Continuando con la alegría pascual, del lunes 15 al
jueves 18 de abril pasado se realizó la Jornada Diocesana de Retiro en nuestra
Iglesia de San Miguel de Sucumbíos, Ecuador, programado desde el inicio del
presente Año Pastoral.
Desde hace 12 años, se viene realizando un retiro
diocesano anual abierto a todas las pastorales: campesina, urbana, negra e
indígena, a servicios y movimientos: a Ministerios o servidores/as laicos/as de
las comunidades; misioneros y misioneras laicos/as, religiosos/as y laicos/as
de los Equipos de Vida y de los servicios pastorales y generales, a voluntarios
y colaboradores de estos mismos servicios, a integrantes de los movimientos
apostólicos presentes en el Vicariato como el Juan XXIII y la Renovación
Católica Carismática.
Un eje profundo trabajado en nuestra Iglesia a lo
largo de estos años es la espiritualidad y una de sus acciones importantes es
la realización de estas jornadas diocesanas. Desde los años 70 siempre estuvo
presente la preocupación por la formación, la reflexión y la vivencia
espiritual en nuestra vida personal y comunitaria de nuestra querida ISAMIS.
Desde aquellos tiempos las jornadas eran intensas y tenían una duración de 15
días, acompañados/as por importantes teólogos/as. Dados los variados cambios
sociales de nuestra provincia se procedió a adecuar esta instancia a los nuevos
tiempos. Por eso, desde el mes de agosto que era lo habitual, junto a la
Asamblea Diocesana, se pasó a realizar en el tiempo de Pascua, para compartir
en espíritu de alegría, la experiencia pascual misionera. También se cambió la
modalidad de acuerdo a las nuevas posibilidades de la gente, para ampliar la
participación, realizando dos jornadas: una diurna para quienes pueden disponer
de tiempo completo esos días, como la mayoría de campesinos/as e indígenas y
algunas de la pastoral negra, y una vespertina- nocturna para las personas de
la pastoral urbana en Lago Agrio. Además, uno de los grandes proyectos
trabajados y logrados fue el Centro de Espiritualidad “Monte Carmelo” en Puerto
Libre, el cual viene realizando una gran labor pastoral.
En esta etapa marcada por “la implantación de un
nuevo modelo pastoral”, una de las pretensiones ha sido de eliminar este importante
espacio de fortalecimiento espiritual. En la Pascua del 2011, tiempo de la administración
de los Heraldos del Evangelio, no permitieron realizar esta jornada, peor aún,
ni propusieron ningún espacio alternativo de este tipo. El año pasado, en la
Pascua del 2012, ya con Mons. Paolo Mietto se pudo realizar el retiro con el
tema de la Reconciliación, con asesoría de un Equipo especializado de Colombia.
En esta ocasión, a última hora, ya hubo una situación muy rara al haber
realizado dos eventos de este tipo a nivel urbano, en vez de mantener la única
actividad programada. A pesar de esta adversidad, es evidente la mala
comprensión de la reconciliación, puesto
que se han realizado acciones paralelas al no integrarse la renovación
carismática con el grupo diocesano. Para quienes somos ISAMIS, fue una
experiencia espiritual reconfortante para seguir apostando por la
reconciliación; salimos fortalecidos y con la alegría inmensa de haber recuperado
tan importante espacio de reflexión y oración diocesana.
En este año 2013, una vez más hemos desarrollado
esta jornada diocesana, con la asesoría del P. Lauren Fernández, SVD, biblista
con muchos años de trabajo en la Conferencia Episcopal en el área de Magisterio.
La temática fue el Año de la Fe y la Nueva Evangelización, para lo cual
contamos con el material de la Semana Bíblica ofrecido por la misma Conferencia
Episcopal Ecuatoriana, es decir, firmado por los mismos obispos. Igualmente
como se ha hecho en estos últimos años, lo hicimos en las dos modalidades, el
evento campesino e indígena que se vio un poco disminuido en número, mientras
que a nivel urbano hubo una importante concurrencia, a pesar del imprevisto cambio
de lugar de la Catedral de Lago Agrio a la Iglesia del Divino Niño. Al
finalizar tuvimos una bonita celebración eucarística presidida por Mons. Paolo
Mietto, compartimos un refrigerio y mantuvimos un necesario y oportuno diálogo
con Monseñor Mietto.
La experiencia ha sido muy agradable, hemos llenado
nuestro espíritu, hemos mirado a Jesús
Resucitado y él nos sigue guiando a vivir la fe que nos fue transmitida y,
seguimos comprometidos con la Nueva Evangelización del tiempo nuevo post-conciliar.
Lamentablemente, no podemos pasar por alto y registrar que mientras
realizábamos esta importante jornada diocesana, en la Catedral un pequeño grupo
no mayor de 20 personas, liderado por la Señora Genoveva Altamirano, se reunieron
en las afueras de la Catedral y utilizando una larga bandera del Estado
Vaticano impidieron el ingreso a las personas que se dirigirían a participar
del Retiro Diocesano.
A pesar de todo, seguimos adelante guiados por el
Buen Pastor que da su vida por sus ovejas. Es la alegría pascual del Resucitado
crucificado.
¡¡¡Viva
la fe,
Viva
la esperanza,
Viva
el amor!!!