miércoles, 5 de diciembre de 2012

CARTA PASTORAL DEL COMITÉ PERMANENTE DE LA CECH (2/7)



III. CAMBIOS DE NUESTRO TIEMPO: HECHOS QUE NOS INTERPELAN





a) Hechos positivos: el cambio como una gran oportunidad

Si bien es cierto que la rapidez de los cambios puede desorientarnos, desarticular las instituciones y remecer las culturas hasta sus mismas raíces, no es menos cierto que se abren posibilidades insospechadas en la comunicación de los pueblos y en el progreso humano. Se ofrecen hoy grandes oportunidades no sólo a la sociedad civil sino a la misma Iglesia, si con discernimiento asumimos y contribuimos a orientar estos cambios de la humanidad.

1. La humanidad ha experimentado cambios tecnológicos y científicos que permiten grandes avances en muchos aspectos de la vida humana. A menudo ellos han aliviado el trabajo y generado bienestar. Particularmente importante es el progreso experimentado en las comunicaciones, que a través de Internet y de los medios audiovisuales permiten nuevos modos de relacionarnos en una cultura globalizada. Podemos ahora compartir lo mejor de cada cultura.

Los cambios acortan las distancias e invitan a abrir los encierros y a reforzar las instancias de colaboración internacional. Por primera vez tenemos hoy conciencia y presencia de toda la humanidad. Por eso vamos experimentando la necesidad de una autoridad internacional en lo económico y en lo político, que sea capaz de velar por el bien común de la humanidad evitando hegemonías que marginan a muchos pueblos. Así lo han sugerido los Papas y recientemente el Papa Benedicto XVI en su encíclica Caritas in veritate.

Si como conjunto nos proponemos ser más solidarios, sería posible hoy día controlar la violencia internacional, las hambrunas, dar habitación y vestido a todos, romper la brecha entre el desarrollo y la miseria.

2. El mayor conocimiento de la naturaleza nos ha permitido enfrentar mejor las enfermedades, alargando la esperanza de vida; ha disminuido la mortalidad infantil, y se ha hecho frente a las pandemias y otros males con nuevas posibilidades.

3. Hoy estamos en condiciones de erradicar la ignorancia y mejorar el nivel de educación. Además las facilidades en las comunicaciones han contribuido a que se imponga una necesidad de transparencia que nos libera y hace posible enfrentar en mejores condiciones la corrupción y los abusos.

4. Después de muchas atrocidades y dolores, la humanidad ha tomado conciencia de la necesidad de salvaguardar los derechos humanos y la dignidad de la persona.

5. Especialmente esperanzador es el nuevo papel que debe jugar la mujer en la sociedad. Su ingreso en la política y en el trabajo abre posibilidades de humanización.

6. Del mismo modo este avance nos impulsa a rechazar toda discriminación injusta que pueda derivarse de las ideas, la raza, el sexo o el dinero.

7. Los mayores niveles de educación alcanzados ofrecen oportunidad de contribuir al progreso en dos dimensiones esenciales de lo humano: la razón y la libertad. Como consecuencia de eso la ciudadanía pide nuevos y mejores espacios de participación.

8. Se ha ido produciendo una creciente conciencia de preservar la naturaleza.

Por lo anterior se puede decir que es este un momento particularmente prometedor para la humanidad.