jueves, 10 de abril de 2014

Las CEBs y los Desafíos del Mundo Contemporáneo


Reflexionar juntos nos ayuda a tener una mirada más profunda sobre la realidad y así poder descubrir caminos que nos den la posibilidad de hacer presente e inteligible para la humanidad de hoy la propuesta evangélica que dos mil años atrás nos hacía Jesús de Nazaret, una propuesta que muchos consideramos válida e instrumento que nos hace vivir en plenitud y, en consecuencia, ser felices.

El mensaje de Jesucristo se hace presente en el mundo a través de la comunidad. Cuando comienza a predicar la Buena Noticia del Reino lo hace rodeado de un grupo de discípulos y discípulas que caminan con Él y aprenden no sólo de sus palabras, también de su experiencia vital, de su forma de relacionarse con la humanidad, especialmente con aquellos que la sociedad excluía, y entre ellos mismos. Con su Muerte y Resurrección todo continúa, la vivencia se concretiza en las primeras comunidades cristianas. Los desafíos que aparecen ayudan a estos grupos de cristianos a crecer y a encontrar soluciones para los diferentes problemas. Hoy esos desafíos para vivir la fe en comunidad también están presentes y por eso necesitamos dar respuestas a esas situaciones, para que a partir de esas propuestas la gente pueda encontrar el camino de Dios.

Con este motivo nos encontramos en estos últimos días los asesores y la coordinación de las CEBs del Regional Nordeste 3 de la CNBB (siglas en portugués de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil) junto con algunos invitados para, a partir del libro “CEBs y los Desafíos del Mundo Contemporáneo” y con la ayuda de Solange Rodrigues, una de las organizadoras de este libro en el que colaboran diferentes autores. Solange es una socióloga de la religión que trabaja en el ISER Asesoría, ONG que desde 1982 desarrolla actividades de formación, investigación y elaboración de materiales, atendiendo a las necesidades de movimientos, organizaciones populares, sindicatos, comunidades de base e iglesias cristianas diseminados por todo Brasil, promoviendo la creación de una sociedad libre, justa, solidaria e democrática.

Analizando la realidad social y religiosa, especialmente la brasileña, constatamos que los desafíos para vivir la fe en comunidad son reales y que delante de esta realidad no podemos renunciar a mantener el compromiso con la justicia, a ser voz profética, a mantenernos autónomos frente a los gobernantes, a continuar luchando por las reformas estructurales que el país y el mundo necesitan. En este sentido, la llegada delPapa Francisco, con una forma de ser mucho más libre frente a la sociedad y a la propia Iglesia, manifestada en actitudes diferentes que llevan a buena parte de la humanidad, independientemente de su fe, a interrogarse y admirar su estilo novedoso, es un impulso que ayuda a dar respuesta a los desafíos que encontramos en el día a día.

Responder como comunidades eclesiales de base, que son mucho más que pequeños grupos, a estos desafíos. Las CEBs son una presencia eclesial que desde la base y unidas a la acción evangelizadora de la Iglesia se hacen presentes en las periferias geográficas y existenciales, ayudando al Pueblo de Dios a celebrar la fe y comprometerse por un mundo más justo.

Otro desafío para las CEBs y la Iglesia Católica en general es la de las relaciones de género y el papel de la mujer. Cuando vemos la práctica de Jesús descubrimos sucompromiso para incluir a las mujeres en la vida social y religiosa. Todo esto en una sociedad profundamente patriarcal. La vivencia de las comunidades eclesiales de base nos muestra que la igualdad es posible, más allá del discurso teórico. Esto se manifiesta en que poco a poco las mujeres han asumido papeles de responsabilidad en la vida de las comunidades, responsabilizándose por los diferentes ministerios (Palabra, Bautismo, Matrimonio, Eucaristía…), siendo coordinadoras, ayudando así en el proceso de emancipación femenina y reconocimiento en los diferentes ámbitos sociales. En este sentido, Francisco ha dado muestras de valorización del papel de la mujer en la vida de la Iglesia, queriendo hacer universal una realidad propia de las comunidades de base latinoamericanas que en su condición de Arzobispo de Buenos Aires conoció en profundidad.

Desafíos siempre ha habido y continuará habiendo. Cómo responderlos es el reto que debemos enfrentar. Como CEBs, como Iglesia, somos llamados a encontrar ese camino común que Jesucristo nos marcó, el camino de una humanidad que siente necesidad de relacionarse con lo Trascendente y así encontrar razones que ofrezcan a todos y todas la posibilidad de vivir en plenitud ahora y siempre.