IGLESIA DEL
AZUAY - VICARÍA ORIENTAL
Los
Agentes de pastoral de la Vicaría Oriental de la Iglesia del Azuay (laicos,
hombres y mujeres, religiosas y sacerdotes), reunidos en asamblea general de
evaluación y planificación de nuestro caminar pastoral los días 12 y 13 de
julio del presente año, y ante los
acontecimientos que siguen suscitándose en la hermana Iglesia de Sucumbíos
(ISAMIS), después de reflexionar y compartir los últimos acontecimientos,
expresamos lo siguiente:
1.
Afirmamos nuestro compromiso con el proyecto histórico de Dios que es el Reino
de justicia, amor y paz. Esto nos lleva a radicalizar nuestro compromiso con
los empobrecidos de la tierra, a visualizar el rostro de una Iglesia pobre,
profética, comunitaria y en permanente defensa de la vida y búsqueda de la
justicia para todas y todos. En este caminar sentimos la presencia dinámica de
Jesús, el Señor de la Vida, el Dios caminante y solidario, el amigo que no
falla y que nos pide fidelidad al proyecto, al Evangelio, a los pobres y a la
comunidad. Esta es la fuerza que nos anima y nos une al caminar de las Iglesias
hermanas y entre ellas ISAMIS.
2.
Nos solidarizamos con las comunidades, las organizaciones sociales, las y los
agentes de pastoral, los sacerdotes, con Monseñor Mieto y la congregación de
Misioneros Carmelitas por el fallecimiento del Padre JESÚS ARROYO (misionero
entregado, sacerdote solidario, evangelizador de los pobres, compañero de las
organizaciones, profeta de la verdad, incansable luchador por la justicia,
revelador del rostro de Dios Amor); su partida física entristece y duele, pero
su presencia con el Resucitado ahora es más real y permanente; que su espíritu
siga acompañando el caminar de las comunidades y el resurgir de ISAMIS como lo
vivieron el martes tres de Julio en la celebración de resurrección, realizada
en su memoria.
3.
Condenamos las acciones violentas que se han dado en contra de dos sacerdotes y
un grupo de personas que participaban de la Novena a la Virgen del Carmen el
día miércoles 11 del presente mes en la noche. Estas actitudes son contrarias a
la vida, a la unidad, a la paz, al Evangelio y por ende contradicen el espíritu
cristiano que supuestamente mueve a los agresores.
4.
Exhortamos a las autoridades de la Iglesia Católica a actuar de manera
inmediata para que ya se depongan actitudes reñidas con el Evangelio
comunitario y liberador de Jesucristo, porque ni los Heraldos, ni los hermanos
carismáticos, ni ningún otro movimiento u otros entes que actúan en las sombras
de la noche o que persiguen otros intereses, están por encima del Evangelio que
es llamado a la conversión, fuerza de transformación, camino de comunión y
energía de liberación.
5.
Aspiramos a que los últimos acontecimientos ocurridos en contra de los hermanos
y hermanas, se convierta para las comunidades en fuerza de resistencia activa
para que sigan como pueblo caminante en al tarea de hacer realidad el sueño de
Dios que es el sueño de los pobres, de ver un mundo nuevo, habitado por hombres
y mujeres nuevas que viven la solidaridad en una realidad de vida donde impere
la unidad, la igualdad, el respeto y la justicia para todos y todas.
6.
Nos mantendremos vigilantes para seguir tejiendo lazos de fraternidad y que en
ninguna otra diócesis se vuelvan a repetir los tristes acontecimientos que
siguen ensombreciendo el caminar de la Iglesia de Sucumbíos, bajo la mirada
justificadora o indiferente de ciertos hombres de Iglesia.
Por
último, acudimos al Dios de la Vida para pedirle que siga acompañando el
caminar de las Iglesias comprometidas con su causa: el Reino, con las
comunidades, con los hombres y mujeres violentados en sus derechos. Que la
fuerza del Espíritu que sopla donde hay compromiso verdadero con el Evangelio y
con los predilectos de su amor, hoy más que nunca se convierta en un huracán
que llegue a todos los rincones de la Iglesia ecuatoriana y universal y ayude a
purificar el ambiente ensombrecido por ciertos comportamientos autoritarios y
nada evangélicos.
Necesitamos en nuestra Iglesia un nuevo pentecostés,
porque aunque no es tiempo propicio para avanzar, sin embargo debemos tener la
capacidad y la fortaleza para resistir y no retroceder y en eso ustedes
hermanas y hermanos de ISAMIS nos han dado ejemplo y el Evangelio y las
comunidades les están dando la razón.
Unidos
por un mismo objetivo, solidarios en una misma causa, movidos por el mismo
espíritu y acompañados por el único Dios caminante, terminamos diciendo con
Jesús: “Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has
mantenido ocultas estas cosas a los sabios y entendidos y las haz rebelado a la
gente sencilla. Sí, Padre, pues así fue de tu agrado” (Mt. 11, 25).
Con
un abrazo solidario: