jueves, 28 de noviembre de 2013

GRAN CELEBRACIÓN DIOCESANA - VICARIATO APOSTÓLICO DE SAN MIGUEL DE SUCUMBÍOS


Fiesta de Jesucristo, Rey del Universo
El 24 de noviembre pasado vivimos, en espíritu de Iglesia Universal y con la Iglesia Ecuatoriana, una gran celebración diocesana que reunió en una única fiesta en Nueva Loja, Lago Agrio, capital de nuestra provincia, estos importantes motivos:
ü  Clausura del Año de la Fe
ü  Día de la Iglesia Católica en el Ecuador: Campaña de los “Cinco panes y dos peces”
ü  Fiesta Diocesana del Compartir de la Iglesia de Sucumbíos
Presidid@s por Mons. Paolo Mietto, las Comunidades Cristianas de las pastorales Indígena, Negra, Urbana y Campesina; los Ministerios y Agentes de Pastoral y el Movimiento Juan XXIII, conjuntamente con todo el Pueblo de Dios, participaron en el siguiente programa:



-          Rosario de la aurora
-          Eucaristía matinal (Catedral)
-          Desayuno Compartista
-          Bendición de los platos típicos
-          Eucaristía Solemne (Catedral)
-          Bazar de productos campesinos
-          Almuerzo Compartista
-          Bingo Juvenil


Desde la mañana, los alrededores de la Catedral Nuestra Señora del Cisne, fueron escenario de un movimiento alegre en los patios y bajo las coloridas carpas, donde las diferentes delegaciones de la Iglesia se dieron cita para gozar de esta fiesta comunitaria. Enith, Coordinadora Diocesana de la Pastoral del Compartir, pasaba por los puestos saludando y animando a tod@s con una amplia sonrisa.



“Iglesia somos tod@s y sus necesidades son nuestras”

La Pastoral del Compartir se inició en la Iglesia de Sucumbíos a partir del año 2004, año en que recibimos asesoramiento de un equipo de la “Pastoral de Diezmo”, de la Diócesis de El Callao (Perú). En un Taller que duró varios días nos compartieron los fundamentos bíblicos, especialmente evangélicos, la pastoral y los aspectos más importantes de su experiencia. Por nuestra parte, hicimos el esfuerzo de adaptar todo eso a nuestra realidad y camino de Iglesia Misionera. En vez de Pastoral del Diezmo convinimos en llamarla Pastoral del Compartir.

Desde entonces, se fueron integrando cada una de las unidades pastorales con sus propias características. Empezó la Urbana, siguió la Campesina, a continuación la Indígena y finalmente la Negra.



A partir de entonces, esta Pastoral es parte integrante de la vida de ISAMIS y ha dado hermosos frutos. Por eso, es una de las Líneas Pastorales del Plan Diocesano actual. Sus principales elementos: la Ofrenda, las Fiestas del Compartir y los Compartistas. De esta manera, mediante una catequesis, se trata de animar la generosidad de los hermanos y hermanas para atender las necesidades de la comunidad cristiana y superar ciertas formas nada evangélicas de recaudar dinero en la Iglesia o de vivir de lo sagrado. Por eso, es importante la contabilidad, la transparencia y la socialización en este ámbito.

No podemos dejar de mencionar que esta Pastoral cuenta con personas que desempeñan dicho ministerio o servicio en la Comunidad Cristiana, algunas de ell@s ha recibido el Ministerio Reconocido.

La Ofrenda

Tradicionalmente en las misas, la ofrenda es recogida por personas que pasan por las bancas con una funda o bandeja en la que los fieles depositan su aporte económico.

En la Pastoral del Compartir, el momento de la ofrenda reviste un sentido mucho más profundo: es una manera de manifestar públicamente nuestra fe, participando y uniéndonos al ofrecimiento de Jesús y su sacrificio por el Reino. Así también nos comprometemos por la causa del Reino de la mesa compartida, ofreciendo nuestra vida y los bienes que nuestro Padre Dios generosamente nos da. Esto se expresa con la oración motivadora que nos anima a salir de la comodidad de nuestro asiento y caminar hacia el altar, caminar al encuentro del Señor. Este gesto se hace fuerte como caminar comunitario de un pueblo nuevo que comparte y ha vencido al pecado del egoísmo. Por eso cantamos la alegría del compartir.

“Ofrezcamos pues agradecid@s, herman@s, lo que somos y lo que tenemos a Dios, ¡Quien nos lo ha dado todo!”

 
Oración del Compartir

 “Padre, venimos alegres ante Ti,

a darte gracias por la vida, el trabajo y la madre tierra,

que cada día nos da sus frutos para alimentarnos.

Padre bueno, con amor, sencillez y gratitud,

te entregamos y compartimos nuestra ofrenda,

en señal de fidelidad a nuestra Madre Iglesia.

Ayúdanos a crecer en el seguimiento de Jesús y su Evangelio,

como verdaderos discípulos misioneros, testigos de tu Reino.

Padre, recíbela en nombre de nuestro Señor Jesús. Amén”.

 El Tripartito: Así llamamos al espíritu y criterio que acompaña al compartir en la distribución económica. Tiene raíces bíblicas que expresan tres dimensiones económicas de la comunidad:

-          Dimensión religiosa del compartir (Cfr. Dt 14, 27-29): contribuir para favorecer el crecimiento en la fe en comunidad (necesidades de la propia comunidad cristiana para vivir y celebrar la fe y las necesidades de sus ministerios laicales, religiosos y ordenados, que sirven a la comunidad).

-          Dimensión social del compartir (Mt 25, 42-45): contribuir solidaria y comunitariamente con los pobres (ayudarles con lo que necesitan de inmediato, pero al mismo tiempo llevando un compromiso social que apunte a conocer y superar las causas de la pobreza). Si no es así, puede terminar convirtiéndose en asistencialismo que no educa, que no libera.

-          Dimensión misionera del compartir (2 Cor 8, 1-3): contribuir a las necesidades de evangelización de otras comunidades de la Iglesia, a nivel diocesano, nacional o mundial.

Por eso, Marilú, Ministerio Reconocido del Compartir, distribuye equitativamente el monto económico de la ofrenda y de las otras actividades del compartir en tres partes: una para la propia comunidad, otra para l@s pobres y otra para l@s misioner@s. La parte que recibe el o la misioner@ se deposita en el Fondo Común de Equipos Misioneros, para de allí ser repartido equitativamente entre todos los misioner@s del Vicariato (Cfr. Hech 2, 42-47).

Así hemos vivido más de cuarenta años en nuestra Iglesia, queriendo ser Casa y Escuela de Comunión y, de esta manera, entre nosotros no han existido las llamadas “parroquias ricas y parroquias pobres” (Cfr. DA 100, e).

Agradecemos a la Iglesia Ecuatoriana, con la campaña de los “5 panes y 2 peces” reconoce nuestra pequeña contribución  a recrear la vida pastoral.

 
“Todos, hoy, vamos a Compartir,

todos, hoy, demos con mucho amor.

El amor es una realidad, el amor es solidaridad”

¡Viva la Fiesta del Compartir!

¡Viva! ¡Viva! ¡VIVA!