Algunos sacerdotes conocedores de la agresión en puerto Aguarico hacemos
causa comun con ustedes por la paz fraterna; enviamos carta a Obispos
oferentes de colaboración para revisar la selección de sus emviados,
consignas o retirarlos.
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Ambato,
23 de Julio del 20l2
Excelentísimos
señores Obispos:
Monseñor
Antonio Arregui Yarza: Arzobispo de Guayaquil
Monseñor
Fausto Trávez Trávez : Arzobispo de Quito
Monseñor
Válter Darío Maggi
Monseñor
Julio Parrilla Días
Algunos sacerdotes de la diócesis de Ambato muy respetuosamente acudimos a Ustedes que
sin dudar con intenciones evangélicas enviaron “sacerdotes colaboradores” a la
Iglesia de Sucumbíos; con ocasión del vergonzoso acontecimiento del 11 de Julio
en Puerto Aguarico, cuando gentes al grito de “Vivan los Heraldos” arremetieron con amenaza de criminal
linchamiento a hermanos que con sus propios sacerdotes, en una casa particular
oraban con el rosario en la novena a Nuestra Señora del Carmen y recordaban con
gratitud al gran misionero P. Jesús Arroyo.
Dijo el Señor Jesús
Mt. 7;19 “El árbol
se conoce por sus frutos”
Jn. 13;35 “Así
reconocerán todos que ustedes son mis discípulos, si se aman los unos a los
otros”
Jn. 15;17 “Yo les ordeno esto: que se amen los unos a
los otros”
Puerto Aguarico, era el lugar de mayor influjo de los
Heraldos del Evangelio, es la parroquia dirigida por un sacerdote “colaborador”; en este lugar se cultiva
odio, venganza y en frase de los atacantes “orden
de no dejar entrar a esa gente”, la gente que en unidad con la autoridad
legítima Monseñor Mieto, apóstol de reconciliación y de los sacerdotes propios
de esa Iglesia, que sólo buscan reconstruir la caridad fraterna existente antes
de la llegada inconsulta de agentes de pastoral completamente ajenos y de
mentalidad probadamente contraria a la vivencia de fe, según el Vaticano II y
las conferencias Episcopales latinoamericanas y del Caribe.
Los frutos del
trabajo realizado por Heraldos y por los “sacerdotes
colaboradores” están claros: odio, venganza, rechazo a la llamada a la
unidad cristiana, amenaza de asesinato a ancianos ,niños ,mujeres unidos en
oración en una casa particular, según se evidencia en cumplimiento de consignas
exteriores. Actitud aprobada por el “blog
Heraldo” inmediatamente realizada al criminal intento de asesinato.
La luchas por la salida de Heraldos, era una lucha por
defensa de la unidad eclesial, que desde el comienzo estuvo amenazada. Nos
consta el esfuerzo de los sacerdotes de Sucumbíos por evitar toda violencia,
provocada por la actitud de los nuevos agentes de pastoral y la actitud actual
junto con su Obispo Mons. Mieto de diálogo, entendimiento, reconciliación en el
respeto a las legítimas aspiraciones según el evangelio.
Rogamos Señores Obispos anhelantes del cumplimiento
básico del Señor Jesús la vivencia del amor como El nos ha amado y la señal de
ser sus discípulos: “si se aman los unos
a los otros”, revisar la selección de sus enviados, de las consignas dadas
y de las actitudes hoy vividas. Si no hay posibilidad de entendimiento eclesial
retirar a los colaboradores que solo están colaborando en la división
escandalosa, violenta y por tanto nada cristiana en el seno de la Iglesia. Opus
Dei, Comunión y Liberación, tradicionalismo están a prueba y ante la mirada de
la Iglesia y de la sociedad pero sobre todo ante los ojos misericordiosos del
Dios que es amor.
Por sacerdotes de
Ambato, cuya lista guardamos para ofrecerla con responsabilidad.