El día 30 de Septiembre pasado, a las 5:30
hs., un grupo de gente fanática y violenta irrumpió reventando voladores y con
gritos en las instalaciones de la Casa Diocesana del Vicariato de San Miguel de
Sucumbíos: rasgaron las frases alusivas al Año de la Fe y al Concilio Vaticano
II, rasparon del mapa de Sucumbíos la sigla ISAMIS y cubrieron con spray negro
la misma sigla que está en una pared a la entrada de la Casa Diocesana.
Encabezaba esta acción la Sra. Genoveva
Altamirano, miembro del Movimiento de la Renovación Carismática. ¿Estará
actuando el Espíritu Santo en el corazón de gente capaz de difamar, agredir, perseguir y dañar a la Iglesia con tanto odio
como lo ha hecho y sigue haciendo este grupo?
Presenció este lamentable suceso el P. Ricardo
Ruiz, presbítero colaborador de la Diócesis de Ibarra, quien no hizo ni dijo
nada al respecto…
Con estas actitudes y acciones, ¿cuándo
podremos rescatar el camino comunitario que caracterizó a nuestra Iglesia y
tomar en serio el llamado de Mons. Paolo Mietto para que la Iglesia sea “Casa y
escuela de comunión”?