martes, 28 de enero de 2014

UNA FIESTA CON OLOR A OVEJA

1º de febrero 2014


“esto os pido: sed pastores con «olor a oveja», que eso se note”

Francisco, Misa Crismal, Jueves Santo 2013

Y avanzan los preparativos de la Posesión de Mons. Celmo. Ya se siente el ambiente de fiesta en nuestra Iglesia de San Miguel de Sucumbíos. A pocos días de este histórico evento, la Iglesia Local a través de las comisiones presididas por Mons. Mietto, sigue full preparación.

La Semana de Oración por la Unidad de los cristianos nos ha servido como preámbulo muy realista de la cruda verdad de división que existe en nuestra Iglesia a estas alturas. Sin embargo, es más nuestro empeño por seguir trabajando por la restablecer la Unidad de nuestra Iglesia.

La actividad comunitaria de los tamales, para aportar en el financiamiento del almuerzo comunitario en la posesión, fue ya un anticipo de la fiesta. Gracias Señor.

Y seguimos preparándonos. Preparamos nuestro corazón, nuestro espíritu. Por eso, la Vigilia Permanente invita a un Triduo de Oración para este Momento Nuevo. El Triduo será el próximo miércoles 29 en el Divino Niño, jueves 30 en Sta. Ana – Sur y, el viernes 31 de enero en el Norte, a las 19:00 h. con la temática de la Iglesia, los Ministerios y el Ministerio episcopal y, el Reino respectivamente. Les invitamos a participar desde su lugar donde estén, y como siempre con la lámpara encendida en nuestras manos.

Ahora les invitamos a disfrutar del numeral 31 de la Exhortación Apostólica Evangelee gaudium del Papa Francisco, sobre el ministerio del Obispo:

31. El obispo siempre debe fomentar la comunión misionera en su Iglesia diocesana siguiendo el ideal de las primeras comunidades cristianas, donde los creyentes tenían un solo corazón y una sola alma (cf. Hch 4,32). Para eso, a veces estará delante para indicar el camino y cuidar la esperanza del pueblo, otras veces estará simplemente en medio de todos con su cercanía sencilla y misericordiosa, y en ocasiones deberá caminar detrás del pueblo para ayudar a los rezagados y, sobre todo, porque el rebaño mismo tiene su olfato para encontrar nuevos caminos. En su misión de fomentar una comunión dinámica, abierta y misionera, tendrá que alentar y procurar la maduración de los mecanismos de participación que propone el Código de Derecho Canónico34 y otras formas de diálogo pastoral, con el deseo de escuchar a todos y no sólo a algunos que le acaricien los oídos. Pero el objetivo de estos procesos participativos no será principalmente la organización eclesial, sino el sueño misionero de llegar a todos.