jueves, 19 de diciembre de 2013

GRACIAS MAGDALENA POR TU ENTREGA, POR TU SERVICIO

 
Magdalena Blazer dejó su patria Suiza en el año 1976 para trabajar con los indígenas Awá en Colombia y Ecuador. Hace 18 años llegó a nuestro Vicariato y ya son 17 años de acompañar al Pueblo Cofán y ha podido conocer, al menos en algo, su mundo misterioso y sagrado.

En su caminar por la selva, por las comunidades y pasando muchos días en sus casas, Magdalena ha sido parte de la Pastoral Indígena del Vicariato de San Miguel de Sucumbíos – ISAMIS, junto con otros misioneros y misioneras (Carmelitas, Capuchinos, Lauritas, Carmelitas del Sagrado Corazón, Maristas y Laic@s), que han compartido su vida con las nacionalidades indígenas en la Provincia de Sucumbíos: Siona, Secoya, Shuar y Quichua.

El Pueblo Cofán en Sucumbíos son los originarios de estas tierra y a pesar de esto son una de las minorías de los pueblos indígena. Sólo suma unas varias centenas de personas, distribuidas en 11 Comunidades.

“Magda”, como la llamamos familiarmente, contribuyó con varios libros y folletos en la Pastoral Indígena.

Transcribimos la presentación del Catecismo para los Cofanes, producido por Magda. Esta presentación realizada por Claudino Blanco Pisabarro nos permite intuir la experiencia de los misioner@s que se acercan con respeto y cariño a estos pueblos originarios, para compartir la vida siguiendo el ejemplo de Jesús.

“Magdalena me pide que haga una presentación de este librito y no se me ha ocurrido cosa mejor que estos versos nacidos hace tiempo al calor de la chucula. Cuando hace unos años llegué donde ustedes me dijeron que era importante entrar “en silencio y con los pies descalzos” y así lo hice. En silencio escuché murmullos de sus sufrimientos, de sus desalientos, de sus miedos; pero también de su dignidad, de sus esperanzas y de su entereza. En mis pies, al pisar la frescura de la tierra que nos sostiene, me sentí acogido y aliviado. Entre ustedes, en la acogida que me brindaron, en la comprensión que me dieron, en las palabras respetuosas de los mayores, en sus consejos, en el cuidado de la familia propia, descubrí la presencia del Dios que nos acoge y nos acompaña en los caminos.

Nosotros somos personas religiosas; quiero decir, que somos personas a las que nos gusta más juntar que separar, sumar que dividir, soñar que desesperar; personas que saben que el nombre primero de Dios es justicia, que su apellido es liberación y su apodo cercanía amorosa. Jesús de Nazaret era una persona especialmente religiosa. De él voy aprendiendo a descubrir a Dios en el “sagrado libro de la vida”. Creo que las personas religiosas podemos ser expertos en eso. El libro que tenemos entre las manos tiene muchos elementos tomados de la vida, por eso pienso que puede ser una buena ayuda.

Avujatssi gi va’ttini canjen, solía decir cuando llegaba donde ustedes. Lo repito ahora, si estos papeles pueden ser una forma de visitarles. Que estén bien y que los disfruten.”

Una vez más gracias Magda, y que el Señor te bendiga en tu nueva misión.