martes, 25 de febrero de 2014

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GRAN FIESTA de la IGLESIA DE SAN MIGUEL DE SUCUMBÍOS. POSESIÓN de MONS. CELMO OBISPO DIOCESANO ( 8 de 10 )


Como recordamos, el programa de la Posesión de Mons. Celmo comprendió la Caminata, la Eucaristía, el Almuerzo Comunitario y el Acto Cultural.

El Almuerzo Comunitario era la continuación de la Eucaristía, una gran ocasión para expresar nuestra comunión compartiendo una comida común. Una mesa compartida.

Los hermanos y hermanas venidos desde muy temprano, de cerca y de lejos, sentían el cansancio y el hambre. El programa había empezado a las 09:00 h. y las fuerzas ya no daban más.

Las comunidades urbanas organizaron una comida comunitaria. Fueron más de mil almuerzos, y no fueron suficientes. Mil disculpas.



 
Palabra de Dios


 Lc. 22, 14 – 16. Llegada la hora, Jesús se puso a la mesa con los apóstoles y les dijo: “Yo tenía gran deseo de comer esta Pascua con ustedes antes de padecer. Porque les digo que ya no la volveré a comer hasta que sea la nueva y perfecta Pascua en el Reino de Dios”

Mc. 6, 35 - 37 a. Se había hecho tarde. Los discípulos se le acercaron y le dijeron: “Estamos en un lugar despoblado y ya se ha hecho tarde; despide a la gente para que vayan a las aldeas y a los pueblos más cercanos y se compren algo de comer”.

Jesús les contestó: “Denles ustedes de comer”


2, 42, 46 b. Acudían asiduamente a la enseñanza y a la fracción del pan: Eran asiduos a la enseñanza de los apóstoles, a la convivencia fraterna, a la fracción del pan y a las oraciones.

...partían el pan en sus casas y compartían la comida con alegría y con gran sencillez de corazón.






COMIENDO JUNTOS

 


domingo, 23 de febrero de 2014

NO REHUIR - Mateo 5,38-48



Una llamada: sean santos como yo soy santo. Una visión de Dios sobre la humanidad: son templos del Espíritu. Una posibilidad: amar y vivir de otra manera. Ahí está el hilo conductor de las tres lecturas del día de hoy.

Es difícil integrar esas palabras de Jesús de la “otra mejilla”, sobre todo porque en las relaciones cotidianas, poner la otra mejilla no tiene nada que ver con dejar de decir la palabra oportuna. La clave del amor al prójimo de la que habla Jesús no tiene que ver con esa humildad falsa que esconde temores y que prefiere huir en caso de conflicto.

Para Jesús la compasión de Dios por la humanidad va más allá de lo que entendemos por compasión en nuestras sociedades. Un Dios activo que sabe que lo malo convive con lo bueno, pero que lo bueno está permanentemente extendiendo sus hilos invisibles en las experiencias germinales de gente que trabaja inteligentemente por el bien común, en los deseos compartidos de otra cosa, en la confianza de transformación de las relaciones humanas excluyentes y violentas en otras donde predomine la fiesta inclusiva.

Empecemos por el prójimo, dice Jesús. Es decir, concretemos, no nos vayamos por las ramas. Empecemos en lo local, sintamos globalmente. Vivamos el fermento y soñemos a lo grande.

En nuestras sociedades actuales, donde las propuestas políticas, económicas y culturales sólo ven como camino la consolidación de la sociedad de mercado, atrevámonos a romper esos círculos de injusticia y violencia y trastoquemos ese modo naturalizado de ver y actuar por otro modo que nace de la recuperación de las personas, de las pequeñas economías campesinas, de las plataformas sociales sencillas. Todo eso es amar a los enemigos y no rehusar la responsabilidad presente.

La Iglesia de Sucumbíos sigue escuchando esta llamada y se obstina por alentar los lazos y redes de solidaridad de los excluidos-as. Que el Espíritu de Jesús nos siga dando fuerzas y ánimo para parecernos cada vez más a Dios, con esta perfección que nos hace perfectos en el amor.

viernes, 21 de febrero de 2014

MISIÓN JUVENIL EN BENÍTEZ – TUNGURAHUA DEL 3 al 6 DE FEBRERO DEL 2014



Cumpliendo con el compromiso adquirido en la III Jornada Nacional de la Juventud realizada en Ambato en mayo de 2013, regresamos a Benítez, regresamos para vivir una misión juvenil en esta parroquia que nos acogió con mucha fe y cariño.

