domingo, 29 de diciembre de 2013

LA DECISIÓN ES VIVIR

Mt 2,13-15.19-23
 
Para José, María y Jesús ser familia en medio de la amenaza y persecución significa tomar la decisión de vivir. Vivir frente al poder del opresor que quiere aniquilarlos. Vuelven a Egipto para encontrar respuestas, porque el faraón está en la Tierra Prometida. Por lo tanto, si quieren vivir tienen que moverse, huir, desprenderse, dejar atrás y estar atentos a las circunstancias, para que cuando cambien, regresar. ¿Quién les sugiere? Por supuesto el Espíritu de Dios Hecho Carne que les acompaña. No tienen más mérito que el de reconocer y obedecer a esa sugerencia que ya estuvo en Moisés y en todo el pueblo.
 
Pensemos en tantas familias desplazadas y refugiadas por el conflicto en Colombia, o de la ocupación y el asedio de Israel hacia el pueblo palestino. Es el poder de la Vida y la decisión de vivir en la gente que es perseguida, que huye, que busca refugio, que lucha por el pan cotidiano, que ansía un lugar mejor, que se mantiene, que busca estabilidad con el sueño de un empleo digno, el que se está manifestando a todas horas. La solidaridad con ellos y ellas es la señal de nuestra cercanía al Dios de Jesús. Ojalá estemos en condiciones de sintonizar y acercarnos a ellos y ellas para que Dios nos conceda esa gracia de Buena Noticia.
 
Se hacen muchos diagnósticos sobre la situación actual de la familia, se presentan modelos distintos de familias y conferencias episcopales de todo el mundo están invirtiendo muchos recursos en lo que llaman “defensa de la familia y de la vida” pero en realidad, el tema sigue siendo conflictivo. Por un lado, la postura beligerante o dogmática en torno al tema de la familia no tiene futuro, por otro, las situaciones familiares son tan complejas, diversas y heterogéneas, que requieren un tratamiento adecuado. Si no se da, no se evangeliza por mucho ruido que se haga.
 
Quizás por esto, la preocupación más repetida del Papa Francisco en las 38 preguntas a los obispos ante el Sínodo de la Familia en 2014 sea acerca del tratamiento pastoral que se está haciendo en las distintas situaciones. Parece que el Papa apunta a que los/as evangelizadores/as hagan una reflexión sobre su modo de acercarse a la familia. Y es que los análisis y las estadísticas no llevan a ningún sitio si no hay un cuestionamiento y una mirada hacia el interior y una práctica coherente con lo que está pasando a nuestro alrededor.
 
Esto nos conecta directamente con la Palabra y celebración de hoy de la Sagrada Familia. Toca cuestionarnos si estamos en cercanía y sintonía con todas esas familias que conocemos y que siguen decidiendo vivir a pesar de la confrontación cotidiana de los poderes opresores que las cuestionan o las persiguen de mil formas, porque ahí estará el Dios con nosotros. Y toca también tomarnos el pulso sobre la capacidad que tenemos para movernos, huir de lo malo, protegernos mutuamente, buscar vida y esperar a que cambien las circunstancias y se vayan los peligros para volver a la tierra. Entonces, seguro tendremos nuevas luces para responder a los cuestionamientos de la familia.