nuestra realidad si la miramos con los ojos de Dios?
CUARTO
TIEMPO: Agradecemos la vida del Espíritu que nos llega con Medellín
1. Agradezcamos a
nuestro Dios nuestros “sueños” de un mundo más justo y pidamos su luz para
darnos cuenta de lo que podemos hacer.