Para cumplir este objetivo, nos preparamos con inmensa alegría, ilusión y esperanza el día domingo 02 de febrero. Los y las jóvenes de las diversas zonas y sectores fueron llegando al Seminario la Encarnación, en Lago Agrio, para participar del seminario taller de formación para la misión en Benítez.


Se inicia la mañana con una profunda y creativa celebración entorno a la Palabra de Dios, donde con sencillez y disponibilidad los jóvenes ofrecen al Señor de la Vida su SER y HACER de cada día y de manera en especial la misión que van a realizar en Benítez.

Seguido de la oración a través de la dinámica buscando a mí hermano, hermana, los jóvenes se integran y comparten en grupos sus expectativas y experiencias de vida.

Como preparación previa a la misión se reflexionaron temas como:

* Testimonio de vivir en Comunidades Cristianas

* Jóvenes seguidores de Jesús

*  Qué es la Infancia y Adolescencia Misionera


En horas de la tarde se vivió un destello de talentos donde los y las jóvenes desarrollaron actividades lúdicas y deportivas favoreciendo la integración y la fraternidad. En horas de la noche con el corazón bien dispuesto y lleno de esperanza se dispusieron a viajar a Benítez.

EN BENITEZ

Llegamos el día lunes a las 8 de la mañana. El recibimiento fue muy fraterno nos hicieron sentir en casa. La acogida y el cariño del Padre Pedro Pablo Pilco párroco de Benítez y de las familias no se hicieron esperar, nos recibieron con inmensa alegría y múltiples detalles, cabe resaltar el delicioso desayuno comunitario, el compartir sencillo pero profundo con las familias, la integración con las y los jóvenes de la parroquia de Benítez, las celebraciones con niños, jóvenes y la comunidad.

Durante los días de misión se desarrollaron las siguientes actividades:


En horas de las mañanas los jóvenes misioneros tanto de Sucumbíos como de Benítez visitaron a las familias de los barrios: San Blas, Bellavista, la Unión, los tres Juanes y el Carmen.


Por las tardes se llevó a cabo los encuentros de integración y formación con jóvenes, adolescentes, niños y niñas, obteniendo una gran participación. Es importante mencionar los compromisos que con alegría y espontaneidad las y los jóvenes asumieron.


Por la noche se propiciaron encuentros de formación, oración y celebración con las familias de la parroquia.



El día jueves en la jornada de la mañana los jóvenes vivieron a plenitud y recogimiento el retiro espiritual. Por la tarde nos dirigimos a Baños para visitar y agradecer a nuestra Madre María, bajo la advocación de la Virgen de Agua Santa, por todo lo vivido durante estos días de misión.


Por la noche, de este día, participamos y celebramos de la Eucaristía de agradecimiento y envío, el Padre Pedro Pablo Pilco nos invitaba a seguir cultivando y fortaleciendo nuestro ser de misioneros y misioneras desde y para Jesús al servicio de nuestros hermanos y hermanas.

FRUTOS DE LA MISIÓN:

* En la comunidad se logró que los catequistas, movimiento Juan XXII, Cursillos de Cristiandad y feligreses se replantearan el compromiso de apoyar y tratar de unirse y organizarse como comunidad parroquial.

* Se logró motivar a los jóvenes a organizarse como grupo juvenil y desde allí fortalecer los diversos ministerios de la parroquia.

* Se afianzó el seguir trabajando con mayor ahínco en la Pastoral de la Infancia y Adolescencia misionera.

* Se despertó en los y las jóvenes de Sucumbíos su vocación de ser misioneros y de seguir vivenciando su compromiso como bautizados en sus respectivas comunidades cristianas y parroquias poniendo en práctica los dones y cualidades que el Padre Dios les ha dado.

REGRESO A SUCUMBÍOS


Después de un participativo y celebrativo acto cultural nos despedimos de las familias y regresamos a casa agradecidos por todos sus gestos de hospitalidad y detalles que estamos seguros vivirán en nuestros corazones.


