lunes, 15 de abril de 2013

¿QUÉ SE TRATA DE IMPLANTAR? 1 / 3


En un artículo anterior de nuestro Blog, titulado  Misa Crismal y Fiesta de Ministerios, se señalaba la importancia de esta celebración en la vida de la Iglesia diocesana y por ende dentro del caminar de nuestra Iglesia de San Miguel de Sucumbíos. En esta ocasión, a la altura de aproximarnos a los tres años de  la aplicación de la radical decisión Vaticana de: “el nuevo Administrador Apostólico tendrá que organizar el Vicariato e IMPLANTAR de manera diferente todo el trabajo pastoral”, profundizamos los hechos significativos que se dieron en tan importante celebración del 28 de marzo pasado. Fieles al Ver, Juzgar y Actuar, el método de nuestra Iglesia Latinoamericana, primeramente presentamos los hechos ocurridos en la Misa Crismal,  luego recibimos la enseñanza de la Iglesia en cuanto a la liturgia que es a lo que estamos aludiendo, para  finalmente anotar algunas pistas sobre la IMPLANTACION.

Los hechos del 28 de marzo

Creemos que es nuestra responsabilidad presentar y visibilizar los hechos ocurridos por ciertos sector de Iglesia y si estos, corresponden al espíritu evangélico y si se enmarcan en el espíritu de la Iglesia.

Aquel pasado 28 de marzo la celebración de la Misa Crismal y fiesta de los ministerios se desarrollaba normalmente, coordinada por la Escuela de Ministerios Diocesana como es la tradición local. Todo estaba preparado porque se había coordinado en los espacios ordinarios de la coordinación diocesana, y estaban designados sus responsables, a pesar de haber sido cambiado el tradicional día del martes al jueves, sin razones nada claras.

Fue el momento de la renovación de las promesas, que además de la ordinaria renovación de las promesas sacerdotales, también los diferentes ministerios laicales, carismas y servicios, lo hicieron  junto a su Obispo. Y como debe de ser, lo hicieron con mucha alegría, respeto y decisión. Todos lo hicieron normalmente, pero llamó la atención el momento de hacer su promesa los movimientos apostólicos. Habiendo realizado normalmente el Movimiento Juan XXIII, tocó el turno a la Renovación Católica Carismática y la sorpresa fue que no se presentaron las hermanas/os que comúnmente conocemos por su protagonismo en este tiempo, salvo la presencia de tres humildes señoras de la tercera edad que desde luego no tienen una representación ministerial eclesial, posteriormente, las humildes señoras fueron llamadas la atención por sus dirigentes, por haber salido a representar. Y, seguidamente un nuevo movimiento conocido como del Rosario diario, que tiene como matriz de nacimiento  este tiempo de shock, fue representado por una única hermana, con una actitud muy tensa y fanática.

Aunque este comportamiento  desentonado llamó la atención, pero no es nada extraño dentro de la hoja de ruta desestabilizadora que siguen. Por eso, lo ocurrido no fue suficiente, sino que tuvo que ser consumado por una nueva acción del estilo de la implantación. Esta acción fue en el inicio de la liturgia eucarística, en el momento del Ofertorio, que en nuestra Iglesia de Sucumbíos es vivido con mucha intensidad por el significado que imprimió la Pastoral del Compartir en esta última década, donde se trata mediante la ofrenda, corresponder a la gran generosidad de nuestro Padre Dios. En esta ocasión  la hermana ministra del Compartir animó e invitó a la ofrenda y comenzó a realizarse como es lo habitual, cada hermano/a se dirigía desde su asiento al lugar de las cestas ubicadas al centro. Desde un lugar posterior, un grupo  de  señoras, unas que habían estado en la celebración, y otras que llegaron ese momento, se abalanzaron con sus cestas sobre la asamblea, procedieron a recoger la ofrenda para boicotear el acercamiento de la gente a las cestas preparadas. A pesar de que quienes coordinaban llamaron la atención a las señoras boicoteadoras, no hubo manera alguna de impedir la agresión, más bien las señoras siguieron en su cometida consigna. La autoridad eclesiástica presente no dijeron nada. Los ministerios del Compartir para evitar situaciones desagradables no hicieron nada. Las señoras repentinas desesperadamente recogieron las cestas, y de ahí no sabemos más que pasó con el dinero. Para completar  el cuadro, las señoras repentinas que habían llegado expresamente para recoger el dinero se desaparecieron enseguida cuando la Misa apenas empezaba en su parte eucarística.

Otro hecho extraño es que mientras ocurre la celebración del Santísimo Sacramento de la Misa se coloca en el blog Sucumbíos ecuador por la paz y la verdad un artículo perverso dirigido contra la dignidad del P. Edgar Pinos, sacerdote incardinado del Vicariato. Cosa curiosa que coincide con la ausencia del P. Ricardo Ruiz, quién solamente llega un poco antes de terminar la Misa. Dónde estuvo el Padre en este importante tiempo de renovar las promesas sacerdotales?  Algo similar ya ocurrió el pasado 11 de julio con lo ocurrido en Pto. Aguarico.

Hasta aquí los hechos.