Nuestra Vigilia permanente en la Iglesia de San Miguel de
Sucumbíos es dinámica y participativa, como la vida misma y el Evangelio. Quién
vigilia está despierto o despierta, si no, no es vigilante. Es así que desde el
26 de enero pasado estamos realizando nuestro encuentro de oración, cada
viernes en la casa de las COIM-Comunidades para la Iglesia y para el Mundo-,
ubicada en el sector norte de la ciudad de Nueva Loja, para conocer mejor,
acompañar, apoyar, y animar a este significativo grupo misionero nacido de
nuestra propia Iglesia, que se ha sostenido durante 32 años, prestando un
significativo servicio a ella.
La casa se ha visto pequeña con la cantidad de personas que han
venido a orar y a visitar: niños/as, jóvenes y adultos/as, han venido con
alegría y solidaridad, desde todos los sectores de Lago Agrio, de las zonas
campesinas de vía Quito, Vía Colombia, Dureno-Pacayacu, La Bonita… a iluminarnos
todos/as con la Palabra que nos da Vida,
a compartir sus experiencias alrededor de los signos de la Vigilia Permanente:
la Luz y la Cruz. Hemos cantado, reflexionado, compartido y nos hemos encomendado
al Dios Vivo para que nos fortalezca y nos ilumine en este caminar de Iglesia.
En estos encuentros, superando las distancias y beneficiados de
las bondades de los medios tecnológicos, hemos tenido la grata experiencia de
unirnos en una sola oración con las COIM
que están en Ayolas-Paraguay y en Medellín-Colombia. Han sido muy emotivos
estos encuentros el saber que estamos juntos y que el Señor Jesús es quién nos
da la fuerza.
Y la LUZ se sigue encendiendo.