Novena PRIMER DIA.-
Los primeros cristianos tuvieron que vivir contracorriente, en medio de un mundo dirigido por el imperio romano, con una forma de vida que no tenía que ver nada con el Proyecto de Dios. En estas circunstancias había que ser valientes para mantener la fe en el Señor Resucitado. Hoy, nosotros en situaciones casi similares, estamos desafiados a testimoniar a Jesús y su Evangelio.
Mientras tanto, vivamos de esperanza, porque “esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva, en que habite la justicia”. Es posible que las cosas cambien. Muchos predican por ahí que no hay que hacer nada y que todo ya está hecho y muchas de las veces nos lo hemos creído. Jesús nos ayudó a pensar que “otro mundo es posible”. Su esperanza era el Reino. Que la injusticia, la mentira, la violencia, el odio, no son la última palabra. La última palabra la tiene Dios y su Reinado.
LLEGARA CON LA LUZ
LA ESPERADA LIBERTAD
