ENTREVISTA
AL PAPA FRANCISCO
La
entrevista del padre Antonio Spadero, director de la revista “Civiltá Católica”
al Papa Francisco, ya da la vuelta al mundo. En la entrevista publicada por 16
revistas de la Compañía de Jesús, Francisco frece su visión sobre cuestiones
morales, como la homosexualidad, y sobre distintos temas como el gobierno de la
Iglesia, el papel de la mujer, el ecumenismo o la experiencia cristiana. Aunque
para algunos no es nada nuevo, sin embargo por los vientos nuevos que corren en
la Iglesia, si tienen un significado muy especial. Se puede señalar por lo
pronto que Francisco se aleja de un pensamiento único de un cristianismo con
tintes fundamentalista, agresivo y condenatorio y más bien se acerca con
ternura y misericordia a los excluidos como nos invita el Evangelio de los
últimos domingos. Esta palabra y actitud se dan a la víspera de la reforma de
la curia romana. Es un signo para dónde va la Iglesia. Qué nos espera en
Sucumbíos?
Por ahora,
presentamos algunos fragmentos de la entrevista y próximamente presentaremos la
entrevista completa en varias entregas, dada la amplitud del contenido
El peligro de
caer el “castillo de naipes” del edificio moral
“No podemos
seguir insistiendo solo en cuestiones referentes al aborto, al matrimonio homosexual
o al uso de anticonceptivos. Es imposible. Yo he hablado mucho de estas
cuestiones y he recibido reproches por ello. Pero si se habla de estas cosas
hay que hacerlo en un contexto. Por lo demás, ya conocemos la opinión de la
Iglesia y yo soy hijo de la Iglesia, pero no es necesario estar hablando de
estas cosas sin cesar”.
“Tenemos, por
tanto, que encontrar un nuevo equilibrio, porque de otra manera el edificio
moral de la Iglesia corre peligro de caer como un castillo de naipes, de perder
la frescura y el perfume del Evangelio. La propuesta evangélica debe ser más
sencilla, más profunda e irradiante. Solo de esta propuesta surgen luego las
consecuencias morales”.
“Un cristiano restauracionista, legalista, que lo
quiere todo claro y seguro, no va a encontrar nada. La tradición y la memoria
del pasado tienen que ayudarnos a reunir el valor necesario para abrir espacios
nuevos a Dios. Aquel que hoy buscase siempre soluciones disciplinares, el que
tienda a la ‘seguridad’ doctrinal de modo exagerado, el que busca
obstinadamente recuperar el pasado perdido, posee una visión estática e
involutiva. Y así la fe se convierte en una ideología entre tantas otras”
“Sí, este buscar y encontrar a Dios en todas las cosas
deja siempre un margen a la incertidumbre. Debe dejarlo. Si una persona dice
que ha encontrado a Dios con certeza total y ni le roza un margen de
incertidumbre, algo no va bien. Yo tengo esto por una clave importante. Si uno
tiene respuestas a todas las preguntas, estamos ante una prueba de que Dios no
está con él. Quiere decir que es un falso profeta que usa la religión en bien
propio. Los grandes guías del pueblo de Dios, como Moisés, siempre han dado
espacio a la duda”.
Homosexualidad:
“Dios, cuando mira a una persona homosexual, ¿aprueba
su existencia con afecto o la rechaza y la condena?’”
La institución con los homosexuales es “acompañarlos con misericordia” “no podemos seguir insistiendo sólo en cuestiones referentes al aborto, al matrimonio homosexual o al uso de anticonceptivos”.
La institución con los homosexuales es “acompañarlos con misericordia” “no podemos seguir insistiendo sólo en cuestiones referentes al aborto, al matrimonio homosexual o al uso de anticonceptivos”.
En esta vida Dios acompaña a las personas y es nuestro
deber acompañarlas a partir de su condición. Hay que acompañar con
misericordia. Cuando sucede así, el Espíritu Santo inspira al sacerdote la
palabra oportuna”.