¡GRACIAS PADRE DIOS POR LA EXPERIENCIA DE VIDA CELEBRADA Y COMPARTIDA JUNTO A LAS FAMILIAS DE BENITEZ!

jueves, 20 de febrero de 2014

MENSAJE DE MONS. CELMO EN SU POSESIÓN.



GRAN FIESTA de la IGLESIA DE SAN MIGUEL DE SUCUMBIOS. POSESIÓN de
MONS. CELMO OBISPO DIOCESANO ( 7 de 10 )   


SALUDO
Excelencia Rma. Card. Raul Vela, E. Rma. Mons. Guido Otonello, Nuncio Apostólico en el Ecuador, E. Rma. Antonio Arregui, Arzobispo de Guayaquil, Presidente de la Conferencia. Mons. Fausto, Mons. Voltolini, Arzobispos de Quito y de Portoviejo. Querido Mons. Paolo. Estimados obispos, sacerdotes. Religiosas de la CER Nacional, religiosas, religiosos que actúan en este Vicariato. Líderes de Comunidad, Coordinadores de pastorales. Amigos/as venidos de Napo. Queridos hermanos, mi cuñada venida de Brasil. Queridos feligreses que viven y celebran su fe en la comunidad de este Vicariato.
El amor de Dios que se manifiesta en la presencia del Espírito Santo, que llena nuestros corazones, sustenta nuestra fe y nos ha permitido estar aquí, en tan gran número en esta celebración en que Dios ha manifestado sus designios para esta Iglesia de Sucumbíos. El amor de Dios ha sido infinito muy grande más también bien exigente.

Permítanme brevemente manifestarles un sueño: que, nuestra Iglesia de Sucumbíos, podamos ser verdaderamente la Iglesia de Jesucristo.


Permítanme brevemente manifestarles un sueño, un anhelo. El sueño, creo que sea el sueño de Dios para nuestra Iglesia de Sucumbíos, que podamos ser verdaderamente la Iglesia de Jesucristo viviendo en la comunión con sus pastores a nivel local, a nivel nacional y en profunda comunión con nuestro pastor el Papa Francisco.

Una Iglesia abierta a todos




Una Iglesia abierta a todos, acogedora de la diversidad, como manifestación de los dones del Espíritu Santo. Y sobre todo una Iglesia fiel a su vocación de buscar a los últimos que pueden estar en las periferias geográficas, pero también están en los centros de la ciudad, en tantas periferias existenciales según expresión y pensamiento del Santo Padre.  Allí donde viven muchas personas que perdieron el sentido de la vida y que sólo Jesucristo les puede ayudar a redescubrir. Una Iglesia, que como nos pide el Santo Padre misericordiosa, acogedora, libre y anunciadora con alegría de la grande noticia que Jesucristo es nuestro Salvador.
El anhelo que les manifiesto es la de ser acogido como su pastor. Y de poder acoger a cada uno cada una.





El anhelo que les manifiesto es la de ser acogido como su pastor. Y de poder acoger a cada uno cada una con actitudes semejantes a las del Buen Pastor Jesucristo. He tenido solo tres años para conocer y amar a esta tierra amazónica del Ecuador y su amable gente que aquí vive. Y aún mi portuñol pueda parecer extraño a muchos, les pide tengan paciencia conmigo que ciertamente nos podremos entender. Creo que la lengua es un detalle pequeño delante de la grandísima misión de anunciar con nuestra vida que Cristo es nuestra única salvación, como nos pide el Papa Francisco en la Exhortación Apostólica “La alegría del Evangelio”. Pentecostés nos enseña que para entender los misterios de Dios es necesario dar espacio al Espíritu Santo en nuestro corazón y hacerse dóciles a sus inspiraciones. 
El empeño que asumo delante de ustedes, de esta Iglesia que Dios me confía hoy, es de buscar, conocer en sus comunidades, para poder celebrar con ustedes la fe que nos une, para poder compartir con ustedes sus luchas, sus esperanzas. No puedo concebir división en esta Iglesia de Sucumbíos sino en el empeño de caminar con ustedes aprendiendo y enseñando. Siendo hermanos de ustedes, porque como ustedes soy hijo de Dios, y esta es nuestra gran dignidad compartida y nuestra gran alegría como decía San Agustín. Pero no puedo renunciar a la tarea difícil que me fue encomendada por Dios y por la Santa Iglesia de Dios que camina en este Vicariato en la persona de nuestro Santo Padre Francisco. 
La misión de ser pastor de ser obispo de todo el Pueblo de Dios que peregrina en este Vicariato. Del pueblo que camina veloz y feliz porque encontró el camino. Del pueblo que se quedó cansado o herido al lado del camino. Del Pueblo de Dios que ya no logra encontrar este camino, y sabemos que el camino es Jesucristo. Unidos en torno a él, ciertamente no nos equivocaremos y superaremos nuestras divergencias.
Tres años atrás, cuando el Santo Padre me pedía para ser Obispo de Napo, no me fue muy difícil elegir mi lema “unidos en Cristo para que el mundo crea”, con base en la oración de Cristo en la víspera de su pasión, como hemos escuchado en el santo Evangelio de esta celebración. 
En el entusiasmo de mis primeros años de sacerdote, poniendo más confianza en mis ideas y proyectos, que en Aquel que hace germinar y crecer el Reino de Dios como la semilla que una vez puesta en la tierra, crece sin que sepamos cómo, he vivido gracias a Dios, algunos fracasos pastorales que me hicieron repensar mis convicciones y mis actitudes. Poner Cristo en el centro de nuestras vidas de nuestras comunidades de la Iglesia que queremos para nuestro Vicariato, es condición para que nuestro trabajo y sufrimiento nos sea inútil.
Agradezco a los muchísimos que rezan y han rezado mucho en este tiempo de preparación para este día.



