viernes, 24 de enero de 2014

SEMANA DE ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS.


El 25 de enero, es la fiesta de la Conversión de San Pablo, por eso es la referencia de la jornada “Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos” que se realiza del 18 al 25 de enero, organizado por las iglesias cristianas. Este año la Jornada tiene como lema: ¿Es que Cristo está dividido? (1 Cor. 1, 1-17).

Al respecto el Papa Francisco en la catequesis de la audiencia del pasado 22 de enero, nos exhorta lo siguiente:

“Ciertamente Cristo no ha sido dividido. Pero debemos reconocer sinceramente, con dolor, que nuestras comunidades siguen viviendo divisiones que son de escándalo. La división entre nosotros los cristianos es un escándalo, no hay otra palabra, es un escándalo. «Cada uno de vosotros – escribía el Apóstol – dice: «Yo soy de Pablo», «Yo en cambio soy de Apolo», «Yo soy de Cefas», «Yo soy de Cristo» (1,12). Tampoco los que profesaban a Cristo como su cabeza son aplaudidos por Pablo, porque usaban el nombre de Cristo para separarse de los demás dentro de la comunidad cristiana. ¡Pero el nombre de Cristo crea comunión y unidad, no división! Él ha venido a hacer comunión entre nosotros, no para dividirnos. El Bautismo y la Cruz son elementos centrales del discipulado cristiano que tenemos en común. Las divisiones en cambio debilitan la credibilidad y la eficacia de nuestro compromiso de evangelización y corren el riesgo de vaciar a la Cruz de su poder (cfr 1,17). Pablo riñe a los corintios por sus disputas, pero también da gracias al Señor «con motivo de la gracia de Dios que os ha sido dada en Cristo Jesús, porque en él habéis sido enriquecidos con todos los dones, los de la palabra y los del conocimiento» (1,4-5). Estas palabras de Pablo no son una simple formalidad, sino el signo que él ve ante todo – y por esto se alegra sinceramente – los dones hechos por Dios a la comunidad. Esta actitud del Apóstol es un aliento para nosotros y para cada comunidad cristiana a reconocer con alegría los dones de Dios presentes en otras comunidades. A pesar del sufrimiento de las divisiones, que por desgracia aún permanecen, acojamos las palabras de Pablo como una invitación a alegrarnos sinceramente por las gracias concedidas por Dios a otros cristianos. Tenemos el mismo bautismo, el mismo Espíritu Santo que nos concede las gracias. Reconozcámoslo y alegrémonos. Es hermoso reconocer la gracia con la que Dios nos bendice y, aún más, encontrar en otros cristianos algo que necesitamos, algo que podríamos recibir como un don de nuestros hermanos y de nuestras hermanas. El grupo canadiense que ha preparado los subsidios de esta Semana de oración no ha invitado a las comunidades a pensar en lo que podrían dar a sus vecinos cristianos, sino que las exhorta a encontrarse para comprender lo que todas pueden recibir a su vez de las demás. Esto requiere algo más. Requiere mucha oración, requiere humildad, requiere reflexión y continua conversión. Vayamos adelante en este camino rezando por la unidad de los cristianos, para que este escándalo disminuya y no se dé más entre nosotros. Gracias”

La Agenda Litúrgica de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, al respecto sobre esta Semana nos orienta:

“La Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos debería celebrarse con verdadero espíritu de fe en la Oración que Jesús pronunció en la Última Cena: QUE TODOS SEAN UNO. No podemos permanecer insensibles ante el escándalo que los que creen en Cristo están dando al mundo entero; la división es fruto del pecado y se podrá remediar solo cuando haya plena conformidad de parte de todos con el Plan de Salvación que nos ha propuesto Cristo Jesús.

La Semana ecuménica puede celebrarse también con signos que manifiesten el afán de los católicos por la unidad de los cristianos, promoviendo momentos de oración, de reflexión y, hasta donde sea posible, de diálogo. No se olvide además, que el tema de la Unidad será oportuno volverlo oración, también durante las vigilias orantes que se promuevan por la noche del Jueves Santo y la vigilia de Pentecostés”.

Cómo vemos los esfuerzos por la unidad están presentes en nuestra Iglesia Católica junto a otras confesiones cristianas, y se asume como un escándalo las rupturas ocurridas en la historia como las que se siguen dando en la actualidad. Es una iniciativa ecuménica que se viene realizando desde hace más de cien años, con el propósito de avanzar en el deseo de Jesús “que todos sean uno” Jn. 17, 21.!Que contradictorio! Mientras se hacen grandes esfuerzos de unidad a nivel de las altas esferas de nuestra Iglesia con otras Iglesias, por otra parte se alimente y se mantenga divisiones al interior de una Iglesia Local.

En nuestra Iglesia de Sucumbíos siempre estuvo presente esta dimensión ecuménica y pluralista tanto para la oración como para la acción, igualmente hemos estado dispuestos al diálogo interreligioso. Y se expresa en la riqueza de procesos en las diferentes pastorales en una unidad enriquecedora. Pero igualmente, aunque en nuestro medio no se tiene la presencia fuerte de iglesias históricas, sin embargo, siempre ha habido una actitud de respeto con otras iglesias o grupos religiosos presentes en nuestro medio.

La oración brota de la Vida, de la realidad. Por eso, el apóstol Pablo al orar la requerida unidad de la comunidad de Corinto, comienza denunciando las divisiones internas. Actualmente, el Papa Francisco señala el escándalo que significa la división de los cristianos hoy. Este escándalo es la división visible en nuestra Iglesia en Sucumbíos. Pero aquí no podemos hablar de los cristianos en general, sino de los católicos, dado que los católicos no somos los únicos cristianos como por ahí se cree, sino una parte del mundo cristiano. Lo muy raro de esta división de los católicos, es que es producto situaciones internas hasta ahora no resueltas ni fraternal ni evangélicamente. Ciertamente es un escándalo. No es suficiente decir un slogan ser “Casa y Escuela de Comunión”, es necesario un compromiso serio, responsable acompañado de la fuerza de la oración, porque la vida se vuelve oración.

Y que importante esta Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, (en nuestro caso por lo menos empecemos por la unidad de los católicos), cuando los católicos de la Iglesia de Sucumbíos seguimos divididos con unos apostando por la unidad otros acusando y condenando, pero con este contexto estamos en víspera de la posesión de Mons. Celmo como nuevo Obispo titular de la Iglesia de San Miguel de Sucumbíos. Abrazamos con esperanza este Momento Nuevo para la UNIDAD. El Obispo tiene el ministerio de la Unidad, él es el símbolo de la unidad. ¡Qué grande desafío! Pero todo es posible con la asistencia del Espíritu Santo. Esa Iglesia una, que tenga un mismo pensar y sentir en el Señor expresado en la orientación del plan pastoral de conjunto.

Una vez más elevamos nuestra oración por la unidad de los cristianos del mundo entero y especialmente por todos los católicos de Sucumbíos y los cristianos del mundo entero. Desde la Vigilia Permanente oramos por la unidad para volver a ser “Casa y escuela de Comunión”.

¡BIENVENIDO DOM CELMO A FORTALECER NUESTRA UNIDAD!!

¡BEN VINDO PARA FORTALECER NOSSA COM - UNIDADE!!!