domingo, 22 de abril de 2012

A PROPÓSITO DE JESÚS RESUCITADO


Entonces, les abrió la inteligencia para que comprendieran la Escritura. (Lc 24,45)

El Resucitado no se rinde. Va de aparición en aparición con el fin de abrir el entendimiento para que esos hombres y mujeres asustados comprendan la Escritura. ¿Será que todos los males nos vienen por no entender la Escritura con la verdad que el Resucitado revela? 

Porque de entender a entender va mucho. Y eso tiene consecuencias. Hay quien entiende la Palabra dejando intactas las motivaciones y acciones más oscuras. Un ejemplo lo tenemos en la parafernalia del señor Bush cuando en nombre de la Trinidad, invadió Irak. Hay quien se refugia en la Palabra de Dios para no dejarse tocar o afectar por la vida ni por el sufrimiento ajeno, ni por nada que moleste o cuestione sus propios planes. Es el caso de aquellos y aquellas personas de iglesia que condicionan la escucha y atención de las personas al horario establecido. Y hay quienes en nombre de cierta ortodoxia, la utilizan de manera descontextualizada para afirmarse en lo que previamente creen y organizan.

Una vez en la misa, un curita leyó aquel pasaje del evangelio donde Jesús decía: los publicanos y las prostitutas les precederán en el reino de los cielos. La afirmación no daba lugar a dudas. Sin embargo, cuando tocó comentar aquella palabra, el padrecito dijo: “claro que nos precederán las prostitutas, pero cuando se conviertan”. Sin comentarios.

Es por esta razón por la cual Lucas no deja de cuestionarnos con su evangelio. El Jesús Resucitado no se cansa de decir lo mismo. A ver si ahora todo consiste en abrir el entendimiento. Cuando la realidad pesa, es preferible no recordar. En el cristianismo es justo al revés. Como la realidad de la muerte del inocente Jesús pesaba tanto, no era posible “entenderla” sino mirando hacia atrás, en la propia historia del pueblo, en la propia historia de salvación y en los designios de Dios.  Ahí el mismo Resucitado era el que enseñaba la clave para recuperar la paz de espíritu. El mismo Resucitado alentaba a la comunidad  naciente a mantenerse y fundamentarse en la experiencia vivida, que mirase la historia y construyese el presente.

¿Tendrá también el Resucitado una Palabra de paz y vida para la Iglesia de San Miguel de Sucumbíos? ¿Le diría que se mantuviera sin defensas y humildemente en lo que ha experimentado, visto y oído?