Una delegación de 42
jóvenes de diferentes zonas pastorales campesinas, sectores urbanos,
movimientos y pastorales específicas como la afro y la indígena de Sucumbíos,
fuimos bendecidos y enviados con la luz de Cristo por la Vigilia Permanente
para participar en la Tercera Jornada Nacional Juvenil – Ambato 2013. Este
evento fue una gran experiencia puesto que la fuerza de Dios se sintió en el
espíritu juvenil. Compartimos con diez mil quinientos jóvenes de todo el
Ecuador. Nos llenamos de mucho gozo pues aprendimos que podemos ser discípulos
y misioneros de Jesús es arriesgarlo todo por aquel que nos ama.
Por la tarde fuimos al
coliseo de Ambato, donde estuvimos reunidos, también rezamos, cantamos y se dio
apertura a la jornada juvenil nacional.
En la noche visitamos
las parroquias de Salasaca y de Benítez, el Padre Pablo Pilco junto a las
comunidades nos recibieron con gran alegría y espíritu de Dios.
Hubo compartir, llamado
“Mesa Pamba”, en la comunidad de Salasaca. Este compartir tuvo gran impacto en
los jóvenes, puesto que era nuevo para nosotros ver a cada indígena poniendo
comida preparada (papas, mellocos, maíz tostado, habas, chicharrones, tortillas,
etc.) en una mesa grande, formando con ello una gran montaña de donde todos
comíamos con las manos. Por otro lado, en Benítez hubo evento cultural.
Por la noche fuimos a
compartir con las familias, quienes nos acogieron con gran cariño y aprecio, se
esmeraron por darnos la mejor atención.
El día sábado
participamos, en la Parroquia san Antonio de Ambato, de la catequesis y
celebración de la Eucaristía, a manos de Monseñor Fausto Gaibor, obispo de la diócesis de
Tulcán. Lo que aprendimos de este encuentro es que debemos ser valientes, ser
misioneros y evangelizar a otros jóvenes.
Por la tarde, tuvimos
una romería desde el estadio Bellavista de Ambato hasta la Quinta del Rosario
(aproximadamente 5 km de recorrido), todas las delegaciones entonaban cantos de
alabanza, consignas y expresaban con furor esa alegría que Cristo vive y está
presente en medio de la juventud. Nuestra delegación, también entonaban
canticos y consignas como estas: “¡Alerta, Alerta!, no se asusten compañeros
que esto no es revolución, son los jóvenes de Isamis que vienen hacer misión”,
“Somos el presente, somos el futuro, de nosotros depende uuu”. A decir verdad, tuvimos una gran experiencia
de Dios puesto que sentimos que Él estaba en medio de nosotros animándonos a
ser misioneros.
Una vez llagado a
nuestro destino, descansamos y tomamos un pequeño refrigerio, luego nos
preparamos para hacer la gran vigilia, estuvimos rezando hasta las nueve de la
noche, entonando cantos, contemplando y reflexionando la palabra de Dios.
Luego volvimos a las
familias donde nos hospedábamos, contamos nuestra experiencia vivida y ellos
también nos compartieron anécdotas e historias de vida.
El día domingo, nos
levantamos tempranito para asistir a la Eucaristía de despedida en la parroquia
de Benítez, fue un momento triste pero gratificante, puesto que en tan poco
tiempo nos habíamos ganado el cariño de esas familias, celebramos, compartimos,
cantamos “amas a Sucumbíos” y nos despedimos.
Después de esto, fuimos
al estadio de Bella Vista y participamos de la Eucaristía de cierre de la
jornada.
Terminada la
celebración tuvimos nuestro viaje de regreso, llenos de alegría y entusiasmo.
Dispuestos a hacer presente en nuestro vicariato el lema del encuentro “vayan y
hagan discípulos en todas las naciones” (Mt 28,19)