Mujer
“es necesario ampliar los espacios para una presencia
femenina más incisiva en la Iglesia. Temo la solución del ‘machismo con
faldas’, porque la mujer tiene una estructura diferente del varón. Pero los
discursos que oigo sobre el rol de la mujer a menudo se inspiran en una
ideología machista”….“las mujeres están formulando cuestiones profundas que
debemos afrontar. La Iglesia no puede ser ella misma sin la mujer y el papel
que esta desempeña. La mujer es imprescindible para la Iglesia. María, una
mujer, es más importante que los obispos. Digo esto porque no hay que confundir
la función con la dignidad”.
“… profundizar
más en la figura de la mujer en la Iglesia. Hay que trabajar más hasta elaborar
una teología profunda de la mujer. Solo tras haberlo hecho podremos reflexionar
mejor sobre su función dentro de la Iglesia”. “En los lugares donde se toman
las decisiones importantes es necesario el genio femenino. Afrontamos hoy este
desafío: reflexionar sobre el puesto específico de la mujer incluso allí donde
se ejercita la autoridad en los varios ámbitos de la Iglesia”.
La Iglesia
Una Iglesia “casa de todos, no una capillita en la que
cabe solo un grupito de personas selectas. No podemos reducir el seno de la
Iglesia universal a un nido protector de nuestra mediocridad”.
“Veo con claridad que lo que la Iglesia necesita con
mayor urgencia hoy es una capacidad de curar heridas y dar calor a los
corazones de los fieles, cercanía, proximidad. Veo a la Iglesia como un
hospital de campaña tras una batalla. ¡Qué inútil es preguntarle a un herido si
tiene altos el colesterol o el azúcar! Hay que curarle las heridas. Ya
hablaremos luego del resto. Curar heridas, curar heridas… Y hay que comenzar
por lo más elemental”.
“El pueblo de Dios necesita pastores y no funcionarios
‘clérigos de despacho’. Los obispos, especialmente, han de ser hombres capaces
de apoyar con paciencia los pasos de Dios en su pueblo, de modo que nadie quede
atrás, así como de acompañar al rebaño, con su olfato para encontrar veredas
nuevas”.
“Una Iglesia que se encarne con el pueblo, pero de
verdad. “Cuando se habla de problemas sociales, una cosa es reunirse a estudiar
el problema de la droga de una villa miseria, y otra cosa es ir allí, vivir
allí y captar el problema desde dentro y estudiarlo”.
“La palabra ‘inserción’ es peligrosa, porque algunos
religiosos la han tomado como una moda, y han sucedido desastres por falta de
discernimiento. Pero es verdaderamente importante”.
La reforma
de la Curia.
“Los dicasterios romanos están al servicio del Papa y
de los obispos: tienen que ayudar a las Iglesias particulares y a las
conferencias episcopales. Son instancias de ayuda. Pero, en algunos casos,
cuando no son bien entendidos, corren peligro de convertirse en organismos de
censura”.
“Impresiona ver las denuncias de falta de ortodoxia
que llegan a Roma. Pienso que quien debe estudiar los casos son las
conferencias episcopales locales, a las que Roma puede servir de valiosa ayuda.
La verdad es que los casos se tratan mejor sobre el terreno. Los dicasterios
romanos son mediadores, no intermediarios ni gestores”.
“el papa
Benedicto realizó un acto de santidad, de grandeza y de humildad. Es un hombre
de Dios”. Quiero “proseguir la reflexión sobre cómo ejercer el primado petrino
que inició ya en 2007 la Comisión Mixta y que condujo a la firma del Documento
de Rávena. Hay que seguir esta vía”.
“Mi gobierno
como jesuita, al comienzo, adolecía de muchos defectos…Mi forma autoritaria y
rápida de tomar decisiones me ha llevado a tener problemas serios y a ser
acusado de ultraconservador. Tuve un momento de gran crisis interior estando en
Córdoba. No habré sido ciertamente como la beata Imelda, pero jamás he sido de
derechas”.
Buen provecho.