viernes, 10 de mayo de 2013

III Jornada Nacional Juvenil



Una delegación de 42 jóvenes de diferentes zonas pastorales campesinas, sectores urbanos, movimientos y pastorales específicas como la afro y la indígena de Sucumbíos, fuimos bendecidos y enviados con la luz de Cristo por la Vigilia Permanente para participar en la Tercera Jornada Nacional Juvenil – Ambato 2013. Este evento fue una gran experiencia puesto que la fuerza de Dios se sintió en el espíritu juvenil. Compartimos con diez mil quinientos jóvenes de todo el Ecuador. Nos llenamos de mucho gozo pues aprendimos que podemos ser discípulos y misioneros de Jesús es arriesgarlo todo por aquel que nos ama.









Por la tarde fuimos al coliseo de Ambato, donde estuvimos reunidos, también rezamos, cantamos y se dio apertura a la jornada juvenil nacional.




En la noche visitamos las parroquias de Salasaca y de Benítez, el Padre Pablo Pilco junto a las comunidades nos recibieron con gran alegría y espíritu de Dios.




Hubo compartir, llamado “Mesa Pamba”, en la comunidad de Salasaca. Este compartir tuvo gran impacto en los jóvenes, puesto que era nuevo para nosotros ver a cada indígena poniendo comida preparada (papas, mellocos, maíz tostado, habas, chicharrones, tortillas, etc.) en una mesa grande, formando con ello una gran montaña de donde todos comíamos con las manos. Por otro lado, en Benítez hubo  evento cultural. 




Por la noche fuimos a compartir con las familias, quienes nos acogieron con gran cariño y aprecio, se esmeraron por darnos la mejor atención.

El día sábado participamos, en la Parroquia san Antonio de Ambato, de la catequesis y celebración de la Eucaristía, a manos de Monseñor  Fausto Gaibor, obispo de la diócesis de Tulcán. Lo que aprendimos de este encuentro es que debemos ser valientes, ser misioneros y evangelizar a otros jóvenes.




Por la tarde, tuvimos una romería desde el estadio Bellavista de Ambato hasta la Quinta del Rosario (aproximadamente 5 km de recorrido), todas las delegaciones entonaban cantos de alabanza, consignas y expresaban con furor esa alegría que Cristo vive y está presente en medio de la juventud. Nuestra delegación, también entonaban canticos y consignas como estas: “¡Alerta, Alerta!, no se asusten compañeros que esto no es revolución, son los jóvenes de Isamis que vienen hacer misión”, “Somos el presente, somos el futuro, de nosotros depende uuu”.  A decir verdad, tuvimos una gran experiencia de Dios puesto que sentimos que Él estaba en medio de nosotros animándonos a ser misioneros.




Una vez llagado a nuestro destino, descansamos y tomamos un pequeño refrigerio, luego nos preparamos para hacer la gran vigilia, estuvimos rezando hasta las nueve de la noche, entonando cantos, contemplando y reflexionando la palabra de Dios.

Luego volvimos a las familias donde nos hospedábamos, contamos nuestra experiencia vivida y ellos también nos compartieron anécdotas e historias de vida.




El día domingo, nos levantamos tempranito para asistir a la Eucaristía de despedida en la parroquia de Benítez, fue un momento triste pero gratificante, puesto que en tan poco tiempo nos habíamos ganado el cariño de esas familias, celebramos, compartimos, cantamos “amas a Sucumbíos” y nos despedimos.




Después de esto, fuimos al estadio de Bella Vista y participamos de la Eucaristía de cierre de la jornada.


Terminada la celebración tuvimos nuestro viaje de regreso, llenos de alegría y entusiasmo. Dispuestos a hacer presente en nuestro vicariato el lema del encuentro “vayan y hagan discípulos en todas las naciones” (Mt 28,19)