sábado, 15 de febrero de 2014

“HAGAN ESTO EN MEMORIA MIA”, EUCARISTÍA 2



GRAN FIESTA de la IGLESIA DE SAN MIGUEL DE SUCUMBIOS. POSESIÓN de
MONS. CELMO OBISPO DIOCESANO (5 de 10)




La Eucaristía de la posesión de Mons. Celmo como Obispo Vicario del Vicariato Apostólico de San Miguel de Sucumbíos, fue una gran experiencia de alegría en el Señor, de la Comunidad Eclesial de Sucumbíos como dice el Papa. Se realizó como había preparado la Comisión de liturgia de la Iglesia Local. Sin embargo, en esta ocasión, no estuvo libre de las otras intenciones de la agenda paralela que se denunció a su debido momento en el tiempo de preparación. Esto ya había ocurrido en los últimos tres años y más. Por eso, no era ninguna novedad. 

La Eucaristía instituida por Jesús, fue un momento lleno de unión, comunión y fraternidad. El gran sueño del Reino se recogió en la comida de la Pascua, su entrega y sacrificio, el pacto de la nueva alianza para “que todos sean uno”, fue una comida comunitaria. Todos comieron del mismo pan, no hubo comidas especiales. Pero desde luego, estuvo llena de tensiones, también de traición y de división, pero a pesar de todo Jesús quería “que todos sean uno”.
Lamentablemente nuestra Eucaristía de Posesión estuvo acompañada de conductas sostenida por un grupo de personas que no van en dirección del deseo de Jesús. Los presentes fuimos testigos de lo ocurrido. Aquí algunas notas.



Un testimonio.

Nosotros vinimos desde muy temprano de nuestras casas, porque vivimos lejos a tres horas de aquí (Lago Agrio). Participamos en la Caminata y cuando llegamos a la Catedral y quisimos entrar a la Misa, ya no pudimos porque había unas personas que hacían un cordón entre brazos e impedían que ingresemos. Por eso, mejor nos volvimos porque afuera hacía mucho sol”. Como este testimonio fueron muchísimos los casos, que dejaron en evidencia la exclusión una vez más. La Catedral sigue siendo el lugar ocupado por un grupo que se cree dueño del Templo.

El acto penitencial. 

Estaba programado que la Pastoral Urbana realizara esto. Desde días anteriores hubo hostigamiento para evitar que presente como lo había organizado. Casualmente en la ceremonia, los jóvenes que tenían que presentar fueron impedidos de ingresar a la Catedral. Lo que se quería presentar era la división de nuestra Iglesia, el reconocimiento de nuestro pecado personal, comunitario y estructural, pero que a pesar de todo Dios tiene misericordia. Porque tenemos miedo a reconocer humildemente que somos pecadores?. Hemos comprendido una vez más que el pecado además de personal, es estructural. Hay estructuras de pecado.



Borrar la memoria de una Iglesia, borrar la memoria de un pueblo. 

A pesar que el Papa Francisco lo señala en el Nombramiento sobre la sucesión apostólica de Mons. Gonzalo a Mons. Celmo, para nada hizo mención de Mons. Gonzalo, peor de los Carmelitas. Una muestra más de una Iglesia de Sucumbíos, condenada en su historia, y una actitud nada sensible a la dolorosa situación de división que nos ha tocado vivir y que la inventaron otros. Esta actitud no guarda relación con la actitud misericordiosa que impulsa el Papa Francisco, y que en el documento del nombramiento para nada aparece condena alguna sobre nuestra Iglesia de Sucumbíos.


La ofrenda o colecta impulsada estos últimos años por la Pastoral del Compartir, fue boicoteada una vez más. Pero fue tan sutil el boicot, que nos dimos cuenta después. Lo que está claro es que en cierta idea de Iglesia, no hay espacio para la generosidad,


Si en la Eucaristía hemos sido testigos de estos actos, más aún antes y después de la misma hubo tantas situaciones que intentan impedir nuestras aspiraciones de un Momento Nuevo. Pero esto merece una nota aparte.  A pesar de todo, apostamos por el Momento Nuevo que ya empezó.