Iglesia de San
Miguel de Sucumbíos (ISAMIS)
En el contexto de la celebración de los 25 años de la
Pascua de Mons. Leonidas Proaño compartimos la celebración de la XXVI APD.
Continuando con la tradición de nuestra Iglesia de San Miguel de Sucumbíos,
asumida por las orientaciones emanadas de las Conferencias Episcopales Latinoamericana
de generar estructuras de comunión y participación, renovamos nuestro
compromiso pastoral con la oración, la liturgia y la celebración de nuestra fe
como comunidad diocesana, a la vez que reflexionamos críticamente nuestra
acción pastoral como Iglesia, a pesar de encontrarnos inmersos en una
experiencia pascual de conflicto, y precisamente porque la tarea es encontrar
caminos alternativos.
La XXVI Asamblea Diocesana de Pastoral, se realizó durante
los días 22 al 24 de agosto, una vez más en nuestro histórico kiosko, con la
participación de 120 agentes de pastoral y representantes de todas las
pastorales, carismas, grupos apostólicos y movimientos, convocados y presididos
por Mons. Paolo Mietto, Administrador Apostólico del Vicariato de Sucumbíos.
Fueron días intensos y no
exentos de momentos de tensión, -como en otras ocasiones en esta Iglesia-, en
los que se fue desarrollando la temática prevista para estas ocasiones,
siguiendo nuestra metodología del Ver, Juzgar y Actuar. El primer día dedicado al Ver que estuvo marcado por la Evaluación
del Año Pastoral 2012-2013. Fueron presentadas las evaluaciones procedentes de
las diferentes Unidades Pastorales (Indígena, Negra, Campesina y Urbana),
recogidas de las trabajadas en las diferentes zonas y/o parroquias en el último mes. Se evaluaron las líneas
pastorales de Evangelización y Social para alcanzar el Objetivo General del
Plan Diocesano de Pastoral vigente: “Lograr una Iglesia viva
y misionera que impulse una nueva evangelización, liberadora e inculturada,
que, desde una vivencia profunda de fe en el Dios de la Vida, desarrolle
pastorales en las diferentes culturas y anime a las comunidades, en el compromiso para la
realización de un mundo alternativo, coherente con el Reino de Dios”. En este trabajo nos detuvimos especialmente en el
análisis de las propuestas.
El segundo día estuvo centrado
en el Juzgar o Iluminación.
Para el desarrollo de este paso fuimos acompañados una vez más por Mons. Jesús
Esteban Sádaba, Obispo del Vicariato vecino de Aguarico. El interesante tema
expuesto despertó profundas reflexiones. Por eso, lo presentaremos próximamente
en otro artículo. Y en este mismo día, una vez más en un nuevo esfuerzo por
avanzar en la reconciliación que requiere nuestra Iglesia, en un clima
litúrgico de la celebración de la Eucaristía, realizamos la evaluación del
Proceso de Perdón y Reconciliación nuestra Iglesia propuesto como eje
transversal en la Asamblea Diocesana de Pastoral del año pasado. También
presentaremos sus resultados posteriormente en otro artículo.
El tercer día estuvo marcado por
el Actuar y esto se concretó
en la Programación del próximo año pastoral 2013-2014. Previamente se realizó
una celebración de la Eucaristía como preparación para concluir nuestra
Asamblea. La riqueza de los acuerdos de la programación se expresa en acciones
para sus diferentes líneas pastorales que socializaremos más adelante. Señalamos
por su importancia uno de los acuerdos de la Asamblea Diocesana Ordinaria 2013:
la realización de una Asamblea Diocesana Extraordinaria, sobre el tema de la
economía del Vicariato, este mismo año, el día 28 de septiembre próximo, inmediatamente
después de la Asamblea de Equipos Misioneros de Vida.
De todos estos momentos, aportes, contenidos, debates
y acuerdos de gran riqueza en la Asamblea Diocesana, por su amplitud y
diversidad, y de otros acontecimientos que pusieron notas discordantes del
espíritu de comunión eclesial, daremos cuenta en otras notas siguientes. Esto hará
visible la situación compleja de nuestra Iglesia y realidades de implementación
de una Iglesia paralela. Mientras tanto, una vez más, concluyamos en sintonía
con la celebración de los 25 años de la pascua de Mons. Leonidas Proaño, quien
acompañó como persona y pastor de nuestra Iglesia hermana de Riobamba: “Creo en
el hombre y en la Comunidad”.