Quienes hacemos el Consejo Pastoral, Equipo
Misionero, comunidades cristianas, y ministerios de la Zona Coca Guanta, ante
lo que viene ocurriendo en nuestra Zona y en nuestra Iglesia de Sucumbíos,
hacemos pública nuestra situación, de manera especial por la amenaza a la que nos
exponemos lo ocurrido el pasado 11 de julio en Puerto Aguarico.
Desde el pasado mes de marzo el sacerdote
colaborador Ricardo Ruiz, de la Diócesis de Ibarra, fue asignado a nuestra Zona
por Mons. Paolo Mietto, Administrador Apostólico de nuestro Vicariato
Apostólico de San Miguel de Sucumbíos.
Desde el principio estuvimos con expectativa
por tener el apoyo de un sacerdote para fortalecer nuestro trabajo pastoral que
venimos sosteniendo por largos años en las comunidades. Sin embargo, también
conocíamos que desde que llegó a Sucumbíos, continuó un trabajo paralelo
iniciado por los Heraldos del Evangelio, atendiendo dos comunidades, Puerto
Aguarico y La Pampa, de la Parroquia Santa Ana en el Sector Sur de la ciudad de
Lago Agrio, donde son responsables las Hermanas Anitas y hasta el día de hoy no
hizo nada por reconciliar.
Entre las acciones desplegadas desde su
llegada señalamos que de entrada empezó con visitar lugares que no estaban participando
de la coordinación zonal, dejando ya entrever su nada ingenua intencionalidad.
Ha fomentado un sacramentalismo de bautismos facilitos, misas por su cuenta sin
ninguna programación con el Equipo Misionero, como estamos acostumbrados.
Hace parte de su estilo el llenar de mentiras
y calumnias a la gente que visita por su lado, para así ganarse a la gente y
ponerla en contra del Equipo Misionero, el Consejo Pastoral e incluso poniendo
en contra de los sacerdotes diocesanos incardinados y los carmelitas que ya no
están.
Todo demuestra un trabajo paralelo porque
nunca se interesó ni se interesa por realizar una acción pastoral coordinada en
equipo ya que no participa de nuestras reuniones, convivencias, celebraciones y
otras actividades, más bien su trabajo es en solitario. Tampoco ha mostrado
interés por participar de coordinaciones de la Unidad Pastoral Campesina y a
nivel diocesano. Clara muestra de una Iglesia paralela. No es un agente de
unidad y reconciliación, sino de
división.
Estas anomalías hemos dado a conocer
oportunamente en nuestros espacios de coordinación de la Unidad Pastoral
Campesina. Mons. Paolo Mietto, igualmente ha sido informado y tomado acuerdos
conjuntamente, pero no hay manera que se respeten por parte del P. Ricardo, porque
seguramente alguien le respalda y, decimos que ya nos hemos cansado y no
confiamos en su buena voluntad. Por eso hemos procedido a hacer pública también
nuestra denuncia. Porque relacionados los hechos evidentes en otros lugares de
nuestro Vicariato y tanto del P. Ricardo como de los demás colaboradores, está
por demás comprobado que están cumpliendo una consigna de destruir nuestra
Iglesia.
Lo ocurrido en Puerto Aguarico nos dice que un
futuro violento inmediato nos espera, sino se hace algo para solucionar
nuestras propuestas manifestadas tantas veces.
La violencia está muy cerca tras las apariencias religiosas de buena
voluntad. Por eso nos solidarizamos con nuestros hermanos y hermanas que fueron
violentados el pasado 11 de julio, especialmente con nuestros sacerdotes
diocesanos incardinados que están perseguidos como delincuentes. Hacemos un
llamado a todas las comunidades y zonas pastorales en que unamos en una sola
denuncia pública todos los atropellos que hemos venido soportando, y que hemos
tenido paciencia para esperarles que cambien, pero más bien tienen la habilidad
de mentir sin ningún cargo de conciencia.
Por lo expuesto anteriormente, pedimos públicamente
porque ya lo hemos hecho personalmente a Mons. Mietto y hasta ahora no hay
solución, urgentemente el retiro del P.
Ricardo, antes de que la violencia empañe nuestra Zona.
Queremos que nos envíen sacerdotes misioneros con espíritu de pobre, de comunidad,
sencillez y amor como nos enseñó Jesús en su Evangelio, así mismo Mons.
Gonzalo, que anhelamos tenerle presente entre nosotros en nuestra Iglesia de
Sucumbíos.
Agradecemos a Mons. Paolo Mietto acoja nuestra
petición solicitada, para así poder vivir en sana paz y unidad al servicio del
Reino en Comunidad. Permaneceremos vigilantes y tenemos la certeza que se hará
realidad.
Porque, “No
se puede sepultar la luz, no se puede sepultar la VIDA”
Vía Coca, 22 de julio 2012
Sra. Silvia Chávez
Diá. Hugo Cevallos
Presidente Consejo Pastoral Equipo Misionero
Sr. Fidel
Nieves
Diá. Walter Pezántes
Secretario Consejo
Pastoral
Equipo Misionero