sábado, 1 de septiembre de 2012

CAMINO DE SANTA CRUZ (2)


(Este es un rinconcito en internet donde encontrarnos todos aquellos que tenemos un pedacito de nuestros corazones habitando en el hogar Santa Cruz) 

LOS 70: PERSECUCIONES
En los años 70, en una de las ex haciendas de la Curia, monseñor Proaño organizó el Instituto Tepeyac para formar líderes en áreas prácticas: agricultura, ganadería, y en capacitación, dirección (de grupos humanos). Y, según cuenta el padre Torres, “al finalizar una de estas reuniones, en 1974, se originó el Ecuarunari (Ecuador Runacunapac Riccharimui)”. (1)
A quienes participaban en estos eventos, aduciendo promoción de invasión de tierras, les perseguían. En 1970 la dictadura de Velasco Ibarra expulsó a dos sacerdotes de la Diócesis de Barcelona, España. Poco después pretendió hacer lo mismo en Chunchi, 50 Km al norte de Cuenca, con cuatro religiosos extranjeros.
Durante la dictadura de Rodríguez Lara, el 26 de septiembre de 1974, la fuerza pública atacó a indígenas de la comunidad Toctezinin provocando la muerte de Lázaro Condo y 30 heridos. “El obispo fue reclamado por el ministro de gobierno, pero tres días después, en la misa del domingo, al empezar su sermón dijo: ‘Lázaro, levántate y anda” (Revista Vistazo, octubre 4, 90).
La mayor torpeza, y que dio la vuelta al mundo, la cometieron los “triunviros”. El 12 de agosto de 1976 se llevaba a cabo en Santa Cruz, centro de reflexión del obispo de Riobamba, un encuentro de pastoral cuando por orden del ministro encargado de gobierno, Xavier Manrique, llegaron dos buses con más de 40 policías para violentamente apresar a dos arzobispos: Roberto Sánchez, de Estados Unidos; y Vicente Zaspe, de Argentina; y 14 obispos: Patricio Flores, Juan Arzube y Gilbert E. Chávez, de Estados Unidos; Mariano Parra León, de Venezuela; Caren González y Fernando Aristía Ruiz, de Chile; Antonio Batista Fragoso y Rubén Cándido Padín, de Brasil; Sergio Méndez Arceo, José Pablo Rovalo y Samuel Ruiz, de México; Víctor Garaigordobil, de España; Ramón Bogarin, de Paraguay; y Leonidas Proaño, el anfitrión.
Junto a ellos fueron detenidos unos 70 laicos y sacerdotes, entre ellos, el teólogo José Comblin y Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nóbel de la Paz en 1980.
Al siguiente día el gobierno les “invitó” a salir “por intervenir en asuntos de política interna con la finalidad de subvertir el orden” (diario El Comercio).
Los sectores conservadores de la sociedad complementaron la represión con acciones sutiles: consiguieron que el Vaticano enviara un Vicario Apostólico para que investigara a Proaño, sin encontrar nada en su contra; propiciaron la expansión de los grupos evangélicos que más tarde generaría enfrentamientos entre indígenas católicos y evangélicos; y los militares emprendieron en un programa de reforestación de los páramos, el punto de partida de su proyecto social de asistencia a los indígenas en salud, educación, obras públicas, con el cual pretendían frenar el avance de la Iglesia de los Pobres.

Se expande por suburbio y selva
La III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, en Puebla, 1979, “Consagra _según Jon Sobrino- la expresión ‘opción preferencial por los pobres’ en el contexto de la misión evangelizadora de la iglesia”.