El proyecto del pueblo elegido de Israel ha fracasado, La monarquía se ha impuesto. Han traicionado la alianza sellada para ser Pueblo de Dios y más bien los gobernantes y poderosos se han unido a los poderes extranjeros. La ruina está cerca, las esperanzas se perdieron.
Surge la figura del profeta Juan el Bautista, “la voz que clama en el desierto”. Él levanta la cabeza e invita a su pueblo a levantar la cabeza. Pero su mensaje pasa por la crítica del sistema de vida al que han llegado y lo han construido otros. Eso ha producido mal camino y la invitación es renunciar a ese mal camino. El profeta no puede hablar de Dios en el aire, haciéndose ajeno e indiferente a la realidad que le rodea.
Los fariseos y saduceos también acuden a la invitación pero no quieren romper con los privilegios y status del sistema que los protege. El profeta que conoce con agudeza la hipocresía escondida denuncia lo que está ocurriendo. Se trata de ser sinceros, tiene que haber una conversión radical porque si no el hacha ya está colocada a la raíz para cortar el árbol que no da frutos.
Dios hoy nos llama a un MOMENTO NUEVO
a caminar junto con su pueblo
es hora de transformar lo que no da más
solito y aislado ninguno es capaz
/Por eso ven, entra a la rueda con todos
También tú eres muy importante./
