viernes, 5 de octubre de 2012

Carta personal a Mons. Mietto



Nota breve: este correo es usado por mi esposo y también por mí, él mandará su palabra después.
En vista de que no tengo su correo personal, solicito la publicación de mi carta por este medio.
Le escribe una mexicana que  visitó Isamis  en días pasados: Aurora Jiménez R.
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Muy valorado padre obispo de Sucumbíos

Le escribe la mexicana que los visitó el día que iniciaba la Asamblea Conjunta de pastoral, el mes de julio. Tal vez me ubique: llegamos mi esposo y yo con el obispo del Coca, cuando llegó a compartir su tema de reconciliación.

No es cualquier cosa que le toque un trabajo tan delicado, como observamos:
 La revaloración de una Iglesia viva particular.

Nunca en mi vida me había tocado vivir el Evangelio tan fuertemente, como lo aprendimos en Isamis, pues tuve la gracia de colaborar en ese vicariato por tres años. Jesús nos evangelizó ahí. Yo había pasado siempre "haciendo  lo que entendía  que Dios me  pedía" para ser y construir una partecita de Su Iglesia, nunca como en Isamis entendí, viví,  respondí, al llamado de ser luz, sal,..

¿Porqué? Porque Gonzalo y sus  hermanos de ISAMIS, laicos y religiosos y la estructura de la Iglesia, lo favorecía.

Padre Obispo, en nombre propio y de todos los que se pudieran agregar aquí: como tod@s l@s sant@s y por lo que más quiera en la vida, que pienso que es JESUCRISTO, María y José, le suplico con lágrimas en los ojos de amor a la Iglesia y esperanzada por su buena voluntad a Ella, acepte, defienda, escuche el clamor de miles,  haga suya la utopía de Isamis para poder dar paso a las peticiones que lleva la CARTA ABIERTA DE FIELES DE LA IGLESIA LOCAL VICARIATO APOSTÓLICO DE SAN MIGUEL DE SUCUMBÍOS