Agradezco a cada uno y cada una aquí presente, y a todos los muchísimos que rezan y han rezado mucho en este tiempo de preparación para este día, han rezado por mí, sí, más han rezado por ustedes, por nosotros Iglesia de Sucumbíos. Agradezco a los que vivieron de rincones muy lejanos partiendo muy temprano. Agradezco a quienes de aquí cerquita dejaron sus muchas actividades en sus hogares para poder celebrar con nosotros.
Agradezco a ustedes señores obispos

Agradezco a ustedes señores obispos, empezando por el Nuncio, representante del Papa a quién pido que agradezca por esa confianza depositada en mí, al Card. Mons. Raúl Vela, Mons. Arregui, Presidente de la Conferencia Episcopal, demás arzobispos y demás obispos todos, ciertamente con muchas tareas, más quisieron estar aquí, para testimoniar junto conmigo esta eclesialidad, esta fraternidad que nos une, y les digo que desde primera hora que he estado con ellos, el día 19 de octubre del 2010, cuando llegado de Brasil una semana de Obispo, llegué a la Conferencia Episcopal, me marcó desde aquel momento esa fraternidad que he sentido, he experimentado en la persona de todos  los obispos que no me conocían, a no ser Mons. Jesús y Mons. Paolo, me he sentido acogido en esta familia de una forma que solo quién lo experimenta no le es difícil de contar. Les agradezco por tanto señores obispos por este apoyo, por esa presencia por esa fraternidad.

A los cristianos y amigos de Napo


A los cristianos y amigos de Napo, mi especial gratitud, hemos vivido juntos una experiencia dura de fe y obediencia. Les agradezco el apoyo, el cariño que me dedicaron, continúen rezando por mí, por esta Iglesia, Vicariato de Sucumbíos, y nosotros rezaremos para que Dios les conceda muy de prisa, un buen pastor en la persona que Dios ya ha elegido para ser Obispo de Napo, pero que nosotros todavía no conocemos.

Queridos hermanos Asir, Nair, y mi cuñada Favia, presentes en esta asamblea


Queridos hermanos Asir, Nair, presentes en esta asamblea y mi cuñada Favia, que representan no solo mi familia numerosa es verdad. Mi Mamacita cumplirá de 97 años. Más representan la comunidad de la Parroquia que el P. Pedro también ha trabajado, la Diócesis entera, porque él está aquí como Fidei donum de la Diócesis de Caxias do Sul en la Iglesia del Vicariato de Napo. Entonces la Iglesia de Caxias de Sul está aquí representada y está rezando por este momento.
Sacerdotes, religiosos, religiosas, líderes de comunidades, líderes de las pastorales, ministerios instituidos, catequistas, animadores/as, a todos ustedes muchas gracias por este momento compartido, que Dios los bendiga.


UNA IGLESIA COMUNIDAD EN CAMINO HACIA EL REINO …