lunes, 25 de febrero de 2013

LAS COIM (Comunidades para la Iglesia y para el Mundo)

 
Hablar de las COIM, es hablar del espíritu de ISAMIS. Las COIM son comunidades para la Iglesia y para el Mundo. Son comunidades a inspiración de la primera comunidad de Jesús, las primeras comunidades cristianas de los Hechos de los Apóstoles y las CEBs de nuestros tiempos. Para la Iglesia por la evangelización y para evangelizar a la Iglesia, ya que “la Iglesia comienza por evangelizarse a sí misma… la Iglesia siempre tiene necesidad de ser evangelizada , si quiere conservar su frescor, su impulso y su fuerza para anunciar el Evangelio.” E.N. 15. Y para el Mundo, porque vivimos en este mundo, el mundo en sentido positivo, y es este mundo y no otro el que tenemos que transformar para encaminar a la plenificación del Reino. Será una visión del mundo en sentido positivo y posibilidad de la gracia y no de pecado y condena. Lo secular como lugar de realización de lo humano para llevar a lo divino. Por eso creemos que otro mundo es posible.

Las COIM son fruto del caminar de ISAMIS, de un caminar comunitario, de una actitud de búsqueda de nuevos estilos de vida consagrada al servicio del Señor, a su Iglesia y al pueblo. De acuerdo a los nuevos tiempos, a las exigencias de una Iglesia Comunidad y a su situación concreta. 

El contexto de su nacimiento está marcado por los años 70 cuando había empezado la gran migración hacia el Nor-Oriente y nuestra Iglesia se ponía en camino para concretar en su dinámica, organización y estructura las orientaciones del Vaticano II, Medellín y Puebla y de manera muy especial la Evangeli nuntiandi (La Evangelización del mundo contemporáneo) del Papa Paulo VI. La acción evangelizadora de ISAMIS en aquella década iba definiendo sus planes, objetivos y criterios, y una realidad admitida para dinamizar tan pretendida labor, era la debilidad en la pertenencia de sus agentes pastorales a la Iglesia Local, porque reconociendo el valor que los caracterizaba a aquellos entregados misioneros y misionera, eran mayoritariamente foráneos. Por eso, era una urgencia y de gran preocupación el lograr agentes propios para caminar a una Iglesia Local, con sus propios agentes.

Por eso, en la génesis de la COIM responden a profundo y responsable planteamiento eclesial diocesano, dónde su Obispo, Mons. Gonzalo, fue el gestor y animador de esta propuesta vocacional, que responda a la constante movilidad de misioneros y misioneras que ponían en riesgos la sostenibilidad pastoral. Su espíritu inquieto y visionario de una Iglesia que tenía que abrirse a los nuevos tiempos, donde ya comenzaba a vislumbrarse el cambio de época que se admite en la actualidad. La vocación, más allá de la tradicional mirada religiosa, es asumida en su amplitud para el servicio de las necesidades de la Iglesia y de la sociedad. En este sentido la dignidad de nuestro bautismo está en la base de toda vocación y será el laicado, el gigante dormido quién constituye la mayoría de la Iglesia, él énfasis especial que tenga esta nueva propuesta.

Las COIM nacen el 1 de octubre de 1981. Es importante resaltar que en este proceso de intuiciones y búsquedas fueron las mujeres las que llevaron la delantera y por eso comenzó como Grupo Vocacional Femenino, hasta que luego de unos pocos años de clarificación en 1986 desembocaron en lo que ahora son las COIM, por la constancia de los tres elementos fundamentales de inspiración simbolizados en el trípode. Así, fueron acogidos jóvenes, varones y mujeres, buscando un compromiso mayor con la Iglesia, y mediante un proceso de discernimiento espiritual llegar hacer una firme opción por Jesús para ubicarse al servicio tanto en la Iglesia como en la sociedad. El fuerte será la experiencia cristiana de una vida comunitaria, que construya relaciones humanas de igualdad sin privilegios, entre sacerdotes y laicos, varones y mujeres, nuevos y mayores, como lo quería el Señor. Por eso, las COIM es una escuela de vida en directo sin vida artificial, como lo es la vida misma, asumiendo el misterio de la encarnación. De esta experiencia surgen diversos ministerios laicales, reconocidos, los sacerdotes incardinados, las familias comprometidas, entre otros.

Las COIM no son para ellas mismas, sino para servir desde la evangelización. Ha sido fuente de inspiración para esta gran responsabilidad, lo que nos dice el magisterio del Papa Pablo VI en la Evangeli nuntiandi: “…:lo que importa es evangelizar –no de una manera decorativa, como con un barniz superficial, sino de manera vital, en profundidad y hasta de sus mismas raíces- la cultura y las culturas … tomando siempre como punto de partida la persona y teniendo siempre presente las relaciones de las personas entre sí y con Dios.”. Así será “desde las raíces”, partiendo de las personas y desde su realidad comunitaria, que se impulsa la acción pastoral para crecer en humanidad, en la dignidad de hijos e hijas de Dios. Los instrumentos de la planificación pastoral ayudan a concretar estos principios, para superar la improvisación, la espontaneidad, el sacramentalismo y el clericalismo pastoral, y todo dentro de la dinámica de la pastoral de conjunto que construya la Iglesia Local. Este proceso es animado por personas sencillas, pobres pero con una firme fe y la cercanía a su gente, que están encarnadas en su realidad.

En la actualidad las COIM la conforman 45 personas, entre familias y grupos de misioneros/s laicos/as solteros/as, incluyendo sacerdotes diocesanos incardinados, acompañan la pastoral, siempre en permanente coordinación con los ministerios, comunidades y estructuras locales y diocesanas de coordinación, en: Vía Colombia, Dureno-Pacayacu y, sectores: norte, oeste, centro y sur de Nueva Loja. Tienen una estructura de coordinación, encuentros formales mensuales, formación y viven encarnados/asen la realidad social y de la Iglesia de Sucumbíos. En los últimos años nuestra experiencia se ha extendido a Paraguay y Colombia.

Nos anima saber que experiencias nuevas como la nuestra pero con otros nombres, se siguen gestando en otros lugares del mundo, lo cual indica la gran preocupación que hay por buscar nuevos modelos y estilos de vida para los tiempos nuevos. Por eso, terminamos con una frase muy común en nosotros: “ Que en las COIM no todo está hecho, sino que todo está por hacer”